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Cómo Librarse De Una Multa
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Libro electrónico27 páginas18 minutos

Cómo Librarse De Una Multa

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El Agente Harmon para a Jerry (cuya novia lleva rato esperándolo) y lo hace desviarse hacia una carretera desierta por su exceso de velocidad. El enorme policía le ofrece a Jerry una alternativa más tentadora que la multa que debería ponerle. ¿Aceptará Jerry las sugerencias sexuales del policía para librarse de la multa?
Un relato erótico gay de pura acción entre machos de Gayrotica Press — 5 300 palabras de puro sexo entre hombres.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 dic 2014
ISBN9781633391949
Cómo Librarse De Una Multa
Autor

Rod Mandelli

Rod Mandelli escribe historias sexy gay que contienen acción caliente de hombre a hombre.

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    Cómo Librarse De Una Multa - Rod Mandelli

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    Cómo librarse de una multa

    Salí corriendo de la oficina y atravesé el parking trotando hasta mi coche.  Le había prometido a mi novia que llegaría a casa antes de las 20h.  Miré mi reloj;  eran las 21:30 y aún tenía que conducir cuarenta y cinco minutos para llegar a casa.

    Esto no tenía pinta de acabar bien al llegar.  Ya me ha pasado antes de volver más tarde de lo esperado.  Primero se quejaba de que siempre llego tarde y de que había estropeado la cena que con tanto esfuerzo había preparado.  Cuando empezamos a salir solía cocinarme platos y postres,  aunque desde que nos fuimos a vivir juntos su idea de preparar la cena se había convertido en meter en el microondas unos congelados;  y no me refiero ni siquiera a esos buenísimos que están preparados para hombres, que vienen con un trozo de carne y el postre incluido...  ¡Qué va! Ella compraba toda esa mierda saludable llena de quién sabe qué vegetales y que no saben a nada.  Y lo peor es que vienen en diminutas porciones...  ¡Esas raciones dejarían a una anoréxica con hambre! Imagina a mí, un tío de metro ochenta y cinco, de 90 kilos que corría 8 km diarios y entrenaba en el gimnasio 3 veces por semana.

    Luego se la pasaría de morros sin hablarme hasta que nos fuéramos a dormir.  Yo podía soportarlo...  Quiero decir: ¿para qué escuchar aún más quejas?  Y es que luego venía lo peor... ¡Nada de sexo!  Como si no hubiera tenido poco con aguantarme

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