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El Quinto Origen V: Gea
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El Quinto Origen V: Gea
Libro electrónico245 páginas3 horas

El Quinto Origen V: Gea

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Gea, o Madre Tierra, creó el Universo y dio a luz a los primeros humanos. En el Port de Sóller, Mamen y Toni toman conciencia de su poder ilimitado, pero ¿podrán evitar el transcurso del tiempo y la destrucción de su especie? Toni ya sabe que es Dios, así que Mamen tiene que ser Gea. Jesús y Nefertiti tienen la misión de derrotar a Lucifer y enterrarlo bajo una gran pirámide, aunque ella aún no le ha desvelado cómo sabe lo que pasará en el futuro. Mientras tanto Jesús va tomando cada vez más conciencia de su papel en el devenir de los siglos. Llegará a convertirse en el mayor símbolo de todos los tiempos, pero rendirse a la evidencia le va costar más de lo que puede llegar a imaginar.

J.P. Johnson vive en la isla de Mallorca. Ex-guardaespaldas de autoridades militares y broker de bolsa, actualmente se dedica en exclusiva a la literatura. Es autor de las célebres sagas "El Quinto Origen", "La Venganza de la Tierra" y "El Diablo sobre la isla" (publicada con su verdadero nombre, Joan Pont), además de la serie de autoayuda "Sí, quiero. Sí, puedo" y el libro de literatura infantil "Una mascota para Tom".

LIBROS DE J. P. JOHNSON
Serie El Quinto Origen

Stonehenge
Nefer-nefer-nefer
Un Dios inexperto
El sueño de Ammut
Gea (I)
Gea (II)
Serie La Venganza de la Tierra
Mare Nostrum
Abisal
Phantom
Un mundo nuevo
Ultra Neox
Éxodo.

OBRAS DE JOAN PONT.
Serie El Diablo sobre la isla

1-El Diablo sobre la isla.
2-Venganza.
3- Perros de Guerra.

Benet. Jamm Session. (La primera entrega del detective Toni Benet)

NO FICCIÓN

Serie "Sí quiero. Si puedo". (Traducida a múltiples idiomas)
Cómo escribir tu primer libro y publicarlo online.
Consejos imprescindibles para prosperar económicamente en la vida.
¡Socorro, mi hij@ quiere ser youtuber!
Los 12 mandamientos de la autopublicación independiente.
Serie juvenil

Una mascota para Tom (traducido a múltiples idiomas)

Encuentra a J. P. Johnson en:
Email: pontailor2000@gmail.com
Website: pontailor2000.wixsite.com/jpjohnson
Twitter: @J_P_Johnson
Facebook: facebook.com/pontgalmes
Instagram: j.p.johnson1

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 ene 2021
ISBN9781005081218
El Quinto Origen V: Gea
Autor

J. P. Johnson

¡Hola! Soy Joan Pont, aunque publico algunas de mis obras como J.P. Johnson, encantado de conocerte. Vivo en la isla de Mallorca, la mayor de las cinco islas del Archipiélago Balear. Ese es el motivo por el que toda mi obra está impregnada de una "mediterraneidad" profunda y de una pasión desmedida por este pequeño trozo de tierra rodeado de agua salada. Me encanta el mar, practico el surf y el paddle surf y me indigna ver cómo estamos destruyendo este Mediterráneo que conforma el germen de nuestra existencia. Cada vez hay más plásticos y menos peces, pasan barcos a mi lado echando humo de sus motores arrastrando redes kilométricas que destrozan los fondos mientras grandes yates fondean sobre praderas de posidónea y al levar las anclas destruyen estas plantas que son los pulmones del mar. Por eso un día me puse a escribir "La venganza de la Tierra. Mare Nostrum". Porque, tal como explica Lovelock, algún día Gaia, la Madre Naturaleza, acabará con nosotros. En mi novela Gaia nos da un aviso que acaba con la mayor parte de la Humanidad, pero concediéndonos una segunda oportunidad que, como se ve al final, no será entendida por todos. Pere Quetglas sí lo entiende, y su cometido será, a partir de ahora, concienciar a los que han quedado para que no vuelva a repetirse. Mi última obra es "El Quinto Origen. Stonehenge". Tengo que confesarte que estoy completamente enganchado a ella. Me apasiona la historia de los seres inmortales, Jesús y Lucius, que construyen monumentos y luchan entre ellos a lo largo de la Historia. Al mismo tiempo me he enamorado de Mamen, una mujer increíble. En estos momentos estoy terminando la segunda parte de El Quinto Origen, llamada Nefer-Nefer-Nefer. Pero habrá más. Por supuesto que sí. Mi ilusión por la literatura nunca se va acabar, es algo que llevo infiltrado en la sangre, y la culminación de mi trabajo es que te guste mi obra, querida lectora, querido lector, que te enamores de Odisea Pascual y de Mamen Torres, tal como he hecho yo, que llores con Joanet y con Cristian, y que te quedes boquiabierto con la figura de Jesús a través de la historia de la Humanidad. Muchas gracias por leerme. Un gran abrazo.  

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    El Quinto Origen V - J. P. Johnson

    EL QUINTO ORIGEN 5.

    GEA

    J. P. JOHNSON

    Para Cristian

    El Quinto Origen 5. Gea.

    © J. P. Johnson / Joan Pont Galmés [2020]

    Todos los derechos reservados.

    -Creo que lo que necesitamos es vivir una temporada como antes, con toda la normalidad del mundo… volver a ser nosotros, como si nada hubiera ocurrido…

    -Sí, pero hay un problema, y tú sabes cuál es… - murmuró Mamen, arrancándose un trozo de sangre seca del lugar donde no hacía mucho su tibia astillada surgía de la piel después de lanzarse al vacío desde el Templo Mayor de Tenochtitlán. -Desde aquí se ve el Port, y no hay nada destruido, por tanto las naves aún no han llegado… y llegarán esta noche ¿no?

    Candy se quedó mirándole con los ojos muy abiertos y un trozo de carne en la boca.

    -¿Ya le has visto?

    Toni afirmó con la cabeza.

    -Y también a Lucius. Estaba con nosotros… ehhh, aquí, en el Port, la noche en que sucedió todo.

    Candy apuró su tercera copa de vino.

    -Está bien, bajemos otra vez al puerto, a emborracharnos. Ahora soy yo la que está fascinada. ¿Y la chica?

    -Ha ido a ver a su madre - respondió Toni, levantándose de la silla, mientras Candy tiraba un puñado de billetes de cien sobre la mesa.

    -¿A ver a su madre? ¡Ja, ja, ja! ¿Qué se cree, que esto es una jodida telenovela? ¡A ver a su madre! ¡Ja, ja, ja!

    -¡Maldita sea! ¡Disparad al aire!

    Sonó una descarga cerrada. La multitud se detuvo en seco y retrocedió, aunque ninguno de los que la formaban se dio cuenta. Había que estar en una posición elevada para cerciorarse del cambio.

    -¡Ahora los gases, Khaled!

    Pero esta vez no se oyó ninguna detonación.

    -¡Khaled! ¡Los…!

    De repente Matthew Heredia se notó a sí mismo rodando cuesta abajo de bloque en bloque. Había recibido una pedrada o un disparo, más lo segundo que lo primero. El equipo del Proyecto Viajera del Tiempo llevaba ya un año desmontando la Gran Pirámide de Keops. Habían retirado y depositado en la planicie desértica de la meseta 854.320 bloques de piedra, un 37,14 % del total de 2,3 millones. Les quedaban dos años, aproximadamente, pero el sueño estaba llegando a su fin. El motivo principal era que, con toda probabilidad, cuando llegase abajo los sesos de Matthew estarían desparramados fuera de su cerebro y habría muerto; y el segundo y no menos importante, que la mitad de la población de la megalópolis de El Cairo se dirigía hacia allí en ese momento, armada y enfurecida.

    El Proyecto Viajera del Tiempo era supranacional y estaba blindado por una resolución de las Naciones Unidas, pero desmontar la Gran Pirámide… Vale, había sido demasiado. En realidad Matthew Heredia pensaba lo mismo que las dos anteriores directoras que habían abandonado el proyecto, pero la codicia le había empujado a esta idea absurda y sin retorno. ¡Nada menos que medio millón de dólares al año de sueldo neto! Las gemelas Nadine y Sarah tendrían la vida resuelta, y su ex-mujer Antonia también. Aunque en ese instante, mientras el hueso occipital de su cráneo se hundía dos centímetros al chocar contra una arista de un bloque de piedra que, (aún resultaba un misterio) una civilización que no dominaba la rueda había conseguido subir hasta allí arriba después de transportarlo desde seis kilómetros de distancia hacía cuatro mil quinientos noventa años, Mathew había cambiado por completo todas sus prioridades.

    Es increíble las cosas en las que puedes llegar pensar mientras mueres…

    Por ejemplo, por la mente del jefe de excavación del Proyecto Viajera del Tiempo cruzó un pensamiento que le había quitado el sueño en demasiadas ocasiones: la explosión técnica que había permitido a los egipcios levantar las grandes pirámides en un corto periodo de 100 a 125 años. Desde la primera (un experimento, a todas luces) escalonada de Djoser hasta la majestuosa pirámide de Khufu solo habían pasado 75 años. Esa rápida explosión técnica no volvería a ser igualada hasta el primer periodo gótico, en el que, en menos de 50 años, se levantarían grandes iglesias con una técnica desconocida por toda Europa.

    Estaba claro que había algo extraño en esos saltos de ingenio colectivo pero… ¡Cloff! cuando el cráneo de Matthew chocó contra el vigésimo bloque ya no había nada en qué pensar.

    A lo mejor podría hacerlo durante la eternidad…

    ALTO SECRETO. NO COPIAR. PROYECTO VIAJERA DEL TIEMPO

    Capitana General del Estado Mayor Cristina Díaz Aynat.

    Esta es una reflexión extraoficial que espero no llegue nunca a ser leída por alguien. Pero tengo que hacerla.

    Es gracioso, todavía no habíamos averiguado cómo demonios se las apañaron los egipcios para subir los bloques sin carros ni animales de tiro hasta cien metros de altura y ya estábamos destruyendo la construcción más grande que levantó el Ser Humano y que ostentó el récord durante al menos cuatro mil años, que se dice pronto.

    Debo admitir que entiendo perfectamente a las ciudadanas y ciudadanos de El Cairo, a pesar de que en los disturbios murieron veintidós mujeres y hombres, ingenieros militares que trabajaban en el Proyecto, y ciento veinte cairotas. Es que contemplar todos los días cómo va menguando de altura uno de los monumentos más distintivos de tu identidad nacional en aras a un hipotético fin del mundo tiene que ser insoportable. Yo habría hecho lo mismo. (Reitero una vez más que esta reflexión es a título personal y que yo y solamente yo soy responsable de ella.)

    Voy a pegarme un tiro cuando termine de escribir esto.

    ¡Es que estoy segura de que va a suceder, maldita sea!

    Lo que vaticinó la Viajera del Tiempo antes de esfumarse ocurrirá y no pienso estar aquí para formar parte del espectáculo. No moriré de apoplejía a manos de esos hijos de puta con su Eco y sus ondas sonoras que provocan una muerte fulminante con la cara de color violeta como si fuera un globo demasiado hinchado. Gracias, pero no quiero entradas ni aunque me las regalen.

    Los párpados se me cierran como losas de mármol y la botella de Hennessy va por la mitad. No está mal morir un poco borracha, o bastante. Llevo doce horas visualizando las grabaciones del proyecto Viajera del Tiempo. Esa mujer… ¡Dios Santo, no puedo hablar de ella sin echarme a llorar!

    Dadme un instante...

    Ya estoy aquí otra vez.

    Esa… mujer... es… inmortal.

    Lo repito: es in-mor-tal.

    Y no se trata de una teoría. Una de las policías militares enloqueció al cabo de dos meses de custodia y vació un cargador entero en su cabeza antes de ser reducida. El cráneo de la Viajera del Tiempo estalló como si fuese uno de esos estúpidos experimentos que publican los youtubers, cuando empiezan a poner gomas elásticas a una sandía hasta que revienta. Había cerebro de esa mujer hasta en el ojo de la cerradura de su celda. Bueno, pues le volvió a crecer. Sí, la cabeza… Lo vi cuando me dieron el mando de esta operación y acabo de verlo ahora de nuevo. Solo hay nueve personas en el mundo que han visto eso y seis ya han muerto. El presidente Trump dio inmediatamente el visto bueno a un presupuesto de cinco mil millones de dólares para el proyecto ultrasecreto Viajera del Tiempo, después de que le enseñaran la grabación, porque todo fue registrado por las cámaras, y jamás volvió a ser el mismo.

    Ella dice que conoció a Dios y al Demonio. La creo. Que recorrió diferentes épocas de la Historia, desde sus inicios, cuando el Ser Humano aún empezaba a balbucear esbozos de palabras. La creo. Que fue Pandora y que destapó la caja de los truenos para acabar confesando que Lucifer, el Origen del Mal, fue enterrado bajo la gran pirámide de Keops por Imhotep, ayudado por Ammut, y que, posiblemente todavía esté allí. ¡Por supuesto que la creo! ¿No he dedicado mi vida A ESO? ¿No voy a dispararme en la boca dentro de un rato POR ESO?

    Aún no habíamos encontrado nada en el laberinto de pasadizos y cámaras que conforman las tripas de la pirámide. No tuvimos tiempo, pero ya no me importa.

    Sin embargo queda una cosa… Alguien de quien no se ha hablado casi nada a lo largo de esta historia.

    Al principio ella la llamaba La Madre, aunque terminó nombrándola como Gea.

    Gea era la gran diosa de los antiguos Griegos. Ella representaba a la Tierra y era adorada como la Madre Universal. En la mitología Griega, Gea creó al Universo y dió a luz a la primera raza de los dioses (los Titanes) y a los primeros humanos.

    Me da mucha rabia morir sin desvelar este misterio, o al menos intentarlo, pero no tengo fuerzas.

    Y repito, no quiero vivir sobre este mundo cuando ocurra la Extinción.

    Firmado:

    Cristina Díaz Aynat.

    Pareces un sable de diamante oxidado - ¿Dónde está tu mirada ardiente, llena de rayos? - ¿Dónde está tu habla mágica? - ¡Eres el último representante del clan Yamán! - Los descendientes entenderán quiénes son los malévolos y los detractores, donde están los pensamientos sucios - El grupo está reunido en el Different’s - Lucius y sus cajoncitos de la memoria - Candy se descontrola - Un reencuentro no muy espontáneo, viejas historias - El paraíso no existe, pero puede crearse, al fin y al cabo - Lucius con sus dientes de sable - ¿Puedes tener envidia de Dios? - Controlas la mente de los demás y la tuya es un montón de cristales rotos.

    Candy, la Viajera del Tiempo, víctima de obesidad mórbida, dió un gran sorbo a su Sazerac. Pronto se lo hubo terminado por completo, así que levantó la mano para que le trajeran otro. Mientras buscaba con la vista a Caty, la camarera, su mirada se cruzó con un individuo que bailaba en medio de la pista. El individuo iba vestido con ropa de hip-hop: camisa y pantalones anchos New Era, gorra Camaloon, cadena de oro Herringbone King y deportivas Nike Air Force One. Su rostro estaba sumergido en las sombras y no se apreciaba desde aquella distancia, pero todo el mundo que se acercaba demasiado a él salía huyendo, por lo que siempre tenía a su alrededor un círculo vacío. Candy apartó la mirada y a continuación se estremeció visiblemente. El individuo apenas movía el cuerpo para bailar, solo oscilaba sobre sus pies subiendo y bajando la barbilla al ritmo de la música. En esos momentos sonaba Stan, de Eminem.

    Candy le conocía perfectamente. Tal como les había dicho a Toni y a Mamen, se estaban reuniendo todos en aquel lugar, ahora solo faltaba Jesús.

    Porque el individuo que movía su cuerpo milenario en el centro de la pista del Diferent’s era Lucius Umbert.

    También llamado Lucifer.

    El Demonio.

    Candy abrió la boca y estiró el brazo derecho profusamente decorado con tatuajes de estética maorí en dirección a Toni, que le murmuraba algo a Mamen en ese instante, pero enseguida lo bajó de nuevo. Le caía bien Toni, y también Mamen, al fin y al cabo ellos dos serían los primeros que acudirían en su ayuda después de la llegada de las naves en el mes de agosto del año siguiente, cuando ella misma se volvió loca después de que su marido y su bebé murieran de apoplejía, pero Lucius era otra cosa…

    ¿Cómo describirlo? Bueno… fascinación. Sí, la palabra era correcta, a pesar de que su mente no estaba muy por la labor de hallar palabras difíciles en aquellos momentos, después del vino de la cena, de las copas de ahora y del torrente de cocaína que inundaba sus arterias.

    -¡Ahora vuelvo! - gritó en dirección a los otros, pero nadie pareció escucharla. Puso sus ciento cuarenta kilos en movimiento y avanzó hacia el centro de la pista de baile. No tuvo que acercarse demasiado para empezar a notar esa vibración que hacía que todo el mundo se apartase de manera inconsciente y le dejara a Lucius un metro libre alrededor. Se trataba de una sensación anómala. Una barrera de oscuridad, pensó, para sus adentros. De pronto estaba muy deprimida y solo pensaba en la muerte. Dio un paso atrás y la terrible angustia desapareció. Había empezado a sonar I'll Be Missing You, de Puff Daddy. Lucius se movía siguiendo el ritmo de L.A. Style, pero solo con la parte superior del cuerpo. Sus ojos estaban ocultos debajo de la visera de su gorra, pero de repente se detuvo en seco, levantó la cabeza y clavó su mirada en el sorprendido rostro de Candy.

    -¡Pero qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¡Ven! ¡Ven a bailar! - dijo, señalándola con un gesto de la mano.

    Candy se acercó a él, temblando mientras se contoneaba al ritmo de la música. Bailaron, sin hablar, hasta que la canción terminó.

    -¿Otra copa? - preguntó entonces Lucius, sonriéndole.

    -¡Pues claro!

    Se dirigieron a la barra.

    -Un Sazerac, supongo - sugirió él. -Otro para mí.

    Caty trajo las copas y se alejó rápidamente. Candy tomó la suya con la mano, pero no bebió ni brindó cuando Lucius acercó su vaso. Seguía temblando, tanto que el hielo tintineaba ruidosamente acompañando a la siguiente canción, que era Dolores se llamaba Lola, de Los Suaves.

    -Ehhh… me acabas de dejar entrar en tu círculo ¿verdad? - acertó a decir.

    Lucius chasqueó los labios.

    -Oh, venga, no empecemos así… Te juro que yo no deseo esto. Solo he salido a tomar una copa. Vaya, parece que hay una especie de convergencia aquí, justo un año antes de que lleguen esas naves.

    Ahora Candy sí que bebió. Por extraño que pareciera le habían reconfortado sus palabras.

    -Ahí están Mamen y Toni - señaló con la cabeza.

    Lucius asintió.

    -Sí, los he visto. Solo falta ÉL - Remarcó tanto el pronombre que pareció que esa sola sílaba absorbía de pronto todo el sonido del local creando una especie de vacío. Los oídos de Candy atronaron dolorosamente cuando el maremágnum regresó.

    -¡Aaaggg! ¡Deja de hacer eso!

    -¿El qué?

    -¡Lo sabes perfectamente! Que todo se quede en silencio y después ¡paung!

    -Vaya, vaya… - Lucius hizo un gesto con la cabeza. -Has ganado en seguridad desde…

    -Chan-Chan… - se adelantó Candy, frunciendo los labios.

    -¡Ja, ja, ja! ¡Ah, sí! ¡Aeterna! ¡Se me había olvidado! - Lucius estalló en carcajadas, pero Candy se mantuvo seria.

    -A mí no… Jamás podré olvidarlo. Lo que hiciste… Fueron muchos, ¿sabes? ¡Miles de niños, de adolescentes sacrificados! ¡De personas!

    Lucius la miró fijamente, aunque sin abandonar la misma expresión irónica que Candy recordaba como si la acabase de ver hacía cinco minutos y no ochocientos años.

    -Bueno, cariño… Dices que no lo has olvidado, pero te recuerdo que ERAS TÚ quien los preparaba para el sacrificio. Además, esa gente lo necesitaba, un empujón de moral. A lo largo de todos estos siglos de lo único que estoy seguro es de que nada sirve mejor a una sociedad en horas bajas que un sacrificio humano, o varios.

    Candy empezó a recordar como si de repente hubiera sido abducida. El Different’s desapareció, la música de los Suaves desapareció, y también la gente que la rodeaba. En su lugar visualizó un paisaje agreste y de color parduzco. Era una ilusión tan nítida que incluso hizo el gesto de atrapar un puñado de tierra entre los dedos. Acababa de salir del vórtice y se encontraba sentada sobre la tierra polvorienta en algún sitio al norte de Perú.

    Estaba recordando cómo había saltado de nuevo a través del Eco. Una vez más. Los saltos eran cada vez más caprichosos. La mortificaban. Era evidente que algo se había averiado en el continuum del agujero de gusano que les había atrapado a ella y al resto de supervivientes de la catástrofe. Cuando conseguía adaptarse a un lugar y a una época se encontraba de pronto con uno de los enormes Seres acuosos en forma de letra T y el Eco la atraía de una forma irremisible. Había pasado de ser Doña Dolores Tosta de Santa Anna, que vivía plácidamente en Ciudad de México, virreinato de España, a aparecer en un altiplano en los confines del imperio mochica, recalando unos instantes, como siempre, en el lugar de transición original, junto a su casa de S’Esgleieta, en la isla de Mallorca, contemplando de nuevo, para su horror, el cadáver de su bebé descomponiéndose.

    El Ser oscuro, formado por un material líquido y sólido a la vez, tan alto como dos personas y con esa forma plana encima de la cabeza que le hacía parecerse a una letra T, apareció esta vez en un recodo del camino en el bello paraje junto a la iglesia de Santiago Puxtla, donde se había apartado a hacer sus necesidades en la ruta hacia sus negocios en las minas de plata de de Tlalpujahua.

    Cuando se encontraba con el Ser lo único que podía hacer Candy era gritar antes de que empezara todo y su cuerpo se estirara hasta el infinito y toda la esperanza se perdiera y volviera a ver a su bebé pudriéndose y lleno de moscas, algo que jamás, JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS, debería ver una madre.

    -... eso es lo único que he aprendido durante todos estos años, Candy… -Lucius había seguido hablando mientras ella recordaba la época en que le había conocido de una forma tan intensa que parecía vivirlo, estar allí, poder tocarlo como si fuera real. Al pronunciar su nombre la hizo volver en sí. -... La única forma de que la sociedad prospere es con una dosis controlada de terror - prosiguió él. -Dales un par de latigazos y te construirán una catedral, llévales una epidemia y te encontrarán una vacuna. Solo sirve el miedo, te lo aseguro. Algún día Jesús aprenderá eso y podremos dejar de intentar destruirnos el uno al otro...

    Candy le miró, pero no podía oír su voz. Era como mirar a un televisor con el volumen a cero, aunque sí percibía la música. Ahora sonaba Hello Goodbye, de The Cure:

    You say yes, I say no

    You say stop and I say go go go

    Ooh oh no

    You say goodbye and I say hello

    Hello hello

    I don't know why you say goodbye, I say hello

    Hello hello

    I don't know why you say goodbye, I say hello

    Canturreando el estribillo, volvió a perderse en sus recuerdos. Como antes, de una forma tan intensa que todo lo que había a su alrededor se desvaneció de nuevo.

    Después de aparecer en aquel desierto empecé a andar por un sendero polvoriento, bajo un sol que te fundía los sesos, pensé que esta vez me habían enviado al interior de un horno microondas. El cielo estaba despejado y sin una nube. Era un clima raro y muy opresivo. En el aire flotaba un hedor a carroña. La tierra era parda y elástica. Caminé durante… no sé, ¿dos días? Sí, puede que dos días, y de pronto ¡por fin algo de verdor! Plantaciones de totorales hasta donde alcanzaba la vista, rodeando a la ciudad de Chan-Chan, que significaba Sol Resplandeciente" en lengua mochica. Chan-Chan era la ciudad de adobe más grande del continente Americano (por supuesto, ninguno de sus

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