Vivimos tiempos difíciles. A nivel geopolítico, social y por supuesto climático. A los conflictos que como la guerra de Ucrania o la crisis en Oriente Próximo han provocado importantes cambios a nivel global (incluida una reorganización militar y política radical de los grandes bloques), se suman los efectos ambientales extremos causados por el tan controvertido cambio climático, evidente para la gran mayoría, pero negado por importantes sectores ideológicos y políticos generalmente vinculados a grupos de derecha alternativa. Cambios devastadores en el entorno que van acompañados también de otros efectos de consecuencias imprevisibles como la migración climática, de la que también se hace, por supuesto, una lectura política –y casi apocalíptica–.
Sea por causa del hombre o por ciclos naturales, lo cierto es que nadie puede obviar que el clima está alterado: brutales terremotos, inundaciones, sequías, huracanes, erupciones volcánicas, tsunamis… han azotado numerosos rincones del planeta. Y en medio de estas catástrofes, se han reactivado teorías de la conspiración que permanecían latentes (y casi olvidadas) y se han pergeñado otras nuevas, a cuál más delirante. Los devastadores incendios que asolaron Hawái en agosto de 2023, fueron el detonante de diversas hipótesis que, como siempre sucede, han encontrado en las diferentes RR. SS., comoYouTube o TikTok, una excelente vía de difusión: muchos cibernautas afirman que el gobierno federal utilizó rayos de energía para iniciar los fuegos en Maui, e incluso, que la célebre presentadora de televisión (y demócrata declarada) Oprah Winfrey, habría comprado los terrenos devastados. Todo fake-news, claro, pero que calan en la opinión pública sembrando la duda.
NO IDENTIFICADOS, CATACLISMOS Y CONCILIÁBULOS MASÓNICOS
También en el siempre controvertido y cautivador campo de los ovnis, la cosa se caldeó en el último año, lo que hizo saltar todas las alarmas y correr ríos