Porque deberíamos volvernos veganos

Por Magnus Vinding

Magnus Vinding proporciona una revisión exhaustiva de las muchas razones que hay para dejar de apoyar a la industria animal y, en cambio, hacer la transición hacia un sistema que sea menos dañino, tanto para los seres humanos como para los no humanos.

• Idioma: Español
• Editorial: Magnus Vinding
• Fecha de lanzamiento: 21 jun 2023
• ISBN: 9798201537791

Magnus Vinding

Magnus Vinding is the author of Speciesism: Why It Is Wrong and the Implications of Rejecting It (2015), Reflections on Intelligence (2016), You Are Them (2017), Effective Altruism: How Can We Best Help Others? (2018), Suffering-Focused Ethics: Defense and Implications (2020), Reasoned Politics (2022), and Essays on Suffering-Focused Ethics (2022).He is blogging at magnusvinding.com

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Introducción

¿Por qué deberíamos volvernos veganos? En resumen, la razón más poderosa para que la humanidad se vuelva vegana es que reduciría enormemente el sufrimiento de los seres sintientes, incluidos los seres humanos.

Que volverse vegano generalmente sería mejor tanto para nosotros los seres humanos, como para nuestros compañeros seres sintientes, puede parecer una afirmación bastante grandilocuente y una que requiere una buena cantidad de justificación. El objetivo de este breve libro es proporcionar esta justificación.

No necesitamos nada de otros animales para nuestra salud

La ciencia nutricional sugiere que podemos tener una salud óptima sin consumir productos de origen animal, como han expresado numerosos dietistas y científicos profesionales que trabajan en el campo de la nutrición.[1]

Por ejemplo, esta es la posición de lo que ahora se llama la Academia de Nutrición y Dietética (anteriormente conocida como la Asociación Dietética Americana), que es la organización más grande de expertos en nutrición en los Estados Unidos:

Es la posición de la Asociación Dietética Americana que las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluyendo las dietas vegetarianas totales o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas durante todas las etapas del ciclo de vida, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez, la adolescencia y para los atletas.[2]

Sin embargo, lo que necesitamos para tener una buena salud en una dieta vegana es complementar nuestra alimentación con vitamina B12, que es producida por bacterias que no se encuentran en las plantas (ver: http://www.veganhealth.org/articles/vitaminb12). Otra cosa que los veganos, al igual que la mayoría de las personas, pueden querer complementar en su dieta son los ácidos grasos omega 3 DHA y EPA, que pueden promover una buena salud cardiovascular, un sistema nervioso funcional y una buena salud mental, e incluso pueden ayudar a retardar el envejecimiento.[3] Estos ácidos grasos se encuentran en las algas, y se pueden adquirir en forma de cápsulas de aceite de algas que son al menos tan buenas como el pescado graso como fuente de omega 3.[4] Y a diferencia del omega 3 derivado de animales, estas cápsulas no contienen mercurio, que es altamente tóxico, especialmente para nuestro cerebro; de hecho, la relación entre el consumo de carne de ciertos tipos de pescado y la disminución de la capacidad cognitiva está bien documentada.[5] Como informa un estudio: Se encontró un efecto negativo de hasta 10 puntos en el coeficiente intelectual debido al consumo de carne de ciertas especies de pescado.[6] Y a diferencia de muchas cápsulas de omega-3 con aceite de pescado, muchas de las cápsulas de omega-3 de algas que se comercializan como 'libres de PCB' en realidad sí lo son.[7] Estos hechos sobre la carne de pescado, las cápsulas de aceite de pescado y las cápsulas de aceite de algas sugieren que las cápsulas de aceite de algas son la fuente más segura de omega 3 DHA y EPA.

Otro error común es que es difícil obtener suficiente proteína en una dieta vegana. Sin embargo, la verdad es que legumbres como los cacahuetes, los frijoles y las lentejas contienen altas cantidades de proteína, al igual que los frutos secos y las semillas, y podemos satisfacer fácilmente nuestras necesidades de proteína consumiendo cantidades adecuadas de