Descubre este podcast y mucho más

Los podcasts se pueden disfrutar de forma gratuita sin necesidad de una suscripción. También ofrecemos libros electrónicos, audiolibros y mucho más por solo $11.99 al mes.

T01XE18 - Diario de una Amazona - Un Podcast de Celia Blanco (@Latanace) - MI PRIMER INTERCAMBIO DE PAREJAS - Episodio exclusivo para mecenas

T01XE18 - Diario de una Amazona - Un Podcast de Celia Blanco (@Latanace) - MI PRIMER INTERCAMBIO DE PAREJAS - Episodio exclusivo para mecenas

DeDiario de una Amazona (con Celia Blanco @latanace)


T01XE18 - Diario de una Amazona - Un Podcast de Celia Blanco (@Latanace) - MI PRIMER INTERCAMBIO DE PAREJAS - Episodio exclusivo para mecenas

DeDiario de una Amazona (con Celia Blanco @latanace)

valoraciones:
Longitud:
21 minutos
Publicado:
24 abr 2023
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Agradece a este podcast tantas horas de entretenimiento y disfruta de episodios exclusivos como éste. ¡Apóyale en iVoox! T01XE18 - Diario de una Amazona - Un Podcast de Celia Blanco (@Latanace)
- MI PRIMER INTERCAMBIO DE PAREJAS

La llamada me desconcertó. Era muy raro que aquel excompañero de la tele me llamara, un martes, a las 9 de la noche. Quería ir a mi casa a verme. Estaba investigando un caso y me necesitaba.

— Claro, ven— Le dije.

Cinco minutos después, estábamos en el salón, cada uno con una cerveza.

—Necesito que me ayudes con esto. Necesito una mujer y tú eres la única que puede hacerlo.

Ángel, llamémoslo así, era uno de los que más casos periodísticos había destapado. A mí me encantaba que conociera a tanta gente, que se moviera tan bien por los subterfugios y que pareciera que nunca tuviera miedo. Era el reportero que muchos aspiramos ser. Así que escuché con atención:

Llevaba meses detrás de la pista de Antonio Anglés, aquel malnacido que huyó de la justicia después del asesinato de las niñas de Alcaçer. Según me dijo, lo había localizado trabajando en un local de intercambio de parejas. Y quería que fuéramos.

Al principio no daba crédito.”¿Tú yo? ¿A un local de intercambio de parejas?”. Sí, me dijo. Vamos, vemos si es él y si es… La poli entra a saco.

Según me contó, en el piso de enfrente habría dos policías nacionales para entrar en cuanto diéramos la voz de alarma.

Y para allá que nos fuimos. ¿Algo difícil, peligroso y salvaje? ¡Me gusta!
El local era uno de los de toda la vida, al lado del Pirulí, Torrespaña para los profanos, justo antes de entrar, señaló un piso en el que, efectivamente, alguien miraba con asiduidad hacia fuera. Ahí estaban los policías. Yo no había ido jamás a un lugar así, así que hice todo lo que me dijeron. Me desnudé completamente, dejé la ropa en una taquilla y entré en el garito.

El lugar era muy curioso. Tenía varias piscinas de poco fondo donde las parejas se hacían arrumacos. Por todos sitios había muebles para fornicar: sofás, camas, sillones ergonómicos de ondas… un paraíso para el sexo. Por todas partes había hombres y mujeres, unos en albornoz y otros desnudos. Yo nunca he sido muy pudorosa, así que, en cuanto entré me quité el albornoz y me metí en una de las piscinas para ver con claridad a todo el mundo y no ser yo el centro de atención. Ángel se metió conmigo.

A nuestro lado, un hombre y una mujer se metían mano, besaban e intentaban, infructuosamente, lo de follar en el agua. A mí me entró la risa y apunté que jamás había conseguido ese gran hito de hacer de la piscina una buena cama. Ángel me dijo que él alguna vez había conseguido algo, pero poco más que sobar mucho e intentarlo. Al minuto, dos mujeres se metieron también en la piscina. La verdad es que era muy excitante ver tantos cuerpos desnudos fornicando. Hombres con mujeres, mujeres con mujeres, hombres con hombres… Había una mujer trans especialmente bella que a mí me encantó nada más verla. De Anglés, ni rastro. Por más que miramos, por más que buscamos, saliendo de vez en cuando de la piscina y dándonos una vuelta, nada. Los camareros no se le parecían ni de lejos. Y los clientes, menos.

— Oye, este no está aquí—
Le dije al rato a Ángel.

— Bueno, espera. Era un buen soplo.

De vez en cuando, Ángel y yo nos mirábamos y nos sonreíamos. Hacíamos bromas, nos tocábamos al hablar y dejamos que el ambiente sexual impregnara nuestro ser. Yo, estaba cachonda, lo reconozco. Y él… él solo estaba esperando a que yo claudicara.

En el borde de la piscina, los dos muy juntos, Ángel me miraba, se sonreía y me acariciaba la espalda, los brazos, la cara… Yo iba relajándome poco a poco hasta que me dejé, simplemente, me dejé. Ángel me besó, me agarró por la cintura y me pegó a él. Pude comprobar el estado de erección que tenía y, reconozco, me sentí orgullosa. Estaba muy a gusto, mucho más de lo que imaginaba. Que Ángel me agradaba, incluso que me gustaba, era evidente, pero no pensé que pudiéramos liarnos y menos
Publicado:
24 abr 2023
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (37)

Diario de una Amazona es el primer podcast producido por MTVRX Producciones. Es una serie de capítulos donde la periodista y escritora Celia Blanco (ex presentadora del programa de la Cadena SER Contigo Dentro) habla ella misma. Será un diario en el que nos contará cómo es su vida más íntima, después de años siendo una MILF, madre deseada sexualmente. Ahora, con 50 años se erige en amazona, en una mujer fuerte que galopa sobre la grupa de sus amantes. Un diario íntimo, sincero y sexual para escuchar con cascos. Podría hacerlo de otro modo, no confesando. Pero si confieso me desnudo al hacerlo. Y noto las manos de mis amantes acariciándome el cuerpo entero. Quiero que sea un diario, una cita semanal en la que pueda recrearme en todo lo bueno que pasa entre mis piernas para sentirlas, de nuevo, temblar. Soy una amazona, una mujer libre, una mujer plena, una mujer segura de lo que necesita para seguir viva con toda esta intensidad. Una amazona siempre se levanta cuando la destrozan, recupera la compostura y se planta, de nuevo, ante quien haga falta. Una amazona sabe que lo mejor que tiene es a ella misma. Y así, solo así, puede con todo. Soy la perfecta amazona que quiere que sepas cómo le gusta follar... No vaya a ser que tengamos la suerte de cruzarnos y perpetremos todos nuestros deseos, esos que no contamos a los demás. ?