The Black Book 2. Una Historia del Metaverso.

Por J. P. Johnson

Cathy y Nuria salen juntas, van al instituto y son multimillonarias. Se han comprado una mansión en la que las fiestas nunca terminan y, además, poseen grandes extensiones de terrenos en el Metaverso cuyo valor crece cada día exponencialmente.

Por otro lado Bao-yu, la minera de criptomonedas que les envió cincuenta millones de euros al azar, es secuestrada por la Oficina 610 para descubrir el destino del dinero, que ni la misma Bao-yu conoce.

Todo está a favor de Cathy y de Nuria, pero algo empieza a enturbiar su relación de pareja. Además, los servicios secretos de muchos países empiezan su caza en medio de una guerra cibernética.

Bao-yu consigue escapar de la Oficina 610 y también empezará la búsqueda de las chicas.

Sin saberlo, ellas se han puesto en el punto de mira de medio planeta.

Nota de J. P. Johnson.

Querida amiga, querido amigo, este libro está escrito en género femenino, ya te habrás dado cuenta si has echado un vistazo a las primeras páginas. La razón por la que en mis últimas obras prevalece este género que es el más numeroso del planeta es, simplemente, por una razón de justicia.

Desde que nuestras antepasadas primates bajaron de los árboles y empezaron a caminar erguidas convirtiéndose en homínidas, el masculino ha dominado todos los aspectos de la sociedad humana. ¿No es hora de cambiarlo? Para que la justicia social se convirtiera en una realidad deberíamos hablar en femenino por lo menos durante los próximos cien millones de años. Todos los científicos, descubridores, artistas y escritores hasta los últimos cincuenta años han sido hombres. La mujer estaba relegada a la invisibilidad. La famosa frase que aún suena en algunos lugares "el hombre llegó a la luna" me llena de rabia, y como este hay infinidad de ejemplos. Así que ¡hablemos en femenino! Os lo debemos, mitad más numerosa de la Humanidad. Gracias por todo.

J.P. Johnson vive en la isla de Mallorca. Ex-guardaespaldas de autoridades militares y broker de bolsa, actualmente se dedica en exclusiva a la literatura. Es autor de las célebres sagas "El Quinto Origen", "La Venganza de la Tierra" y "El Diablo sobre la isla" (publicada con su verdadero nombre, Joan Pont), además de la serie de autoayuda "Sí, quiero. Sí, puedo" y la serie de literatura infantil "Tom, el cerdo Tik-toker".

LIBROS DE J. P. JOHNSON

Serie El Quinto Origen

1-Stonehenge

2-Nefer-nefer-nefer

3-Un Dios inexperto

4-El sueño de Ammut

5-Gea (I)

6-Gea (II)

7-ἢ τὰν ἢ ἐπὶ τᾶς

Serie La Venganza de la Tierra

1-Mare Nostrum

2-Abisal

3-Phantom

4-Un mundo nuevo

5-Ultra Neox

6-Éxodo.

Serie THE BLACK BOOK. UNA HISTORIA DEL METAVERSO. (LGTBQ)

THE BLACK BOOK 1.

THE BLACK BOOK 2

OBRAS DE JOAN PONT

Serie El Diablo sobre la isla

1-El Diablo sobre la isla.

2-Venganza.

3- Perros de Guerra.

Benet. Jamm Session. (La primera entrega del detective Toni Benet)

Glaciar. (Ecothriller)

La Chica de la Gran Dolina. (Tecnothriller)

NO FICCIÓN

Serie "Sí quiero. Si puedo". (Traducida a múltiples idiomas)

1-Cómo escribir tu primer libro y publicarlo online.

2-Consejos imprescindibles para prosperar económicamente en la vida.

3-¡Socorro, mi hij@ quiere ser youtuber!

4-Los 12 mandamientos de la autopublicación independiente.

5-En busca de tu Equilibrio. Claves del pensamiento estoico.

Serie juvenil Tom, el cerdo tik-toker. (traducido a múltiples idiomas)

1- Una mascota para Tom

2- ¡Hikokomori, resuelve tu problema!

• Idioma: Español
• Editorial: JPJohnson Books
• Fecha de lanzamiento: 1 nov 2022
• ISBN: 9781005417796

J. P. Johnson

¡Hola! Soy Joan Pont, aunque publico algunas de mis obras como J.P. Johnson, encantado de conocerte. Vivo en la isla de Mallorca, la mayor de las cinco islas del Archipiélago Balear. Ese es el motivo por el que toda mi obra está impregnada de una "mediterraneidad" profunda y de una pasión desmedida por este pequeño trozo de tierra rodeado de agua salada. Me encanta el mar, practico el surf y el paddle surf y me indigna ver cómo estamos destruyendo este Mediterráneo que conforma el germen de nuestra existencia. Cada vez hay más plásticos y menos peces, pasan barcos a mi lado echando humo de sus motores arrastrando redes kilométricas que destrozan los fondos mientras grandes yates fondean sobre praderas de posidónea y al levar las anclas destruyen estas plantas que son los pulmones del mar. Por eso un día me puse a escribir "La venganza de la Tierra. Mare Nostrum". Porque, tal como explica Lovelock, algún día Gaia, la Madre Naturaleza, acabará con nosotros. En mi novela Gaia nos da un aviso que acaba con la mayor parte de la Humanidad, pero concediéndonos una segunda oportunidad que, como se ve al final, no será entendida por todos. Pere Quetglas sí lo entiende, y su cometido será, a partir de ahora, concienciar a los que han quedado para que no vuelva a repetirse. Mi última obra es "El Quinto Origen. Stonehenge". Tengo que confesarte que estoy completamente enganchado a ella. Me apasiona la historia de los seres inmortales, Jesús y Lucius, que construyen monumentos y luchan entre ellos a lo largo de la Historia. Al mismo tiempo me he enamorado de Mamen, una mujer increíble. En estos momentos estoy terminando la segunda parte de El Quinto Origen, llamada Nefer-Nefer-Nefer. Pero habrá más. Por supuesto que sí. Mi ilusión por la literatura nunca se va acabar, es algo que llevo infiltrado en la sangre, y la culminación de mi trabajo es que te guste mi obra, querida lectora, querido lector, que te enamores de Odisea Pascual y de Mamen Torres, tal como he hecho yo, que llores con Joanet y con Cristian, y que te quedes boquiabierto con la figura de Jesús a través de la historia de la Humanidad. Muchas gracias por leerme. Un gran abrazo.  

Vista previa del libro

THE BLACK BOOK 2

Una historia del Metaverso

J. P. Johnson

Para Cristian.

THE BLACK BOOK 2. Una historia del Metaverso.

© J. P. Johnson / Joan Pont Galmés [2022]

Todos los derechos reservados.

Un black book es un cuaderno donde l@s grafiter@s realizan sus esbozos de proyectos futuros. Generalmente se enseñan para mostrar su estilo a otr@s grafiter@s. También es como una especie de diario de graffitis de manera que se puede ver cronológicamente cómo va evolucionando el estilo.

1- Las reglas no existen pero el respeto sí- Toxicómano Callejero

Cathy estaba tumbada en una hamaca junto a la piscina de sal de su chalet de Son Vida, en Palma de Mallorca.

Pensaba.

Aunque no mucho, no podía.

La mansión estaba llena de gente. Siempre lo estaba.

-Necesitamos un jodido equipo de seguratas, si no cualquier día aparecerá un puto cadáver en un armario y se nos va a ir todo a tomar por saco - dijo para sí misma, mientras escribía en su teléfono: Seguridad para edificios.

Pero la mayoría de resultados eran sobre instalación de alarmas.

-No necesitamos una alarma, lo que quiero es a un montón de vigilantes cachas que saquen a la peña de aquí y que les dejen entrar solo cuando nosotras les demos el puto permiso.

Escribió contratar vigilantes de seguridad privada. El primer resultado era de una empresa llamada Grupocontrol.

-Sí, buenos días. Necesito despejar una mansión en Son Vida. Sí, hay unas… cien personas, ¡yo que sé! Vinieron a una fiesta hace dos semanas y no hay forma de echarlos… ¡No, no es cachondeo! ¿Una ficha de empresa? No tengo ninguna empresa. Mire, le doy mi tarjeta de crédito. ¿Cuánto es? ¿Quinientos euros? Vale, puede cobrarse cinco mil si consiguen que mi chica y yo podamos cenar tranquilamente hoy en nuestra jodida casa.

Le dijo los números de la tarjeta de crédito a la mujer, que respondía un sí desvaído después de cada cifra.

-¡Mierda, seguro que esta tía me va a chetar y aquí no va a venir nadie! - exclamó con rabia después de colgar, pero no le apetecía nada llamar a otro sitio e intentarlo de nuevo. Tenía que concentrarse y pensar, porque Cathy, la estudiante de instituto que no tenía ni idea de nada hacía solo un mes, ahora se había convertido en una gran terrateniente del Metaverso. Aquella misma mañana se había pasado cuatro horas en la Vista Atlas de Metamask, donde había encontrado cien nuevas parcelas a la venta, recientemente creadas por Meta, en forma de NFT’s, Tokens No Fungibles. Había comprado esas parcelas en Decentraland por valor de doscientos millones de MANA’s a crédito, porque resultaba que las parcelas que estuvo comprando hacía una semana detrás de la calle principal de Mars Avenue, en Nova Terrae, ahora valían veinte veces más, aunque Cathy creía que su precio podía seguir multiplicándose, así que decidió esperar para venderlas. Lo mejor de todo aquel asunto era que, al comprar de una sola vez tantas parcelas juntas, Decentraland las unía y las convertía en un terreno, cuyo precio de compra se reducía prácticamente a la mitad. Cathy no estaba segura de ello, pero presuponía que esos gigantescos terrenos de los que eran propietarias ella y Nuria en la ciudad de Mars Avenue podrían volver a ser divididos en parcelas y vendidos a varias veces su precio.

the-Todo depende de que Decentraland me deje mamutear los mapas, porque de momento esos cabrones me están dando todo el crédito que les pido - murmuró, mientras se levantaba, dejando la lata de What the Fanta que tenía en la mano sobre la mesa, y se acercaba a la piscina. Estaban a principios de junio y ya se notaba que el verano que se estaba acercando iba a ser muy caluroso.

Se lanzó al agua de cabeza. El frescor envolvió su cuerpo con una voluptuosa sensación, que se frustró cuando un montón de gente empezó a lanzarse junto a ella, provocando un maremágnum de estallidos de burbujas.

-¡Hey! ¿Pero qué pasa? ¡Casi os caéis encima de mí! - exclamó al salir, escupiendo saliva y mocos.

Una chica de unos quince años la miró como si estuviera viendo a una extraterrestre.

-¿Peró qué te pasa, tía? - le gritó. -¿Estás putoflipada o qué?

Pero enseguida alguien le dijo que estaba hablando con la dueña de la casa, que dejara de chetar.

-¡Ufff, lo siento, no te había conocido! - lamentó la chica. Todos se apartaron respetuosamente para que Cathy pasara, aunque en la piscina había sitio para cincuenta personas más. Pero a Cathy se le habían ido las ganas de bañarse.

Al salir empezó a sonar el móvil. Era Fátima, su community manager.

-¿Le has pagado cinco mil euros a alguien? -chilló en el auricular.

Cathy ya había dejado atrás el asunto de las seguratas.

-¿Dos mil…? ¡Ah, sí! ¿Han venido? ¡No me putoflipes!

-Estoy viendo las cámaras ahora mismo - indicó Fátima, que se había instalado también en la mansión, en una de las suites del tercer piso. -Hay cinco tías que parecen Rambo delante de casa…

-¡Qué entren, tía! - gritó Cathy. -¡Joder, que entren de una puta vez y echen a todo el mundo, tía!

-Vale, vale…

Al cabo de diez minutos un río de gente empezó a salir por todas las puertas de la mansión que daban al jardín. Detrás de cada hilera de invitados, algunos en un estado lamentable, drogados o borrachos, iba una vigilante de Grupocontrol con la porra en la mano, invitándoles a seguir caminando.

Cuando tocó el turno de despejar la piscina y los jardines una mujer de unos cuarenta años y brazos tan gruesos como los muslos de Cathy se acercó a su hamaca.

-Vamos chica, se acabó la fiesta. Andando hacia la salida.

Cathy no lo podía creer.

-¡Oh, no me jodas! ¡Qué soy la puta jefa de esto, en serio! ¡Yo soy la que pago!

La mujer la observó unos segundos con los ojos achinados por el efecto del reflejo del sol en la piscina y repitió su retahíla, esta vez levantando la porra de forma visible.

-La fiesta ha terminado, señorita. Por favor, levántese y diríjase a la salida.

Cathy se echó a reír, pero no tuvo más remedio que levantarse y unirse a la fila que caminaba bajo el sol sobre el sendero de losas del jardín.

-¡Pero vaya mierda!

Una vez en la calle, la chica de la piscina se le acercó y le dijo:

-¡Oye! ¿Tú no eras la puta dueña de esto? ¿Eres la dueña y te han echado? ¡Ja, ja, ja!

-¡Oh, joder, lo que faltaba!- murmuró ella, mientras marcaba el teléfono de Grupocontrol. -¿Oiga? ¡Sí, soy la que te ha llamado de la mansión de Son Vida! ¡Una vigilante vuestra me acaba de echar de mi puta casa, joder!

En el auricular empezaron a escucharse disculpas.

-Sí, vale te envío enseguida una foto mía y de mi chica, para que nos reconozcan, vale, de