CUANDO la droga entra en una familia, no solamente afecta al que la consume, sino que también arrastra a todos sus integrantes. Muchas veces esta guerra se pierde, pero en otras muchas, como en es la de este caso, con tiempo, amor y mucha lucha, se puede ganar.
Ya hace casi seis años desde que los acontecimientos desembocaran en tragedia, cuando Alonso Caparrós (52) decidió contar su adicción a las drogas. Un problema que dinamitó la relación familiar y desencadenó uno de los enfrentamientos familiares más fuertes que se han vivido en televisión. Una pelea en la que padre e hijo se lanzaron duras acusaciones y que terminó con la intervención de la matriarca recriminando a Alonso su comportamiento.
El tiempo ha sanado muchas de esas heridas y, tras demostrarse que el amor verdadero es una de las armas más importantes que posee el ser humano, tres generaciones de Caparrós se han reunido en este espectacular reportaje en el que hemos podido ser testigos del cariño y de