La Jaula
Por Concepción Peña
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juntas crecieron y cuando todo pareca marchar bien en sus
vidas, la muerte de una de ellas y el misterio alrededor de su
asesinato empaa esa tranquilidad, sin saber contra quien o
quienes se enfrentara Laura tratar de seguir con su vida en
medio de amenazas hasta que por fin se cree resuelta su
muerte, sin imaginarse quien es el verdadero
asesino y el motivo por el cual la asesinaron.
Concepción Peña
Concepción Peña, estudio leyes en la Ciudad de México donde actualmente reside al lado de su esposo y sus tres hijos ésta es su primera novela publicada.
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La Jaula - Concepción Peña
Copyright © 2011 por Concepción Peña.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2011914381
ISBN: Tapa Dura 978-1-4633-0809-4
ISBN: Tapa Blanda 978-1-4633-0811-7
ISBN: Libro Electrónico 978-1-4633-0810-0
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.
Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.
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[357415]
CONTENTS
LA JAULA
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
A mi esposo Luis
Nuestros hijos Luis, José y Sofía
Los amo.
LA JAULA
Ese día el despertador parecía estar descompuesto, estaba tan cansada que no se podía despertar, un día más de trabajo, de rutina, de reuniones agobiantes, nuevos clientes a quien atender.
Después de varios intentos por fin hizo caso, llegó a la regadera, y como siempre impecable salio a trabajar, llevaba ya varios años viviendo sola, su independencia económica y el hecho de ser huérfana le habían brindado la oportunidad de llevar una vida envidiable para otras chicas de su edad, el despacho de contadores donde trabajaba la consideraba una de las mejores, a cambio recibía excelentes prestaciones.
De camino al trabajo puntual a las 8:30 de la mañana, su teléfono móvil sonó.
- ¡Hola amor!, ¿como amaneciste?,
- muy cansada, no se si es la edad o mi reloj biológico con algún mensaje secreto.
- ja, ja, bueno creo que para empezar debes dejar de trabajar tanto; estoy llegando a mi oficina te veo en la noche, besos, bye.
Laura y Xavier hacia ya dos años que mantenían una relación amorosa y aunque a Laura le daba confianza, estabilidad y cariño, sentía que algo les faltaba, talvez era tiempo para explorar cosas nuevas, o vivir una que otra aventura, pero estaba bien, la escasez de tiempo la hacía estar conforme.
- Buenos días Laura,
- Hola, Inés ¿tengo mensajes?
- Sí, claro, hablaron de la oficina en Nueva York y quieren saber si puedes estar disponible el jueves a las dos de la tarde para comer con un tal Antón Brandoni, para hablar sobre inversiones y el paquete completo.
- Sí, confírmala y ve pasándome las llamadas pendientes y a las doce me avisas para la reunión con el Sr. Aviles.
Absorta en su computadora sentada en su obscura oficina, sin percatarse que ya era de noche y ni siquiera había tenido tiempo de prender la luz, el sonido de algo que había chocado en su ventana la hizo gritar, se levanto encendió la luz y por más que trato de ver que había sido no encontró nada, en ese momento se dio cuenta que iba tarde para cenar con Xavier y sus amigos; cuando salió a tomar su auto se encontró con un pájaro en el cofre de su coche, sin embargo no sabía si estaba muerto o vivía aún, tomo el portafolio y con todo cuidado a punto de gritar lo tiro al piso y ahí lo dejo, dentro de su auto pensaba, sí Carmen me hubiera visto, me mata.
La velada fue agradable con amigos que frecuentaban constantemente, al final Xavier quería quedarse en casa de Laura, sin embargo ella lo rechazo argumentando un fuerte dolor de cabeza y necesidad de dormir sola; Xavier como siempre la disculpo y se fue a su departamento.
Al día siguiente como todos los miércoles, se detuvo en el deportivo antes de ir a su oficina, nado durante una hora éste era su día preferido pues hacer ejercicio le ayudaba a mantener su esbelta figura y a eliminar el stress acumulado en el trabajo.
- Hola Inés, buenos días
- ¡Que bien te ves con ese vestido negro! que bueno que llegaste, tenemos llamadas pendientes, un almuerzo, dos reuniones por la tarde y una cena; El Ingeniero Clayton quiere agradecerte los consejos, como sí los honorarios que paga no fueran suficientemente altos, en fin, espero que al menos cenes rico
- Gracias, Inés, comencemos de una buena vez, si es que queremos ver el fin del día.
Saliendo del restaurante en donde habían cenado, Arturo Clayton le confeso la atracción que sentía por ella, le dijo que la admiraba por sus conocimientos y su profesionalismo y que le gustaría conocerla mas a fondo en el ámbito personal, Laura no sentía la menor atracción por el, así es que no le fue difícil declinar su proposición; le dijo que tenía una relación seria y que en su corazón no había espacio para nadie mas, Clayton siendo aficionado a las mujeres no le dio mayor importancia, lo cual facilito las cosas a Laura; Al darse la vuelta para subirse a su automóvil, del otro lado de la acera alguien la observaba, sin embargo era como una silueta sin rostro, sin mas subió a su auto y se dirigió a casa de Xavier, la proposición de Clayton la había hecho reflexionar y preguntarse si realmente lo amaba o era el sentirse cómoda lo que la hacía permanecer a su lado. Toco varias veces el timbre y no respondió, cuando pensó que no estaba, abrió la puerta en bata de baño,
- ¿qué hacías? Le cuestiono y el respondió,
- hice ejercicio, pasa ¿de donde vienes?,
- tuve una cena con un cliente y pensé que sería agradable verte para terminar bien un día difícil.
- Siéntate, te serviré una copa de vino,
- Gracias, me caerá muy bien.
Xavier era abogado, joven de buen físico y una posición económica muy solvente, trabajaba al lado de su padre, quien era un abogado renombrado, sus clientes eran principalmente artistas y políticos y Xavier atendía al resto de la población, distinguido por su sencillez sobre todo.
Xavier notaba a Laura, un poco inquieta, sin embargo no quería entrometerse, esperaría a que ella le comentara.
- Como te fue hoy Xavier, que