Músicos: los primeros en caer...
Alrededor de la tercera decena del mes de mayo de 2020 tendrían que haberse rememorado públicamente los 500 años de la matanza del Templo Mayor, empero, el desconocimiento de la fecha exacta y las complicaciones acarreadas por la contingencia sanitaria impidieron la justa conmemoración. Sobre su relevancia dentro del sangriento proceso que culminó con el derrumbe de México-Tenochtitlán, en agosto de 1521, se ha escrito en abundancia; sin embargo, permanecen oscuridades y datos ambiguos.
No sobraría, entonces, repasar los hechos, por incompletos que sean, especialmente por la conexión que existe con el cometido de esta columna; al fin y al cabo, reflexionar sobre nuestra historia nunca es esfuerzo estéril, tanto menos cuando el cruento choque de culturas del que emana nuestro mestizaje sigue todavía sin digerirse a cabalidad.
Hablando del desconocimiento del día exacto en que ocurrió la masacre de nobles mexicas dentro del centro ceremonial de Tenochtitlán, enfrentamos divergencias. y que éste, en cuanto a la veintena de la que estaba compuesto, avenía, aproximadamente, en el mes de mayo del calendario gregoriano . Se habla, pues, de fechas que difieren mucho, mas los últimos estudiosos de los calendarios mesoamericanos sitúan la veintena entre el 3 y el 23 de mayo, y la matanza, más o menos, entre el 19 y el 22 .
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