“ES UNA RESURRECCIÓN. ESA ES LA MEJOR FORMA EN QUE PUEDO PLANTEARLO”.
KEVIN HART SALE DE LA OSCURIDAD. Todavía falta una hora para que la luz del sol inunde las montañas de Santa Mónica, pero el actor me ofrece su mano como saludo y se sube a una bicicleta de aire, pedaleando y llevando sus brazos adelante y atrás con intensidad mientras su entrenador y amigo, Ron “Boss” Everline, calienta a su izquierda en una banda para correr.
Hart, de 40 años, porta una sudadera gris, shorts negros con mallas por debajo y una gran sonrisa. Está tomando una bebida energética y lamentándose por los dolores de cabeza que brinda la paternidad. “I’m a big dog”, canta al ritmo de Meek Mill. Su esposa y tres hijos duermen en la casa que está del otro lado del patio, así que asumo que las ventanas del gimnasio son a prueba de sonido.
Después de intercambiar con Everline, Hart corre cómodamente en la banda a un ritmo de 6 minutos por kilómetro. Hart menciona que está pensando en instaurar una regla de “suéteres feos” para la fiesta de Navidad de su compañía productora. “¿Ah sí?”, pregunta Everline. “Entonces voy a usar uno con una imagen de su rostro”. Hart ríe a carcajadas. A pesar de todos los chistes, la atmósfera es de negocios. Con poco descanso, ambos hombres hacen un entrenamiento HIIT con mancuernas. Entre series, Hart golpea un costal o trabaja su core con una pelota de estabilidad y ocasionalmente revisa su celular; está esperando las cifras estimadas de recaudación para Jumanji: The Next Level, la cual se estrenó el día anterior.
Observo a Hart, cuya fortuna se calcula en 200 millones de dólares, enfrentar este entrenamiento y de inmediato noto ciertas peculiaridades. Después de una serie de press con mancuernas, Hart rueda para bajar del banco, en vez de pararse. Hay una historia detrás de eso: es un hombre que estaba inmóvil en una cama de hospital después de un terrible accidente automovilístico hace sólo tres semanas. Fue la clase de choque que podría haber cambiado la vida de Hart por siempre, algo
