OVNIS LA RESPUESTA DEFINITIVA
Hombre, si ya te lo he contado con detalle la otra vez», protestó el paciente Enrique M. «No importa, me gustaría que volvieras a relatarme todo, si no te parece mal», respondí yo, con la seguridad de que mi interlocutor iba a acceder a mi petición. Era la segunda vez que me citaba con el protagonista de una extraordinaria experiencia OVNI. Cedo, pues, la palabra a Enrique:
«Ocurrió la noche después de Reyes del año 1990. Entonces trabajaba en Madrid y vivía con mi mujer en Cifuentes, un pueblo de Guadalajara, adonde iba los fines de semana. Me había comprado un coche nuevo unos días antes, así que invité a mi mujer a cenar en un restaurante de Jadraque, otro pueblo de Guadalajara, también para probar el coche. Salimos del restaurante a eso de las doce de la noche y tiramos para casa. Era una carretera con bastantes curvas y estrecha. Había que llegar a Mandayona, y de ahí conducir hacia Cifuentes, pero yo quería probar otro camino; desviarme en algún otro pueblo para salir a la carretera general y llegar a Cifuentes por una carretera mejor. Mi mujer no paraba de decir que nos íbamos a perder. El caso es que me metí por Castejón de Henares, atravesé el pueblo y resulta que la carretera se terminaba. Solo había un camino de esos de concentración de tierras. Era ancho, pero estaba embarrado porque había llovido…
…Tiré por ese camino con la esperanza de llegar a la carretera general y, de pronto, vimos a lo lejos un pilotito azul encima de una especie de montículo. Le dije a mi mujer: ‘Ves, ahí está la general, porque ese es el piloto de un coche de la Guardia Civil’. Y cuando llegamos a unos cincuenta o sesenta metros de ese piloto nos dimos cuenta de que ese supuesto montículo tenía forma triangular. Entonces, ese piloto desapareció de
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