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¿Por qué nos enojamos?: Una guía para comprender tu enojo y utilizarlo para un cambio positivo
¿Por qué nos enojamos?: Una guía para comprender tu enojo y utilizarlo para un cambio positivo
¿Por qué nos enojamos?: Una guía para comprender tu enojo y utilizarlo para un cambio positivo
Libro electrónico280 páginas3 horas

¿Por qué nos enojamos?: Una guía para comprender tu enojo y utilizarlo para un cambio positivo

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Información de este libro electrónico

"Es momento de reconocer el enojo como una fuerza saludable y poderosa en tu vida, un combustible que libera tu creatividad, te ayuda a resolver problemas y a enfrentar tus frustraciones.
Así es la propuesta del Dr. Ryan Martin, quien tras más de 20 años de investigación y análisis te invita a adoptar una visión integral del enojo por medio de técnicas de control, cuestionarios, registros de emociones y muchas herramientas más. Es normal experimentar ira, pero no hay que confundirla con agresividad. Y este libro te hará comprender sus diferentes espectros para crear relaciones más sanas con la gente que quieres y, sobre todo, saber qué hacer con ella una vez que sale de ti."
IdiomaEspañol
EditorialVR Editoras
Fecha de lanzamiento9 may 2024
ISBN9786313001835
¿Por qué nos enojamos?: Una guía para comprender tu enojo y utilizarlo para un cambio positivo

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    ¿Por qué nos enojamos? - Ryan Martin

    Cubierta

    Es momento de reconocer el enojo como una fuerza saludable y poderosa en tu vida, un combustible que libera tu creatividad, te ayuda a resolver problemas y a enfrentar tus frustraciones.

    Así es la propuesta del Dr. Ryan Martin, quien tras más de 20 años de investigación y análisis te invita a adoptar una visión integral del enojo por medio de técnicas de control, cuestionarios, registros de emociones y muchas herramientas más.

    Es normal experimentar ira, pero no hay que confundirla con agresividad. Y este libro te hará comprender sus diferentes espectros para crear relaciones más sanas con la gente que quieres y, sobre todo, saber qué hacer con ella una vez que sale de ti.

    El Dr. Ryan Martin, mejor conocido como el Profesor de la ira, es investigador y escribe sobre las diferentes manifestaciones de esta emoción, la cual comenzó a estudiarla tras obtener su título universitario en Psicología y Justicia Penal en la Universidad de St. Thomas. Es profesor de Psicología y decano asociado de la Facultad de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Wisconsin-Green Bay, y ha trabajado con clientes, enojados o no, en distintos entornos, incluidos centros comunitarios de salud mental, centros de asesoramiento universitario y hospitales para veteranos de guerra.

    Su trabajo ha aparecido en The New York Times, el podcast Invisibilia de NPR, Digital Human de BBC Radio, TED Talks y es presentador del prestigioso podcast de psicología Psychology and Stuff.

    Cuando no está pensando en sentimientos, le gusta salir a correr y pasar tiempo con su familia.

    ¿Por qué nos enojamos?

    Para mi esposa, Tina, y Sandy, mi madre, quienes me inspiran todos los días.

    Índice

    Prefacio

    Parte I. Fundamentos de la ira

    Capítulo 1. Introducción a la ira

    Capítulo 2. ¿Por qué nos enojamos?

    Capítulo 3. La biología de la ira

    Capítulo 4. Pensamiento iracundo

    Capítulo 5. Raza, género e ira

    Parte II. Cuando la ira termina mal

    Capítulo 6. Violencia y control de impulsos

    Capítulo 7. Relaciones dañadas

    Capítulo 8. Salud física y mental

    Capítulo 9. Pensamiento irracional

    Parte III. Ira saludable

    Capítulo 10. Entender la ira

    Capítulo 11. Gestión de la ira

    Capítulo 12. Utilizar la ira

    Agradecimientos

    PREFACIO

    Aquellos que me conocen bien saben que me encanta hablar y escribir sobre la ira, en realidad, sobre todas las emociones: de la tristeza al miedo, o de la felicidad al enojo. Amo hablar con las personas sobre sus sentimientos, escuchar las historias de sus emociones y ayudarlas a tener una vida emocional más sana.

    De hecho, lo disfruto tanto que creé una clase llamada Psicología de las Emociones hace más o menos diez años. En ella, los estudiantes y yo exploramos las complejas relaciones que existen entre nuestros sentimientos, pensamientos y conductas. Estudiamos la historia evolutiva de las emociones y trabajamos en entender mejor las diferencias y las similitudes entre las culturas relacionadas con este tema.

    Hablamos de las ocasiones en las que nuestras emociones se convirtieron en un problema, ya sea por su fuerza e intensidad, por su poca e insuficiente frecuencia e intensidad o porque nos involucramos en comportamientos problemáticos. Considero que, principalmente, refutamos el mito de que las emociones son negativas, al explorar las formas en que nuestros sentimientos nos ayudan a mantenernos seguros, reparar relaciones, protegernos y corregir nuestros errores.

    Hay tres semanas dentro del curso que destacan por ser particularmente divertidas para mí, me refiero a las tres semanas en las que abordamos en específico la ira. Durante este tiempo, hablamos sobre las situaciones que tienden a hacernos enojar, los pensamientos que tenemos cuando estamos molestos y cómo tendemos a actuar cuando nos sentimos así. Discutimos la biología del enojo, el papel que tienen la crianza y la cultura en la forma en que experimentamos y expresamos nuestra ira, los problemas que pueden surgir de un control pobre de esta emoción y los aspectos positivos que también pueden ocurrir si se lleva a cabo una buena gestión del enojo.

    Este libro se sustenta, al igual que mi conferencia de 2019 en TED Talks ¿Por qué nos enojamos y por qué es saludable?, en lo que más amo. He investigado la ira por más de 20 años, desde que comencé a estudiar en la universidad en 1999. De hecho, asistí a la escuela superior específicamente para estudiarla. Como podrás ver, crecí rodeado de ira de tal forma que, constantemente, me encontraba pensando por qué la gente se enojaba y el daño que esta emoción le podía causar.

    Más tarde, mientras aún estudiaba, empecé a trabajar en un albergue juvenil. Muchos de los niños con los que traté tenían problemas para controlar su ira, lo que con frecuencia los metía en problemas. Quería ayudar a aquellos chicos a aprender cómo lidiar con su enojo de manera más efectiva.

    Me parece que fue también en la universidad donde aprendí que la ira era mucho más interesante y complicada de lo que creía en un inicio. Había crecido pensando que se trataba solo de una emoción mala y que debíamos intentar sentirla lo menos posible. Sin embargo, aquellos niños del albergue tenían muchas razones para estar enojados. La mayoría crecía en una pobreza abyecta. No tenían seguridad alimentaria, no era adecuado su acceso a oportunidades educativas y muchos habían sufrido abuso o abandono por parte de sus padres o cuidadores. El mundo había sido injusto con ellos y su enojo era comprensible.

    Este libro trata sobre ayudar a las personas a desarrollar una relación más saludable con su ira. Yo veo la gestión de la ira de forma distinta a muchas personas. Para mí, la ira no es algo que debamos alejar. Nuestras metas para la gestión de la ira no deberían ser solo relajarnos y sentir menos enojo. Esta emoción tiene un propósito importante en nuestras vidas y, así como no es saludable perder el control, tampoco lo es ignorar nuestro enojo. En su lugar, pienso en el enojo como un combustible. Nos da energía para hacer todo lo que necesitamos. Sin embargo, al igual que cualquier combustible, necesitamos controlarlo y canalizarlo de formas particulares.

    Para poder comunicar todo eso, he organizado este libro en tres secciones principales. La primera parte se titula Fundamentos de la ira y sirve como una introducción al tema. Los cinco capítulos que constituyen esta sección explican qué es la ira, por qué la gente se enoja, los tipos de pensamientos que tenemos que conllevan al enojo, los elementos biológicos que subyacen a esta emoción y cómo la percibimos diferente según la raza o el género.

    La segunda parte, Cuando la ira termina mal, subraya algunas de las consecuencias primarias asociadas con la mala gestión de la ira. En cuatro capítulos, describo las relaciones complicadas que de alguna manera se generan entre esta y la violencia: cómo destruye las relaciones, sus consecuencias en la salud física y mental, y cómo es que el enojo puede llevarnos a tomar decisiones irracionales.

    Por último, la tercera parte de este libro, Ira saludable, describe cómo se puede entender esta emoción, gestionarla y utilizarla de maneras positivas y en beneficio de la sociedad. Cada capítulo incluye estudios de caso, investigación relevante y actividades diseñadas para ayudarte en tu relación con el enojo de formas productivas.

    Las actividades al final de cada capítulo incluyen todos los ejercicios que he hecho con mis estudiantes y clientes para ayudarlos a explorar por qué se enojan, cómo sienten su ira, qué les dice y cuál es la mejor forma de lidiar con ella. Las actividades incluyen breves ejercicios escritos, encuestas y formas de repensar la ira. Estas herramientas no solo te ayudarán a avanzar a través del libro sino que seguirán haciéndolo a lo largo del tiempo conforme continúes trabajando para experimentar un enojo saludable.

    Parte IFundamentos de la iraCapítulo 1. Introducción a la ira

    UNA EMOCIÓN INCOMPRENDIDA

    Con frecuencia me encuentro con personas que no saben o no entienden qué es la ira. Piensan en ella como si fuera lo mismo que los comportamientos hostiles y violentos que muchas veces se le asocian. Cuando leen sobre tiroteos masivos o disturbios, dicen cosas como: ¿Por qué existe tanto enojo en el mundo?. Cuando escuchan sobre algún altercado físico, comentan: Estas personas tiene problemas de ira. Lo que puede ser cierto, pero me parece que en realidad se trata de ejemplos de violencia, la cual difiere fundamentalmente de la ira. Cuando leemos sobre peleas físicas, asesinatos, tiroteos masivos, es mejor preguntar: ¿Por qué hay tanta violencia en el mundo hoy en día?.

    Esta pregunta es más adecuada, puesto que los perpetradores de tiroteos en masa y la violencia doméstica no solo tienen problemas de ira. Probablemente, también tienen problemas para controlar sus impulsos, dificultades de poder y control, y quizás crean que la violencia es una solución razonable ante un desacuerdo. Existen numerosas explicaciones emocionales, de personalidad y ambientales detrás de la violencia que no necesariamente involucran la ira.

    Ahora bien, no estoy diciendo que la ira sea irrelevante en estos ejemplos, por el contrario, probablemente lo es. Estas situaciones involucran mucho más que enojo y, cuando nos enfocamos solo en él, pasamos por alto otros serios problemas. En contraste, la ira comúnmente pasa desapercibida en una amplia variedad de circunstancias, puesto que provoca mucho más que violencia, hostilidad y agresión.

    La ira es pura y simplemente una emoción. Es el estado de ánimo que surge dentro de nosotros cuando nuestras metas se ven bloqueadas o cuando experimentamos una injusticia. Las emociones están fundamentalmente separadas de las conductas. La tristeza, el miedo, la ira, la alegría son emociones. Existen comportamientos que se correlacionan a ellas, como el llanto a la tristeza, la evasión al miedo, la risa a la alegría, pero estas conductas no son lo mismo que el estado emocional. Las personas muchas veces lloran cuando están felices o se ríen cuando tienen miedo. De la misma manera, algunas veces la gente es agresiva sin estar precisamente enojada.

    Como emoción, la ira no incluye un deseo de atacar física o verbalmente, está separada de aquellos comportamientos que sí generan golpes. En otras palabras, a pesar de que tal vez queramos expresar nuestro enojo físicamente, no tenemos que hacerlo. Podemos presentar una variedad de conductas cuando nos sentimos enojados sin que sean peligrosas ni malas para otros ni para nosotros mismos.

    De hecho, para nosotros algunas de estas conductas son buenas. Hablo de esto porque considero que la ira tiene una mala reputación. La gente experimenta momentos muy complejos tratando de diferenciarla de la violencia, no reconoce que se trata de un estado de ánimo causado por los sentimientos, y que puede ser, por ejemplo, parecido a la tristeza, el miedo, la felicidad, la culpa y otros.

    Cuando estamos asustados, es posible que queramos escapar o encontrar una vía para evitar aquello que nos da miedo. Sin embargo, algunas veces expresamos ese miedo de cualquier forma pues, a pesar de sentirlo, hacemos aquello que nos aterroriza.

    Lo mismo puede pasar con la ira. Quizá queramos atacar, pero podemos hacer también otras cosas cuando estamos molestos.

    En última instancia, la meta de este libro es ayudar a la gente a entender y alcanzar dos cosas:

    La ira es una respuesta normal y a veces saludable frente a una variedad de situaciones.

    La ira puede ser entendida, controlada y empleada de maneras saludables, positivas y en pro de la sociedad.

    Dicho esto, quiero dejar en claro desde un inicio que soy consciente de que la ira puede ser mala para las personas y para quienes las rodean. No hay duda alguna. Cuando la ira es frecuente, intensa, duradera o se expresa de forma pobre, puede causar serios problemas físicos, psicológicos e interpersonales. Nada de esto me es ajeno. Por el contrario, me interesé en el estudio de la ira, en primer lugar, porque había visto sus consecuencias por su mal manejo tanto en mi vida personal como profesional.

    Decidí comenzar el libro de esta forma porque no quiero que digan algo así: Pero la gente puede resultar muy lastimada debido a su ira u obviamente nunca has vivido con alguien que está realmente enojado. Es horrible. Si al ver la premisa de este libro, tu instinto te hizo pensar: Los verdaderos problemas de ira pueden ser terribles, debes saber, por favor, que estás enteramente en lo cierto. La ira puede causar un daño profundo como la destrucción de las relaciones, perjudicar propiedades, ocasionar problemas de salud mental y una gran variedad de consecuencias negativas. Hemos analizado durante décadas este tema y las investigaciones indican con frecuencia que la ira destruye vidas.

    Ahora, quiero que notes que utilicé el verbo poder en los últimos dos párrafos. La ira puede destruir vidas, puede ser dañina, puede destruir las relaciones. Sin embargo, no tiene que ser así. De hecho, la ira puede usarse para bien, puede motivar a las personas a resolver problemas, a crear arte o escribir literatura. La ira puede ser el combustible que te inspire a enfrentar la injusticia y crear un cambio social significativo. Lo más importante no es necesariamente cuán enojado estás, sino lo que haces con tu ira.

    UNA BROMA INOPORTUNA

    Cuando era niño, llené la almohada de mi papá con pelotas de tenis. Era el Día de los Inocentes y pensé que sería gracioso. Cuando me fui a dormir, ya se me había olvidado mi broma. Tenía 5 o 6 años y me acostaba mucho antes que mi papá, por lo que en ese momento él no había descubierto aún mi chiste. Me quedé dormido. De pronto, me desperté cuando me vaciaban encima una funda de almohada llena de pelotas. No recuerdo que mi padre haya dicho nada mientras lo hacía. Solo dejó caer entre 20 y 30 pelotas sobre mí y salió de la habitación. Esto debió haber despertado a mi hermano mayor con el que compartía habitación, pues lo recuerdo diciéndome: Creo que no le gustó tu broma.

    Me quedé acostado en silencio, asustado, triste y avergonzado. Pensé que sería gracioso, obviamente había cometido un grave error. Al poco rato, se abrió la puerta de forma abrupta. Me espanté con el ruido y, antes de que pudiera registrar qué estaba pasando, una pelota de tenis rebotó con fuerza contra mi cabecera. Aparentemente, mi padre había encontrado una más. Sospecho que no tenía intención de golpearme en realidad, pero sí quería asustarme. Después, azotó la puerta y nunca volvimos a hablar del asunto.

    Lo extraño de esta historia es que, si bien, tengo varios recuerdos de mi padre actuando así, no era una persona que estuviera siempre enojada. Yo me asustaba cuando se enojaba mucho y actuaba de manera parecida a esta, pero la mayor parte del tiempo era un tipo relativamente feliz y divertido.

    De hecho, si hubiera estado enojado siempre, probablemente no habría intentado hacerle una broma, habría sabido que no le parecería gracioso. Eso era, en parte, la dificultad de vivir con él. Estoy seguro de que en otras ocasiones mi papá se habría reído al descubrir mi broma y habría fingido estar molesto conmigo la mañana siguiente, pero fue una mala noche y se enojó. Se enojó mucho. La ira de mi padre causó un quiebre en nuestra relación que ha estado presente la mayor parte de mi vida. Convivimos, sin embargo, nunca me sentí tan cómodo cerca de él como se supone que debería estarlo. Yo estaba siempre preocupado porque se enojara conmigo.

    Cuando crecí, me preocupé menos de que se molestara conmigo, pero me estresaba que se pudiese enojar con alguien de nuestro alrededor. Si un mesero se equivocaba, era muy probable que fuera brusco con él o, si otro conductor se le metía, tocaba el claxon y le echaba el auto, mientras yo permanecía asustado en el asiento de atrás. Una vez le gritó al dependiente de una gasolinera mientras yo pagaba, por lo que tuve que fingir que no lo conocía. Hay gente así, me dijo el empleado del lugar. Sí, hay gente así, le respondí, y después volví al auto esperando que su ira se hubiese disipado.

    Algo que me conflictúa sobre esto es que yo notaba que él nunca supo realmente cómo me sentía al respecto. Recuerdo haberlo hablado en una ocasión, pero se trató de una conversación breve, como casi siempre que se conversaba de sentimientos con mi papá. Una noche él vino a verme después de un incidente aterrador en el auto. Tuvo una discusión que se subió de tono con un peatón y yo me había asustado mucho (diré más acerca de esto después).

    –¿Te asusté cuando le grité a aquel tipo? –preguntó.

    –Sí –le contesté.

    –Lo lamento –me respondió.

    Debí haberle dicho más sobre cómo me sentía, pero, como lo mencioné, nunca estuve lo suficientemente cómodo cerca de él. Esa era la naturaleza de nuestra relación, casi siempre reprimida por la forma en que él expresaba su ira.

    CUANDO LA IRA TERMINA MAL

    La tendencia a dañar las relaciones, ya sea de forma consciente o inconsciente, es una de las muchas categorías generales de las consecuencias de la ira que voy a abordar en este libro. Es sabido que la ira se asocia con ciertas consecuencias obvias. La gente con enojo crónico tiende a

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