Amores en tiempos de tusa

Por Suly Estefanía Valencia Quintero

La ilustración, el amor por el arte, los poemas y la poesía son pilares de superación para quienes salimos de las tinieblas del dolor.
Amores en tiempos de tusa, pretende ayudar a las mujeres a superar momentos de dolor a través del arte de la escritura, resaltando el empoderamiento femenino.

Esta historia es real y motivadora, te enseñará a superarte como persona, teniendo amor propio y pasional por tus metas y propósitos en ti.

Amores en tiempo de tusa nace de la necesidad de miles de vacíos en medio de la depresión y la tusa más fuerte por una ruptura sentimental inolvidable. Evadiendo todo sentimiento doloroso, convirtiendo en un estado efímero pero marcado en la historia.

Agradecimientos a mis psicólogas: Nélida Lamas y Raquel García Manilla, a mi maestra de primeras letras y guía espiritual María Josefa Barreto. Quienes guiaron mi mundo justo antes de que yo tocara fondo.

A mi madre Soledad Valencia, quien me brindó de nuevo la oportunidad para verme brillar, aceptando y respetando una realidad.

Siempre se debe creer en ti misma, las adversidades es lo más cool que te puede suceder para comprender.

Eso es Amores en tiempos de tusa, una historia de amor y superación en medio de una depresión mortal.

Viva el amor de todos los colores sin importar cómo resulte acabar. No salí del closet, abrí las compuertas a un conocimiento de diversidad de género y no las pienso cerrar.

DEDICADO A VALIENTES…

• Idioma: Español
• Editorial: Universo de Letras
• Fecha de lanzamiento: 31 oct 2023
• ISBN: 9788419774675

Suly Estefanía Valencia Quintero

Suly Estefanía Valencia Quintero es licenciada en Periodismo, con un diplomado en Medios de Comunicación, máster en Locución y Oratoria. Poeta y escritora. Locutora de radio. Colombiana nacida el 30 de junio de 1991 en Cartago, Valle del Cauca Curso estudios en la universidad; Universitaria De Colombia (Bogotá, Colombia) Escuela MasterD (España) Rafael Poveda Televisión (Bogotá, Colombia) Sus aspiraciones por la escritura empezaron a materializarse cuando escribía y creaba los guiones para obras de teatro en el colegio. Líder social en Bogotá, Colombia Participante de realities de habla hispana y entretenimiento. Sus primeros pasos: Bogotime (Prensa escrita) ABC Prodein (ONG) RCN TV (Televisión) RadioCima (Cadena de radio) DescaradaFM (Cadena de radio)

Vista previa del libro

¿Qué significa el término tusa?

Según definiciones de Oxford Lenguages, corresponde a nombre femenino.

«Coloquial despectivo – América.

(Persona) Que es despreciable o de baja condición social».

Para la Real Academia Española:

1.f. Esfuerzo excesivo y penoso.

2.f. And. y Cuba. Cigarrillo hecho de una hoja de maíz.

3.f. Ant., Col., Pan. y Ven. Corazón de la mazorca.

4.f. Arg., Chile y Pan. Crines del caballo.

5.f. Arg. Acción y efecto de tusar las crines.

6.f. Col., C. Rica, Guat., Hond. y P. Rico. Persona despreciable y de poca dignidad.

7.f. Col., Guat. y Hond. Objeto despreciable y de poco valor.

8.f. Col. Hoyo de viruela.

9.f. C. Rica, Ec., El Salv., Guat., Hond. y Nic. Hoja que envuelve la mazorca del maíz.

10.f. Guat. Mujer muy alegre y pizpireta.

11.m. y f. coloq. Cuba. Persona arisca y de trato difícil.

12.loc. verb. R. Dom. poner en su sitio. llamarada de tusa».

Pero, realmente, el término bajo el título de mi libro va más enfocado a ese gran significado conocido y afamado por la cantante de género urbano KAROL G, quien hizo de Tusa un hit. Cabe resaltar que las costumbres lingüísticas o modismos suelen variar en cada país y, en los centroamericanos, mucho más. Tusa es un claro ejemplo de ello.

La Real Academia Española se refirió a esta palabra vía Twitter_

«En el Diccionario de americanismos se puede ver que en el habla popular de Colombia, tusa se emplea con el significado de: tristeza o despecho, causados por un fracaso o desengaño amoroso».

De este modo, podremos adentrarnos en este bonito relato, conociendo el término de tusa; aquella historia que leerás en medio de una tusa emprendedora.

Esa mañana era todo color de rosa, me sentía en gratitud con Dios y la vida.

Junto a mi estado de ánimo, me acompañaban un buen café y la abuela Tere. Era costumbre tomar el móvil y revisar algunas redes sociales. Sí, lo admito, me atrapan y leo mucho cada contenido para ilustrarme un poco, bueno, sí, sí, lo sé…, soy muy cotilla y estoy husmeando el mundo del espectáculo.

Continuaba la mañana y me encontraba en frente de una aplicación en busca de amigos. De repente, me fijé en alguien sin más…, pero ¿saben algo? Pasando los días, siempre entraba a esta aplicación solo a observar sus fotografías y no me atrevía a entrar en una conversación. Y, oh, sorpresa, me han descubierto. ¿Cómo? Aquella aplicación notificaba a cada usuario cuando le visitaban su perfil.

Y fue allí donde esa persona me escribió e inició esta bonita y triste historia.

Ya era de noche, me encontraba tumbada en el sofá observando fotografías de aquella piel canela y, sin previo aviso, recibo un «hola». En ese momento, mi corazón no palpitaba normal, iba a la velocidad de la luz, claramente me encontraba muy nerviosa sin saber qué responder. Fue un instante efímero y actué con tranquilidad. La piel canela me decía: «¿Qué tanto observas en mi perfil?». Mientras mi corazón galopaba, respiraba y meditaba, contesté: «Son tus fotografías, que me han llamado la atención y te he visto en una ocasión en un bar».

Inmediatamente, me responde: «Lo sé, te he visto también y no en las mejores condiciones». La piel canela me interpretaba la visión de aquella noche y hablamos de tener una amiga en común, de nuestras profesiones y, poco a poco, nos fuimos soltando, aunque llegó la hora de despedirnos. Un «hasta pronto» fue nuestro último escrito esa noche.

Al amanecer e iniciar mis deberes, recibo un «buenos días» en mi móvil. Fue alucinante, sentía picardía y un leve cosquilleo. Eran mensajes tras mensajes de buenos deseos y me daba hormigueo en la tripa sin comprender lo que sucedía y por qué me impactaron uno simples mensajes.

Continuaban pasando los días y le confesaba alguna de mis pasiones; una de ellas era la locución o la obsesión de llevar siempre mis uñas maquilladas, y la piel canela me sorprendía más y más. A tal punto de despertar una mañana y enviarme una fotografía del boceto que había realizado en las uñas que tenía como modelo para practicar. ¿Qué? Aquella piel canela se dedicaba al mundo de la estética y en ese maquillaje se encontraba mi nombre artístico: TtifanyQueen. Mi mirada irradiaba en tan pocos días de amistad.

Llegaban jornadas agotadoras y fines de semana para descansar. Tras un poco de conocimiento vía mensajes, era la oportunidad de conocernos presencialmente.

Aquí era tan solo el comienzo a un inmenso amor para luego afrontar la tusa más potente y emprendedora de mi vida.

Capítulo 1

Era una mañana como todas, me dedicaba a cuidar de la abuela Tere, quien no estaba en su mejor momento. Era la abuela más dulce, noble y hermosa, el brillo de sus ojos proporcionaba mucha ilusión y alegría. La abuela Tere padecía la enfermedad de Alzheimer y cada vez eran más fuertes sus bajones de ánimo y de salud. Después de una ducha calientita, su corazón se pronunció alertando que algo iba mal.

Emprendo el viaje más triste en una ambulancia, observando que, poco a poco, la pierdo. Me siento frustrada e impotente, muchas cosas pasan por mi cabeza. Al bajar de la ambulancia, la ingresan de inmediatamente. La miro y le agradezco por pertenecer a mi vida y darme la oportunidad de convivir conmigo. Ella, el mal de Alzheimer y yo. Le quedaban pocos días a su vida. Me aíslo de la habitación del hospital y me siento a la orilla de un andén, lloro incansablemente, sé que va a morir, su corazón ya no resistirá. Recibo un mensaje en mi teléfono:

«¿Cómo llevas el día?».

«El día ha sido difícil, la abuela que cuido está agonizando en el hospital, no he probado bocado alguno, me siento sola y triste».

«Lo siento mucho, no me alcanzo a imaginar tu situación. Debes alimentarte, es muy importante. ¿Quieres que te lleve comida o necesitas algo en lo que pueda ayudar?».

«No, no te preocupes, mi novio vendrá a traerme comida y me acompañará».

«Vale, recuerda: en lo que pueda, aquí estaré para colaborarte».

«¡Gracias!».

Así es, era la piel canela quien me escribía y se preocupaba, y yo no tenía mente para nada. Inicialmente, le mentía, ningún novio vendría a traerme comida y mucho menos acompañarme en tal tristeza, el novio cuyo personaje le inventaba no existía, bueno, sí, era real, aunque vivíamos en diferentes continentes.

Continuaba la jornada y estaba en su habitación de nuevo, era la hora de la cena y fue desgarrador verla atada a la camilla y con una sonda ultravaginal. Como si fuera poco, imploraba:

—¡Suéltame, por el amor de Dios!

Con gran cariño y lindos gestos, logro tranquilizarla y que cene bajo mis alcances de darle cucharada por cucharada. Éramos solo ella y yo, hasta la medianoche, que