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Literatura Europea
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Libro electrónico242 páginas2 horas

Literatura Europea

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Como indica su título, "Literatura Europea" es un primer paso para conocer algunas de las esenciales claves que permiten conocer obras literarias que han resistido el paso del tiempo.
Con herramientas de cirujano, María del Carmen Baroni abre en canal algunos de esos clásicos, nos presenta ideas, personajes, intenciones y argumentos que nos hacen aprehender la historia y las intenciones de los autores que las crearon.
El desglose es todavía inicial, pero suficiente para ofrecernos referencias esenciales que al ojo poco entrenado no se aprecian al detalle; y sobre todo, nos abre una puerta que nos hace disfrutar estos clásicos literarios como realmente es obligatorio.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 oct 2018
ISBN9788415622253
Literatura Europea
Autor

María del Carmen Baroni

Profesora en Letras, Doctora en Educación. Ejerce la docencia por más de 20 años. Se desempeña como docente en el Nivel Medio y en un Pos título en la cátedra “Literatura y Filosofía”. Ha publicado Literatura Europea. Un acercamiento al análisis de obras de prestigio mundial en Editorial El Barco Ebrio. Desde 1990 reside en la provincia de Río Negro, en Argentina, desde donde mantiene su espacio Web: www.palimpalem.com/2/Anemone

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    Vista previa del libro

    Literatura Europea - María del Carmen Baroni

    ÍNDICE

    Portada

    Título

    Créditos

    Dedicatoria

    PRÓLOGO

    MACBETH - WILLIAM SHAKESPEARE (1564 -1616)

    EL DECAMERÓN - GIOVANNI BOCACCIO (1313-1375)

    LOS CUENTOS DE CANTERBURY - GEOFFREY CHAUCER (1340-1400)

    LOS VIAJES DE GULLIVER - JONATHAN SWIFT (1667-1745

    FEDRA - JEAN RACINE (1639-1699)

    EL TARTUFO - MOLIERE (1622-1673)

    HERNANI - VÍCTOR HUGO (1802-1885)

    EUGENIA GRANDET - HONORÉ DE BALZAC (1799-1850)

    ROJO Y NEGRO - STENDHAL (1783-1842)

    MADAME BOVARY - GUSTAVE FLAUBERT (1821-1880)

    THÉRÈSE RAQUIN - EMILE ZOLA (1840-1902)

    NARCISO Y GOLDMUNDO - HERMAN HESSE (1877-1962)

    CUMBRES BORRASCOSAS - EMILY BRONTË (1818-1848)

    FAUSTO - JOHANN WOLFGANG VON GOETHE (1749-1832)

    LA MUERTE EN VENECIA - THOMAS MANN (1875 - 1955)

    AL FARO - VIRGINIA WOOLF (1882-1941)

    EL PROCESO - FRANZ KAFKA (1883-1924)

    EL SONIDO Y LA FURIA – WILLIAM FAULKNER (1897-1962)

    MADRE CORAJE - BERTOLD BRECHT (1898-1956)

    ESPERANDO A GODOT - SAMUEL BECKETT (1906-1989)

    BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

    BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA

    Página legal

    Citas, Notas y Referencias

    Contraportada

    Otros libros de este autor

    MARÍA DEL CARMEN BARONI

    LITERATURA EUROPEA.

    UN ACERCAMIENTO AL ANÁLISIS DE OBRAS DE PRESTIGIO MUNDIAL

    © María Del Carmen Baroni, 2012

    © De esta edición, El Barco Ebrio, 2012

    www.elbarcoebrio.com

    Diseño de la colección: Yenia María

    Maquetación y corrección: El Barco Ebrio

    No se permite la reproducción, almacenamiento o transmisión total o parcial de este libro sin la autorización previa y por escrito del editor. Todos los derechos reservados.

    Impreso en España / Printed in Spain

    logo_epub

    Dedicado a mis hijos:

    Bautista y Adela

    PRÓLOGO

    En este libro he intentado mostrar, lo más cuidadosamente posible, las marcas particulares de veinte obras que corresponden a prestigiosos autores de la literatura mundial, a través de una mirada analítica que las contenga,

    Las obras literarias presentadas  de cada autor,  responden a una elección circunscripta a mi propio gusto personal.

    El trabajo está dedicado a todos los docentes de literatura, como así también a todos los amantes de la lectura y su objeto no es más que ofrecer herramientas para comprender más profundamente estas obras o quizás, simplemente, para ver en ellas otros aspectos que no se han tenido en cuenta.

    No dudo que entre todos los posibles lectores haya quienes puedan pensar en otras maneras de abordar unos u otros textos. Creo sinceramente que hay muchas formas de hacerlo; y si no se pierde de vista el sentido último, el verdadero mensaje que fue transmitido y las circunstancias específicas que un autor vivió, sintió y por las que se sentó a escribir, cualquier modo de acercamiento o de análisis es válido.

    Huelga decir que es preciso leer los libros con anterioridad, para después verificar en éste, si sus posibilidades han sido debidamente tratadas. También, es preciso que diga que cuando se trabajan estas obras con alumnos, todos los docentes sabemos que hay un sinnúmero de temáticas que pueden abrirse en abanico, para llegar a los temas que puedan desenvolver significaciones nuevas para ellos, de tal forma que lleguen a implicar un modo distinto de ver el mundo o su propio mundo, o de conocer más profundamente la naturaleza humana.

    Defiendo una vez más a la lectura. La lectura de cualquier texto. Porque la lectura nos abre el alma. Pero defiendo más que nada y sobre todo en los ámbitos académicos, la lectura de autores largamente reconocidos, porque ellos representan el soporte de la historia que no podemos olvidar y también, porque si los jóvenes no leen esta literatura en las instituciones educativas con la ayuda, la guía correcta, la intervención capacitada de sus docentes, ¿en qué otro momento de sus vidas lo harán y cómo? La literatura es un bien cultural y por lo tanto, es un bien humano. Es menester darla a conocer y que todos comprendan que sus temas son los temas de la humanidad de todos los tiempos.

    María del Carmen-Baroni

    MACBETH - WILLIAM SHAKESPEARE (1564 -1616)

    Por muy grande que haya sido en Shakespeare la influencia de la antigüedad, no llegó al punto de inducirlo a la separación de estilos y lo mismo ocurrió con otros dramaturgos de la época isabelina. Más de un siglo y medio después de su muerte, éste se convirtió en el ideal de todos los movimientos que se rebelaron contra la estricta separación estilística del clasicismo francés.

    Una buena cantidad de los elementos de la mezcla estilística están mencionados o insinuados en estas pocas líneas: el elemento de lo corpóreo-criatural, el de los objetivos triviales y de todos los días y el de la mezcla de clases entre personas de rango bajo y alto. También se nota la mezcla de formas de hablar elevadas e inferiores. Los ejemplos de la descripción de lo corpóreo-criatural son numerosos. Por ejemplo, Hamlet está gordo y se sofoca (según otra versión, no está gordo, sino que es ardiente), César se desmaya por el hedor del pueblo que lo aclama; Casio, en Otelo, está borracho. Hambre y sed, calor y frío acometen también a los personajes trágicos; sufren las inclemencias del tiempo y la enfermedad. El desvarío está representado en Ofelia con una psicología tan realista y con la muerte que cabe presentar en puro estilo elevado. A menudo aparecen osamentas o el hedor de la corrupción en su aspecto medioevo-criatural.

    Más importante todavía es la mezcla de personajes que traen, como consecuencia, aspectos de lo trágico y lo cómico. Es verdad que todos los personajes que Shakespeare trata trágica y elevadamente son de alto rango. No toma a cualquiera para lo trágico, como lo hacen en la edad media y es también más conscientemente aristócrata que Montaigne. La condición humana se refleja en sus obras de modo diferente en las diversas clases sociales y no sólo por lo que atañe a lo práctico, sino también a la dignidad estética. Sus héroes trágicos son reyes, príncipes, jefes de ejército, magnates y grandes figuras de la historia romana.

    El autor utiliza la prosa para los personajes de bajo rango o cuando los parlamentos se refieren a cuestiones carentes de dignidad estética. Pero aún así, algunas veces la prosa también es utilizada por los personajes elevados. Cuando Hamlet habla con Polonio, usa la prosa. Cuando, en cambio, queda solo y comienza a divagar sobre cuestiones trascendentales, usa el verso (escena 2). La plática de Hamlet con Ofelia, cuyo trato hacia ella es totalmente brutal, se manifiesta en la prosa (escena 1).

    Hay dominio de personalidades complejas o de doble personalidad, como el mismo Hamlet que duda entre la acción y la no acción. Su muerte es una mezcla de reflexiones, de formulaciones profundas. Hay sentido de la angustia física por la muerte, noción de pesadez, de fin de la existencia; es idea sombría típicamente renacentista. No hay sentido de la trascendencia. Pero aún así aparece tratada como una característica medieval, corpórea, criatural, cuando se nos patentiza, a través de las osamentas, el hedor y la descomposición.

    Otro elemento mezcla de lo realista y cotidiano con lo extravagante o lo fantástico es, en Macbeth, la aparición de las brujas.

    Introduce en el ambiente isabelino, personas y pasajes históricos extraños, de otras tierras y además, alejados en el espacio y el tiempo de su realidad contemporánea. Se introducen en la tragedia escenas de origen popular, como el caso de los enterradores en Hamlet. Hay ruptura de unidad de acción. Inclusión de escenas que no hacen al conflicto esencial, pero que en todas las tragedias sirven para enriquecer e informar sobre la personalidad de los héroes, o también para situar el conflicto en un espacio y en un tiempo determinado, para que el lector conozca detalles de la historia anterior de los protagonistas.

    Como ya dijimos, también encontramos escenas de locura o desvarío: en Hamlet, su locura fingida y la locura cierta de Ofelia; en Macbeth, la locura real de lady Macbeth. También hay por parte del autor, utilización de profecías, giros enigmáticos, formulaciones indirectas y todo un lenguaje metafórico muy musical de antítesis y retruécanos. Otro recurso en el lenguaje es el uso de formas triádicas, sobre todo en las respuestas. Shakespeare utilizó el verso blanco, netamente inglés, que no tiene una rima marcada, precisa. Pero también es afecto a usar sonidos, por ejemplo, la participación de la orquesta que acompaña el accionar de los personajes, o en Hamlet, cuando canta un gallo.

    SOBRE MACBETH

    Hay objetivos individuales en cada personaje y en su conjunto: forman el super-objetivo de la obra.

    Macbeth: podemos registrar tres etapas bien definidas. Primero es un sujeto pasivo que se somete al destino, a la predicción de las brujas, a la influencia de lady Macbeth. Luego es un sujeto activo que asume la predestinación, la serie de crímenes para mantener el poder. Por último es un sujeto entregado que asume el damon, la lucha hasta el fin y la fatalidad, es decir, la muerte.

    Lady Macbeth: experimenta el proceso inverso al del marido. Primero es una persona activa que contribuye a realizar el destino de Macbeth, incitándolo. Después es un sujeto pasivo que sufre, padece su predestinación y ello determina una conciencia de culpa. Por fin, es un sujeto devorado que lucha contra su damon, el mal; y es consumida por la fatalidad: la muerte.

    La actitud de Macbeth es, en última instancia, más decisiva, mientras que ella va omitiendo la responsabilidad a través de la locura.

    Duncan: es el sujeto pasivo que permite la realización de Macbeth. Es el chivo emisario. Es el mediador conflictivo entre el EROS y el TÁNATOS, entre el ETHOS y el PATHOS: amistad vs. crimen, culpa vs. realización demoníaca. La obra, en realidad, culminará en el PATHOS.

    Brujas: son las voces de la fatalidad. Predicen la vida, gloria, reinado y muerte. Busque hijo no nacido de madre (Duncan). Las brujas son tres. Representan el símbolo de la vida: el nacer y el morir. Son ellas las que rigen la acción. Son las hermanas fatales, las parcas.

    Banquo y Lady Macduff: son los intermediarios, las víctimas necesarias para el cambio y la transformación de Macbeth. Si ellos, no se realizaría el crimen. Son los personajes propiciatorios: cumplen la fatalidad, la vida y la muerte.

    Macduff: es el predestinado y la voz del destino (en ninguno, como en él, se da la predestinación). Encargado de producir la transgresión del orden, la dialéctica de la naturaleza. Él será quien destruya a Macbeth y el que aparece, aparentemente, como el soberano pacífico.

    Restantes personajes: son la imagen del mundo; permiten universalizar el proceso, convirtiéndolo en un devenir cíclico.

    Macbeth, centro de la obra, está tensionado entre dos fuerzas: las brujas, que representan la naturaleza (ellas se definen como la fuerza rectora de la naturaleza) y las fuerzas del mundo (representadas en príncipes y soberanos).

    A su vez, Macbeth estará influenciado, en una primera etapa, por lady Macbeth: sujeto activo que incita al crimen, pasando a ser, luego, el sujeto pasivo de la culpa. La función activa de lady Macbeth pasará a Macbeth y luego a Duncan y Banquo que lo eliminan y hacia el final, Macduff, sujeto pasivo, huye del peligro de Macbeth, pero luego se volverá activo para volver y matarlo.

    Hay, constantemente, cambio de lo activo a lo pasivo y viceversa, de la vida a la muerte y de la muerte a la vida. Puede llevar a un error el hecho de que en Shakespeare una temática recurrente es el autoritarismo vs. libertad. Si tomamos Hamlet, hay un autoritarismo que luego es anulado y aparece Fortimbrás, el liberado. Y así ocurre en otras obras suyas. Isabel I es la libertad en su idea (política isabelina). La considera una soberana equitativa. Esto nos puede llevar a interpretar a Macbeth, metafóricamente, entre lucha-libertad. El cambio expresa la transitoriedad de la vida. Toda la gloria de Macbeth es un sueño y termina en el ocaso y quizás, se iniciará en Macduff.

    Siguiendo a Greimas, existe una estructura actancial que nos conduce hacia una línea semántica que se orienta en el sentido del cambio, de la transformación, de lo activo (vida-ser) y en lo pasivo (muerte-no ser), pero que en última instancia se resuelve en la indeterminación de lo activo-pasivo (vida-muerte), en la unidad de los contrarios. Es su circularidad o repetición (filosofía profunda de Shakespeare).

    Los actantes.

    Sujeto héroe. Es doble: lady Macbeth –Macbeth (transformado en su valor funcional: la ambición humana)

    Objeto Perseguido. El poder (¿cuál es el modo de obtenerlo?).

    Emisor. El crimen

    Receptor. (No del crimen, sino del objeto). Es triple: lady Macbeth en el primer momento; Macbeth, en el segundo momento y finalmente, Macduff. Los impuros, luego los puros, de acuerdo al desarrollo de la obra.

    Ayudantes. Banquo, las brujas (con el presagio). La huida de los rivales (corresponde a un sintagma disfuncional).

    Oponentes. Banquo (se convierte en el peligro al fin de una nueva dinastía), los brujos (le dijeron una mentira por verdad). Parece imposible lo del bosque y sin embargo se cumple: éstos le han hecho una trampa. Retornan los rivales (paradoja: los ayudantes y oponentes son los mismos. Allí está la idea de circularidad: "Mi amigo puede volverse mi enemigo y viceversa).

    Podemos dividir la obra en tres tramos fundamentales:

    1- Incitación (sintagma contractual)

    Sujeto héroe: lady Macbeth, activa

    Objeto perseguido: el poder

    Emisor: el crimen

    Receptor: Macbeth, pero pasivo.

    Ayudantes: Macbeth, las brujas, Banquo.

    Oponentes: las brujas, Banquo (no están calificados; son posibilidades).

    2- Realización (sintagma a prueba, calificadora)

    Sujeto héroe: Macbeth, activo

    Objeto perseguido: el poder

    Emisor: el crimen

    Receptor: Macbeth

    Ayudantes: brujas

    Oponentes: Malcom (hijo del rey de Escocia)

    3- Castigo (situación a prueba edificadora-gratificadora)

    Sujeto héroe: Macduff, activo

    Objeto perseguido: el poder

    Emisor: el crimen (castigo)

    Receptor: Malcom (Macduff, ¿quién será el real?), pasivo.

    Ayudantes: brujas

    Oponentes: Macbeth

    En el texto podemos determinar los siguientes códigos:

    a- cosmológico: representado por las brujas. Éstas dicen –Hermanas fatídicas, enlacemos las manos; mensajeros de la tierra y el mal, girando… girando. Tres vueltas por ti y tres vueltas por mí y otras tres para que sean nueve (los nueve ciclos de la cosmología medieval).

    b- ético: la conciencia moral de lady Macbeth (es la única que tiene una preocupación moral en el crimen). En la locura ve sus manos manchadas de sangre y comienza a tomar conciencia del hecho.

    c- político: (evidente) caracteriza Shakespeare la monarquía tiránica (Macbeth), frente a la monarquía liberal (Malcom, Macduff).

    d- metafísico: el ser. Primero: lady Macbeth; segundo: Macbeth (voracidad de poder).  El no ser. Primero: lady Macbeth; segundo: Macbeth. La muerte llega a ella primero y luego a él.

    Encontramos una idea centralizadora: EL CAMBIO. La transformación dialéctica del mundo. A partir de ella, se abre un abanico isotópico.

    La muerte aparece así, como el acto supremo que elimina todas las contradicciones.

    Shakespeare combina lo épico y lo dramático, lo objetivo y lo subjetivo, el distanciamiento y lo emocional. Su obra es de naturaleza mixta:

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