1 LA DIETA VEGETARIANA NO ES SUFICIENTEMENTE COMPLETA
Aunque la opción vegetariana está ganando terreno a la omnívora, todavía existe la creencia de que eliminar del menú los alimentos de origen animal es una opción dietética pobre y arriesgada. Sin embargo, la profesora de Nutrición Sara Martínez cree que lo realmente importante no es si comemos huevos, carne y lácteos, sino que la dieta sea equilibrada y mantenga las proporciones adecuadas de hidratos de carbono, proteínas y lípidos, junto con vitaminas, minerales y fibra: «Eliminar la carne y el pescado en el caso de los vegetarianos, y la carne, el pescado, los huevos y los lácteos en el caso de los veganos, no tiene por qué suponer un riesgo para la salud si la ingesta es equilibrada en nutrientes y está bien planificada. Vegetarianismo y desnutrición no van de la mano, pero vegetarianismo y salud tampoco lo harán si la dieta no está bien diseñada». Ahora bien, esta experta reconoce que este tipo de dietas ponen en riesgo el aporte de proteínas, calcio, hierro y vitamina B12.
En cuanto a las proteínas, aunque hay muchos alimentos vegetales que las contienen en abundancia, algunas son menos aprovechables y requieren mayores ingestas. Se puede conseguir una buena suplementación proteica consumiendo una amplia variedad de hortalizas y legumbres e incluso combinándolas. Por ejemplo, las lentejas son deficitarias en metionina y el arroz en lisina, pero la mezcla de ambos alimentos suple el déficit de aminoácidos y da lugar a una proteína vegetal completa. Otro fallo de las dietas sin carne es la falta de hierro y el riesgo de anemia, ya que cuando este mineral es de origen vegetal o no se absorbe peor que el hierro presente en alimentos de procedencia animal. Por eso los vegetarianos y los veganos deberían ingerir