Caminar o correr: Mis primeros pasos hacia los hábitos saludables

Por Nelly Micolta Segura

Con Caminar o correr beneficias tu salud a nivel físico y mental.

A pesar de la diversidad tecnológica que gozamos en la sociedad actual, aún nos encontramos con una problemática a escala mundial: la salud. Aunque en los últimos años se ha estado más informado que antes, Caminar o correr -por su contenido preventivo y técnico- es la guía del principiante para un estilo de vida saludable.

Cada persona puede poner en práctica lo que busca y necesita entre los principios básicos de la vida sana, como la respiración consciente, la motivación para ejercitar el cuerpo, la alimentación saludable, el uso de autoterapias y ejercicios reconstituyentes en beneficio de cuerpo y mente.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 1 feb 2019
• ISBN: 9788417587055

Nelly Micolta Segura

Nelly Micolta Segura es de nacionalidad colombiana, aunque en la actualidad reside en el continente europeo. Inició sus estudios en el año 2010 de Digitopuntura -medicina china- y titulada como terapeuta por la Escuela Europea de Shiatsu en Málaga-España. Con aquellos conocimientos ha reforzado y mejorado sus antiguos hábitos, por lo que hoy en día practica con regularidad las actividades físicas, como caminar y correr. De su experiencia personal manifiesta que, con un nuevo proceso de adaptación y cambios por realizar, Caminar o correr es una propuesta sana, en detrimento de diversas enfermedades físicas y mentales.

Vista previa del libro

Caminar o correr

Caminar o correr

Mis primeros pasos hacia los hábitos saludables

Primera edición: 2019

ISBN: 9788417587536

ISBN eBook: 9788417587055

© del texto:

Nelly Micolta Segura

© ilustraciones del interior:

Paula Edith Suarez

© de esta edición:

CALIGRAMA, 2019

www.caligramaeditorial.com

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Impreso en España – Printed in Spain

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Aviso al lector. El contenido de este libro tiene un propósito meramente informativo. No pretende interferir en la atención sanitaria de los médicos ni de cualquier tratamiento que esté llevando en la actualidad. El uso de este manual queda sujeto bajo criterio e interpretación personal. Antes de poner en práctica cualquier actividad física o tratamiento terapéutico, debe consultarse con el médico, quien se encargará de valorar cada caso según el estado actual de salud.

A mi inolvidable madre, Mariana

A mi queridísima sobrina, Verónica

Agradecimientos

A mis profesores, familia, amigos, conocidos y no tan conocidos que de alguna manera u otra han contribuido en este proyecto hasta su objetivo final.

A mi esposo, Guy Vandevelde, por comprender mis silentes ausencias mientras afloraban una serie de ideas funcionales en la escritura de este manual.

Introducción

Hoy en día el ser humano lleva una vida menos saludable que años atrás. Y, al mismo tiempo, sorprende que desde hace unas décadas estamos mucho más informados que antes en el área de la salud. Para dar respuesta a este problema de la sociedad actual, diremos que la prevención es el mejor método de salud y bienestar, pero, para llegar a estas medidas preventivas, necesitamos cambiar los antiguos hábitos por hábitos saludables. Aunque los cambios no se dan de la noche a la mañana, sino que vamos a requerir de nuestra fuerza de voluntad ante un nuevo proceso de adaptación. Cambios, como adquirir hábitos saludables, son la única solución para hacer descender las cifras de patologías que han deteriorado la calidad de vida de muchas personas en los últimos años.

Cuántas veces nos sumergirnos en las hormonas del estrés emocional por circunstancias externas e internas de la vida. Pagamos un precio muy elevado para la restauración de la salud física y mental. Una vez nuestra salud ha fallado, queremos buscar soluciones inmediatas, y a veces no acertamos en la cura de nuestros males. Hoy en día en el auge de la actividad física encontramos soluciones provechosas, como una transición de la vida sedentaria, para introducirnos poco a poco en un estilo de vida activo y sano.

Caminar o correr se presenta como una alternativa sana para llevar un estilo de vida activo, bien sea para el mantenimiento de cuerpo y mente, o prevenir problemas de salud asociados a los hábitos no saludables. Porque uno de los múltiples beneficios de la actividad física se obtiene por la fluidez con la que circula la energía vital por todos los rincones del organismo, con sensaciones de relajación en detrimento de los estados depresivos y de ansiedad. Se convierte en un excelente método de concienciación personal, para la integración de otros hábitos saludables. Es evidente que el ejercicio físico y la alimentación sana son las recomendaciones más divulgadas por parte de los expertos en la salud. Pero rara vez nos hacen sugerencias acerca de la respiración. ¿Por qué la respiración? Porque también es parte del mecanismo de todos los sistemas funcionales del organismo, para que todos podamos gozar de una buena salud.

Para seguir buenos hábitos de vida, contamos con una alimentación saludable y equilibrada, que contribuye al fortalecimiento de las funciones del cuerpo para minimizar las lesiones y el agotamiento físico; el ejercicio físico, para desarrollar un cuerpo flexible y estar mejor capacitados en la realización de movimientos enérgicos, y la respiración voluntaria, por su misión en el buen funcionamiento del organismo, que oxigena el cuerpo y la mente para un buen estado de ánimo en equilibrio de las emociones. Si seguimos estos tres principios básicos y esenciales en el cuidado de la salud, podremos gozar de un cuerpo con mayor vitalidad y una mente con más sosiego mental, así como disminuir la frecuencia con la que ocurren las enfermedades o recuperarnos con mayor facilidad.

Cualquier actividad física, por muy sencilla que nos pueda parecer, requiere de conocimientos y técnicas. Por ello, Caminar o correr hace una propuesta a aquellas personas que desean hacer cambios en su vida con hábitos saludables y aún no han encontrado la mejor manera de hacerlo. Caminar es una actividad que puede realizar cualquier persona sin límite de edad y su práctica es mucho más fácil que correr. Aunque correr precisa conocer ciertos procedimientos, también es una actividad atractiva por ser muy beneficiosa para la salud.

Este manual de uso autopráctico está dividido en cuatro partes, donde encontraremos algunas terapias reconstituyentes, como el automasaje, ejercicios de respiración y de flexibilidad en la mejora de la salud. Un pequeño espacio dedicado a la dietética china, por sus aportaciones nutritivas y curativa. En la cuarta parte, planteamos una serie de preguntas y respuestas para que, por voluntad propia, cada persona encuentre lo que busca y necesita.

Como terapeuta de shiatsu Zen, he considerado el planteamiento preventivo de la medicina oriental y por ser practicante de la actividad física os acompañaré durante este trayecto de conocimientos basados en los principios básicos de la vida sana. Por prevención y bienestar, no contemplo en estas páginas los entrenamientos fatigantes para lograr marcas deportivas a una velocidad competitiva, porque el objetivo de este manual es coadyuvar a la buena salud de las personas.

Caminar o correr es un recordatorio de vida sana, con un proceso de cambios alcanzables e invita a quienes deseen vivir el día a día con mayor vitalidad a dar el primer paso hacia los hábitos saludables. Cada paso que se decide dar o cambio que se realiza significa muchos años de salud y felicidad.

«El que no encuentra tiempo para ejercitarse tendrá que encontrar tiempo para la enfermedad».

Earl de Derby

Primera parte

LA RESPIRACIÓN, UN HÁBITO DE VIDA

Capítulo 1

1. LOS HÁBITOS DE VIDA EN LA SALUD FÍSICA Y MENTAL

En la actualidad vivimos en una sociedad donde cada vez tendemos a estar más informados acerca de la salud y, en respuesta, podemos encontrar los principios básicos de la vida sana. El equilibrio de nuestra salud se sustenta en cómo nos alimentamos, con qué frecuencia nos ejercitamos y cómo respiramos, por ser piezas claves en la prevención natural y conservación de la salud. Porque, por muy buenos que sean los recursos tecnológicos y los conocimientos de los profesionales de la salud, en algunos casos la recuperación no suele ocurrir de inmediato como pensamos y esperamos.

Al iniciar un estilo de vida activo es de vital importancia relacionarlo con una alimentación saludable, que es favorable en el fortalecimiento de todas las funciones del organismo, y nos facilitará la realización de la actividad física con vitalidad, como también al hacer uso de la respiración voluntaria o consciente podemos acceder a un estado de relajación en beneficio de la salud mental. Es relevante entender el rol que desempeñan los hábitos saludables en el equilibrio emocional de cualquier ser humano, sin distinción de estatus social, edad o cultural.

Durante mucho tiempo, y en especial en las últimas décadas, hemos oído que la actividad física influye en la autoestima (amarnos a nosotros mismos y aceptarnos tal como somos), no solo porque conseguimos estar en forma, sino que nos beneficiamos a nivel mental cuando nos ejercitamos con regularidad. Esto se hace evidente por el efecto relajante durante y después de la actividad física, como un procedimiento eficaz para contrarrestar los efectos de estrés que afectan la salud física y mental.

Cuando estudiaba en España, debía presentar unos historiales clínicos, para recibir el título como terapeuta de shiatsu, por lo que traté a un grupo de personas que tenían una vida activa y otras, inactiva, y quienes seguían una alimentación adecuada, de modo que, con el paso del tiempo, se habían propuesto incorporar otros hábitos saludables. Al comparar los principios básicos de llevar una vida sana (la respiración voluntaria, la motivación para ejercitar el cuerpo y seguir una alimentación saludable), resultó que quienes llevaban un estilo de vida no tan saludable presentaban mayor incidencia en la salud mental, con una serie de desequilibrios emocionales y, por ende, descuidaban otros hábitos importantes, como la respiración voluntaria, y no gozaban de una buena salud la mayor parte del tiempo. Entre las sintomatologías físicas, la gran mayoría de las personas que no llevaban un estilo de vida saludable padecían tensión muscular, que se centraba en la zona del cuello, los hombros y la espalda. Tenían constantes cefaleas (dolor de cabeza) y dificultades para conciliar el sueño, se pasaban el día malhumorados, preocupados y algunas veces enfadados sin razón alguna. Por todo lo anterior la actividad física no solo está recomendada para quienes padecen de sobrepeso o llevan un estilo de vida sedentario, sino para todos, sobre todo para aquellas personas con tendencia a estar constantemente enfadadas o que se sienten frustradas en diferentes facetas de su vida. Por todas las razones existentes en la mejora de la salud, la práctica regular de la actividad física se convierte en una herramienta útil en el área de la salud mental. Existe, pues, un estrecho vínculo entre la actividad física y la esperanza de vida, para gozar de una buena salud y vivir con mayor sosiego mental.

Aún recuerdo los rostros sonrientes de quienes seguían un estilo de vida sano. Me decían: «No tengo ninguna dificultad para conciliar el sueño y descanso lo suficiente para emprender el nuevo día con mayor vitalidad». Se sentían felices al empezar las diferentes actividades cotidianas, y dedicaban tiempo a la actividad física o a alguna disciplina terapéutica para mantener su salud física y mental. Al constatar aquella información de cómo la inactividad física afectaba al estado emocional de los que llevaban una vida sedentaria, he considerado la importancia que poseen los buenos hábitos, como es la práctica regular de la actividad física, por lo que, Caminar o correr puede ayudar a mejorar la calidad de vida de muchas personas.

Pienso que el equilibrio del estado emocional es un aspecto relevante en la salud mental y física de todos los seres humanos. Por ello, en este capítulo encontraremos información acerca de cómo nos podemos sentir según nuestro estado emocional, y nos ayudará a concienciarnos acerca del cuidado de nuestra salud en general. A lo largo de su historia preventiva y curativa, la medicina china ha venido planteando la importancia de las emociones. La medicina occidental también considera la interacción entre el cuerpo y las emociones, pero lo hace de una manera muy diferente de la medicina china. La medicina occidental considera la influencia de las emociones sobre los órganos internos como un papel secundario, en lugar de un factor principal y patológico. La medicina china trata las emociones desde un punto de vista integral e inseparable, como causa directa de la enfermedad.

En algunos países asiáticos las emociones no se aíslan de la enfermedad física, a pesar de que las personas asiáticas no suelen mostrar sus estados emotivos como estamos acostumbrados en Occidente; ellos se han percatado de la importancia del cuidado de su salud emocional. Mientras que nosotros, los occidentales, exteriorizamos las emociones, como si nos encontráramos con los nervios «a flor de piel» o, si no, ocultándolas como una circunstancia cultural o social: «Los hombres no deben llorar». Será que —nos hayan educado así o no— no estamos preparados para gestionar nuestras emociones. De hecho, el equilibrio es la clave, pero cuando se habla de «equilibrio» parece hablarse de un acto poco realizable. Necesitamos comprender cómo los desequilibrios emocionales han perdurado por un largo tiempo en nuestra vida y, al ser vividos con demasiada intensidad, se convierten en serios problemas para la salud.

Las personas que traté con shiatsu me comentaban que, al realizar ejercicio físico experimentaban bienestar a lo largo del día. Por ello, no me parecía una casualidad, ver a estas personas más relajadas y menos susceptibles a los estados depresivos. Porque con la práctica regular de actividad física, el riesgo de padecer estrés emocional disminuye en mejoras de la salud. Algunos de los que realizaban la práctica física me comentaban que se sentían muy bien, al experimentar bienestar a lo largo del día, con sensación de libertad. Asimismo, el riesgo de padecer estrés emocional disminuía.

Las emociones no dejan de ser una influencia en nuestra salud mental y, en circunstancias normales, no deben ser la causa de la enfermedad. No necesitamos vivir las emociones como una carga, sino aprender a reconocerlas; por ejemplo, cuando nos sentimos tristes podemos permitirnos llorar, pero no confundamos este sentimiento con el enfado o con la agresividad. Como también es posible permitirnos enfadarnos, sin llegar a la fiereza o al llanto. Ningún ser humano en algún momento de su vida ha podido evitar estar triste, enfadado o preocupado. Cuando no expresamos nuestros sentimientos de manera adecuada, no podemos estar capacitados a soltar todo aquello que nos causa dolor y, a su vez, liberarnos del sufrimiento que, en ocasiones nos puede afectar a nivel físico y mental. Iniciarnos con la actividad física y ser constantes puede facilitarnos el camino para llegar hasta ese «punto de equilibrio». Equilibrio por el cual todos podemos encontrarnos receptivos a buscar y encontrar hábitos saludables. Entre ellos, la respiración voluntaria, por sus beneficios en la conservación de la salud física y mental.

2. RESPIRANDO CON EL ENTORNO

La Madre Tierra, por ser la fuente del medio ambiente, ha sido