Resumen de Co-ompetencia de Adam M. Brandenburger y Barry J. Nalebuff

Por PMP Management Factory

Supongamos que el mercado es una gran tarta y las empresas son los comensales. Hasta ahora, las empresas acudían al banquete tratando de conseguir el mayor trozo y, a ser posible, de impedir que las demás pudieran acercarse. De hecho, ha habido casos en que han puesto tanto empeño en que las demás empresas se quedaran sin una miga que han terminado por quedarse ellas mismas sin nada (léase guerra de precios). Es la clásica mentalidad de que los negocios son la guerra y, por lo tanto, debe haber un ganador y un perdedor. La única relación posible entre los contrincantes es la competición. Los competidores son enemigos que luchan por la misma tarta y, en ocasiones, por el mismo trozo de tarta. “Al enemigo, ni los buenos días”, sería el resumen español de la actitud guerrera en la empresa.
Volviendo a la comparación inicial, si el mercado fuera una tarta, ¿qué sería más provechoso: llevarse un trozo ahora y procurar que los demás se mueran de inanición, o buscar la forma de aumentar el tamaño de la tarta? La primera estrategia da lugar a un juego de suma cero, uno gana, otro pierde y vuelta a empezar hasta que se termina la partida, porque todos los adversarios se han muerto. La segunda estrategia da lugar a un juego en el que todos pueden ganar, llevarse un buen pedazo y volver a por más.

• Idioma: Español
• Editorial: Manager Focus
• Fecha de lanzamiento: 30 ene 1997

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Autores

Adam M. Brandenburger es profesor de Economía y Estrategia en la Stern Business School de la Universidad de Nueva York.

Barry J. Nalebuff es profesor de Gestión en la Universidad de Yale.

Las ideas principales

Supongamos que el mercado es una gran tarta y las empresas son los comensales. Hasta ahora, las empresas acudían al banquete tratando de conseguir el mayor trozo y, a ser posible, de impedir que las demás pudieran acercarse. De hecho, ha habido casos en que han puesto tanto empeño en que las demás empresas se quedaran sin una miga que han terminado por quedarse ellas mismas sin nada (léase guerra de precios). Es la clásica mentalidad de que los negocios son la guerra y, por lo tanto, debe haber un ganador y un perdedor. La única relación posible entre los contrincantes es la competición. Los competidores son enemigos que luchan por la misma tarta y, en ocasiones, por el mismo trozo de tarta. Al enemigo, ni los buenos días, sería el resumen español de la actitud guerrera en la empresa.

Volviendo a la comparación inicial, si el mercado fuera una tarta, ¿qué sería más provechoso: llevarse un trozo ahora y procurar que los demás se mueran de inanición, o buscar la forma