Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay
Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay
Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay
Libro electrónico72 páginas57 minutos

Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Este volumen incluye los siguientes relatos eróticos de temática gay del escritor Marcos Sanz:

Dándole en el hotel... lo que se merece
Paco y Juan son dos seguratas que trabajan en un hotel. Un chico se suele colar para intentar ponerlos calientes a través de las cámaras. Hasta que una noche, Paco conseguirá atraparlo y le dará lo que se merece mientras su compañero mira tras la pantalla.

Experiencia en el tren
Un chico hetero viaja con su novia en el compartimento de un tren. Ella se queda dormida apoyada en su hombro y un chico barbudo y grandote entra en ese momento y se sienta frente a nuestro, hasta el momento, chico hetero. Lo que pasa a continuación... bueno, tienes que leerlo.

Enfermero malagueño
El relato telefónico que le hago a un amigo cachondo de cuando estuve en marzo en el hospital y conseguí poner to cerdo al enfermero.

Joe 2.0
Joe es un héroe que aparece en ciertos momento de mi vida... para salvarme de una muerte horrible. La primera vez yo tenía ocho años. La segunda acababa de cumplir los treinta. Pero Joe no había cambiado nada...

Calentón en el podcast
Estás a punto de averiguar por qué "Precumeros" es el podcast más caliente de la red. No te vas a creer de qué son capaces sus presentadores para hacer crecer la... audiencia.

Infiel
Marcos es infiel. Tan infiel que le puso los cuernos a su marido el mismo día de su boda. Dos veces. Tan infiel que aprovecha hasta cuando van al supermercado para darse una escapada a los baños a ver lo que pilla. El mejor amigo de su marido los visita unos días... y es posible que esta vez toda la situación le estalle en la cara.

Sobre el autor: Marcos Sanz es un escritor (y un tío guapo y bastante bear) de relatos eróticos de temática gay. Si estás buscando leer relatos eróticos gays para hombres escritos por un hombre, has llegado al lugar indicado.

IdiomaEspañol
EditorialPROMeBOOK
Fecha de lanzamiento8 may 2016
ISBN9781310363443
Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay

Relacionado con Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay

Libros electrónicos relacionados

Ficción gay para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Infiel, Y otros relatos eróticos de temática gay - Marcos Sanz

    Dándole en el hotel… lo que se merece

    —Ahí está otra vez —me avisó Paco, mi compañero de trabajo, segurata como yo.

    Miré la pantalla de las cámaras. Hoy nuestro chaval exhibicionista y pajillero había elegido una de las cámaras de los rellanos, concretamente la de la cuarta planta.

    —¿Cómo coño se cuela? —Murmuré.

    —No lo sé, Juan. Pero ya estoy hasta los cojones de ese puto maricón. (No te ofendas). Voy a subir a la cuarta y me lo voy a follar.

    —¿Pero cómo vas a hacer eso? —Dije, escandalizado.

    —Pues metiéndosela por el culo. Creo que aún no han inventado otra forma de follarse a un tío.

    —Bueno, por la boca también se puede. Pero el que tendría que follárselo soy yo, que para eso soy el maricón de los dos.

    —Pero tú no tienes huevos para eso.

    —Cierto.

    —Y yo hoy no me he hecho la paja de rigor.

    —¿Pero hablas en serio?

    —Claro. Siempre me hago una en la ducha pero hoy no me ha dado tiempo.

    —Digo si dices en serio lo de ir ahí y follártelo.

    —¿Quieres verlo?

    —Me muero por verlo.

    —Pues no pierdas de vista la cuatro. Pero si te haces una paja no pongas perdido el teclado.

    —¡No me voy a hacer una paja!

    —¿Que no? Cuando veas lo que le voy a hacer al maricón ese tendrás que hacerte dos.

    Paco abrió el cajón del escritorio y sacó uno de los condones que yo le había regalado y que a mí me regalaban en el Cruising, el local de ambiente al que voy cada jueves.

    —Hostia, vas en serio.

    —Claro que voy en serio.

    —No cojas el ascensor. Si lo oye subir saldrá corriendo, como el otro día.

    —Tranquilo. Iré por la escalera, lo agarraré con el nabo entre las manos y me lo follaré ahí mismo.

    —Llévatelo mejor al office. Como os pille un cliente te despedirán.

    —La cámara del office es una puta mierda. ¿No quieres verlo bien? ¿No te morías por verme la polla? Mejor me lo follo en el ascensor. Lo llevaré a la azotea y lo bloquearé.

    —Buena idea.

    En el fondo creía que Paco me estaba tomando el pelo. Suponía que sólo le iba a meter un susto al guarrete para que no volviera a colarse en el hotel para enseñarnos la polla.

    Paco me miró, se agarró el paquete y se dio un buen magreo al tiempo que se mordía el labio, antes de despedirse con un:

    —Cuando veas lo que le hago imagínate que te lo estoy haciendo a ti.

    —Vale—contesté riendo.

    Paco se largó y yo me quedé mirando la cámara del rellano de la cuarta donde el chaval tenía el pantalón por las rodillas y se la cascaba mirando fijamente a la cámara. Tenía buena polla.

    Esperé con una media sonrisa a que diera comienzo el numerito que iba a montar mi compañero. Me daba un poco de pena el guarrete. El susto que se iba a llevar el pobre.

    El tío estaba tan concentrado con su pajote que ni se lo olió venir. Vi aparecer a Paco detrás de él. Mi compañero me saludó a través de la cámara e hizo tres movimentos de metesaca con la pelvis.

    —Está grillao —dije para mí.

    Entonces Paco agarró al chaval. Le tapó la boca con una mano y le retorció el brazo a la espalda con la otra. La cara del chaval era para verla. No estaba acojonado, estaba aterrorizado. La polla tardó cinco segundos en bajársele.

    —Qué bruto es —dije. Lo sé, estaba hablando solo. Pero aquello era digno de comentar la jugada y no había nadie conmigo para comentarla.

    Intenté leer los labios a Paco a ver qué coño le estaba diciendo al chico. No conseguí enterarme. Pero seguro que le estaba diciendo que la próxima vez que lo pillara guarreando por el hotel le partiría el brazo. Era inimaginable que Paco fuera a hacer lo que había dicho que haría. Inimaginable.

    De pronto Paco empujó al chaval contra la pared y lo cubrió con su cuerpo. Le pegó el paquetón en el culo y empezó a moverse como si se lo estuviera follando.

    —Eso, hazlo disfrutar —le dije a la pantalla.

    Lo cierto es que ver a Paco haciendo aquello hizo que mi polla diera una sacudida. Y cuando el movimiento se prolongó durante minutos consiguió ponerme to cerdo.

    Los pantalones del guarrete se le habían bajado hasta los

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1