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Sueño De Vida
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Libro electrónico154 páginas2 horas

Sueño De Vida

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Sueo de Vida

Esplndida novela en la que el joven protagonista cae en un sueo extraoy en la contemplacin de su propio cuerpo dormido, decide llegar a conocerse a si mismo quin no lo ha deseado; resultando esta historia un viaje maravilloso lleno de magia y de acontecimientos inslitos, inesperados que solo la imaginacin y fantasa del autor pudo haber creado, para nuestro deleite.Javier Duhart

FRAGMENTO: Oh Dios! ah estaban rodendome: Minerva, Afrodita, Hera y se les haban unido Artemisa, la virgen cazadora; Hestia, diosa del hogar y del fuego que lo alimenta y Persfone, esposa de Hades, seora de regiones infernales. De pie en la orilla del lago se repetan sus siluetas en las tranquilas aguas. Todas son muy hermosas, dije para m, mientras me incorporaba. Hestia y Persfone me apuntaban con arco y flecha, me qued muy quieto esperando lo peor. Por qu huyes de nosotras?, acaso te intimidan las mujeres? pregunt Hestia. No yo balbuce. Responde, o eres cobarde?, sabes quines somos? preguntban atropelladamente las deidades. No s qu pretenden acert a contestar, y s!, tengo miedo!, s quines son, s que son diosas Pero dganme, qu quieren de m?
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento7 nov 2011
ISBN9781463310073
Sueño De Vida
Autor

Javier Duhart

ARQUITECTO DE PROFESIÓN, ESCRITOR POR CONTAGIO, PINTOR POR AÑADIDURA Y POETA, ESTOS CALIFICATIVOS SON LO PRIMERO QUE SE PUEDE DECIR DEL ESCRITOR JAVIER DUHART QUIEN EN EFECTO HACE SUS ESTUDIOS EN LA U.N.A.M. DE DONDE OBTIENE SU LICENCIATURA DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA... EL CONTACTO CON AMIGOS ESCRITORES DE LA TALLA DE JOSE AGUSTÍN Y DE RENE AVILES FABILA DESDE MUY JOVEN, LE HAN CONTAGIADO EL AMOR POR LAS LETRAS. MANTENIENDO A LA INQUIETUD QUE SIEMPRE TUVO POR ESCRIBIR INICIANDO SU CARRERA DE ESCRITOR EN EL AÑO DE 2005. -"SIEMPRE SUPE QUE TENÍA LA CHISPA PARA CONTAR HISTORIAS PORQUE NO DECIRLO" -DECLARA EL PROPIO AUTOR- ESTO ME HA LLEGADO COMO UN PLUS, UN PREMIO POR ALGO QUE HICE BIEN, LAS LETRAS ME SATISFACEN POR COMPLETO, ESCRIBO A DIARIO. A LA FECHA CUENTA YA CON 23 LIBROS PUBLICADOS: SUEÑO DE VIDA, NIÑA DE TIJUANA, NOVELA QUE SE ESTA PREPARANDO PARA HACERSE PELÍCULA. ROGELIO Y OTILIA, EL BASTÓN, LA HUIDA, EL ESTUDIO, LOS MUCHACHOS DE ATLIXCO I LOS MUCHACHOS DE ATLIXCO II, LOS MUCHACHOS DE ATLIXCO III. AÑOS DE JUVENTUD, CUENTOS QUE CUENTO, QUE TE CUENTO, DOSIS DE GOZOS Y LAMENTOS (POESÍA) PARTE 1, POESÍA 2, POEMAS CON ALMA SENCILLA (TOMO,1,2,3,4,5,6,7,8,9) SIMPLES PALABRAS QUE ENCANTAN,

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    Sueño De Vida - Javier Duhart

    Contents

    CAPÍTULO I

    CAPÍTULO II

    CAPÍTULO III

    CAPÍTULO IV

    CAPÍTULO V

    CAPÍTULO VI

    CAPÍTULO VII

    A mis únicos tres hijos : Javier Ulises

    Tania y Talina

    CAPÍTULO I

    El alma abandona el cuerpo y vuela. ¿Conocerse a sí mismo? ¿Cuál es el sentido de la vida?¡Lo he soñado!

    En estos días me encuentro solo. Mi mujer ha salido del país con un grupo de amigas que inventaron hacer un viaje en el que no se admiten caballeros… creo que con el propósito de descansar de nuestra presencia —y viceversa, pensé—, por lo que accedí gustoso cuando pidió mi aprobación.

    Todo empezó ayer por la noche. Caí profundamente dormido después de un largo día de harto ajetreo. De pronto me encontré soñando en la contemplación de mi propio cuerpo y decidí soñar en conocerme a mi mismo. ¡Quién no lo ha deseado! Pero no me ha sido fácil, ¡créanme! Llegar a conocerse a uno mismo es complicado hasta en sueños.

    Me vi tendido sobre la cama, inquieto… puse atención a mi cara, tenía un gesto como de enojo, mis ojos bailoteaban bajo los párpados… ¡se abrieron! Salte hacia atrás por la sorpresa, pero me recuperé en el acto, al notar que salían de mis ojos gases y humos a presión, como si se tratase del escape de una caldera a punto de explotar; los gases que escapaban se acompañaban de un zumbido que fue creciendo igual a la angustia que esto me provocó, más por el hecho de que las emanaciones empezaron a calentarse al grado de crear pequeñas flamas rojas y azules que observé pegadas a mis párpados; quemando, irritando, provocando ardor. Hice varios intentos para cerrar los ojos pero no lo conseguí: una parálisis facial me lo impidió.

    Después, más angustiado aún, me invadió una sensación de impotencia y miedo; me revolví en la cama para tratar de despertar, pero no, no desperté, tuve que resistir algunos minutos en ese tormentoso estado que parecía no tendría fin, o por lo menos no un final feliz. A punto de desfallecer, sentí un río de lágrimas llegando a mitigar el incipiente fuego; intenté nuevamente cerrar los ojos, esta vez, los párpados obedecieron. Con los puños cerrados froté fuertemente buscando aliviar el tremendo ardor que persistía en ellos, poco a poco recobré la normalidad, retiré mis puños de los ojos, los abrí lentamente y comprobé que me encontraba solo.

    Serían las primeras horas de la madrugada de un domingo de octubre. No diré mi nombre por el momento, lo interesante es la extraña experiencia que viví dormido esa noche de octubre, noche de luna llena.

    Ya con los ojos bien abiertos, logré percibir en la oscuridad de la habitación una tenue neblina que se extendía por todo el cuarto. Noté entonces humos y gases de diferentes colores que mostraban increíbles gamas de verdes, seguidas de azules y violetas, desde los más pálidos hasta los más definidos. Reinaba la calma, disfrutaba de ese colorido espectáculo, ya sin la angustia de la experiencia anterior. Abruptamente surgió de la nada un relámpago cegador, acompañado de un terrible estruendo; un cañonazo que dio inicio a violentos desplazamientos de los humos y vapores que habían permanecido hasta ese momento con cierta pasividad. Así comenzó una danza de figuras amorfas acompañadas de explosiones de colores como si se tratara de fuegos artificiales. Las figuras fueron aglutinándose, ahora en compañía de nuevas explosiones de fuegos luminosos de colores; esta vez anaranjados violentos, amarillos intensos y rojos profundos. Así sucedió hasta que las explosiones llegaron a un clímax extraordinario, después decrecieron al tiempo que se perfilaba un cuerpo humano en este fantasmal ritual.

    Mi vista no estaba del todo bien, no había cesado el ardor en los ojos, sin embargo distinguí con claridad —ahora muy iluminado— mi cuerpo y mi rostro en ese ser que se formó de las emanaciones salidas de mis ojos. ¿Desdoblamiento? ¡Qué cosa tan extraña! No pensé que me llegara a suceder jamás algo así… ¿Será? Y si es así, ¿para qué?, ¿con qué propósito?

    El cuerpo levitó un momento, voló por la habitación hasta quedar con su espalda pegada al techo de la recámara; yo boca arriba sobre la cama quedamos frente a frente; es decir, me mire desde la cama y viceversa. No atinaba a decir algo, traté de moverme y no lo conseguí, me encontraba totalmente impactado e inmovilizado, regresó mi estado de angustia, hice un gran esfuerzo y logré sacudir violentamente la cabeza en un intento desesperado por despertar.

    En efecto: desperté. Rápidamente salté de la cama, con cuatro o cinco pasos ágiles entré al cuarto de baño contiguo a la recámara, accioné el interruptor de luz… no funcionó, repetí la acción varias veces sin el resultado deseado… desistí.

    Afortunadamente el alumbrado de la calle nos regala por las noches un haz de luz que se filtra por la ventana de ese baño; me coloqué frente al lavabo, giré la perilla del grifo y obtuve un generoso chorro de agua fría, con mis manos en forma de jícara recibí el líquido y lo llevé hasta mi rostro. Repetí esto varias veces hasta sentirme despabilado, me enderecé frente al espejo y pude ver mi cara gracias a la luz que se filtra de fuera. ¡Raro sueño en verdad! Pensé al tiempo que alcanzaba una toalla, medio sequé mi rostro y me dispuse volver a la cama, di unos cuantos pasos, sentí húmedos los pies descalzos, voltee hacia el piso…. ¡Una nueva sorpresa! Las huellas de mis pies eran luminosas, cada una alumbraba con luz muy brillante, como si hubiera dejado una lámpara por cada pisada. ¡Dios! ¿Qué es esto? ¡Esto no es posible! Ya estoy despierto, sin embargo, pareciera que sigo soñando; regresé al cuarto de baño de donde salí dejando las luminosas huellas; al abrir la puerta me encontré con un increíble espectáculo. El haz de luz que entra por la ventana pega en una esquina del espejo y se refleja directamente a la boca del grifo que olvidé cerrar. Así pues, el agua se mezclaba con la luz, pasando de líquida e incolora, a líquida con luminosidad amarilla. No noté el tapón automático en posición de cerrado, así que la concavidad del lavabo se llenó y comenzó a escurrir por sus bordes el mágico líquido encharcando de luminosidad el piso, fue de esa manera que se me iluminaron los pies. ¡¿Qué estoy diciendo?! ¡Es una locura! Va contra toda lógica, contra las leyes físicas… ¡Ah, entiendo! Creí haber despertado, me siento despierto, peor no; sin duda esto sigue siendo parte de este extraño sueño.

    Decidí regresar a la cama, pero antes abrí el botiquín en busca de un sedante, hurgué entre cajitas y frascos pero no encontré algo que me ayudara. Miré nuevamente el piso y ahí permanecía el charco luminoso…

    No podría precisar si seguía durmiendo o estaba despierto. Si estoy despierto —y si realmente la luz se ha transformado a un estado líquido— esto sería un prodigio, un milagro; milagro que podría ser aprovechado de mil formas con beneficios insospechados: sería posible almacenar la luz, embotellarla…. ¿Embotellarla? Abrí nuevamente el botiquín, tomé un frasco de vidrio con tapa, tiré algunas pastillas que contenía y me dispuse a tomar una muestra de aquella luz. Acerqué la boca del recipiente al grifo, lo abrí y recibí con rapidez el milagroso líquido, esta vez me aseguré de volver a cerrar el grifo, tapé con cuidado el frasco y al acomodarlo en uno de los entrepaños vi cómo alumbraba el interior del mueble, también noté un movimiento como de oleaje de la luz dentro del frasco. ¿Qué habrá provocado esto? Buscaré quien pueda hacer un análisis serio de este prodigio, antes daré la noticia del gran descubrimiento: ¡luz líquida!

    Regresé a la cama con el ánimo de descansar, tantas sorpresas me tenían agotado, quería —de ser posible— dormir tranquilo las horas que faltaban para amanecer. Alcé las cobijas, me introduje en la cama, me acosté de lado y me tapé completamente hasta la cabeza; hacía esto siempre que quería desconectarme totalmente para conciliar rápidamente el sueño, pero esta vez no fue así. Me sentía intranquilo, como si estuviera siendo observado, empecé a voltearme para uno y otro lado, me acaloré, boté las cobijas y abrí los ojos.

    ¡Aaah! ¿Qué es esto? ¿¡Quién eres!? Grité asombrado. Ahí estaba mi otro yo, todavía pegado al plafón de la recámara esperando pacientemente mi regreso.

    ¡Pero es que tú fuiste parte de un sueño! ¿Qué haces todavía aquí?

    No contestó, sólo me miraba. Traté de calmarme, analizar fríamente lo que estaba ocurriendo, pensé en preguntarle, pedirle una explicación directamente a ese doble mío, a ese clon que impávido permanecía esperando no se qué cosa. Sin embargo, no necesité de pronunciar palabra alguna, recibí respuesta telepática, escuché mi propia voz diciendo que la necesidad de llegar a conocerme a mí mismo había provocado este fenómeno.

    — ¡Está bien! Acepto el interés que tengo de llegar a conocerme bien —respondí con el pensamiento—. Pero desdoblarme en esta forma, crear a mi clon con toda esta danza de truenos y colores, ¿así es como tiene que suceder? ¿Esto va siendo parte del procedimiento que nos conduce al conocimiento de nosotros? Y si es así, ¿qué sigue? Quiero saber a qué voy a enfrentarme, saber por lo que tengo que pasar, ¿voy a tener más alucinaciones? Huellas luminosas de mis pisadas, la luz líquida…

    — ¡Espera! En este procedimiento, como tú lo llamas, suceden cosas mágicas e increíbles, pero no es igual para todos —escuché dentro de mí.

    Me di cuenta hasta ese momento que había un diálogo de preguntas y respuesta dentro de mi cabeza.

    —¡Basta! —grité esta vez a voz en cuello—. ¿Quién está dialogando conmigo?, ¿acaso eres tú, clon? Si es así háblame abriendo la boca, que de ella salgan las palabras de tus respuestas. ¡Ah!, y deja esa actitud pasiva, esa mirada de sabelotodo, de perdonavidas, ese aire de autosuficiencia, porque no necesito que me perdones nada, mucho menos que trates de menospreciarme por no entender lo que está ocurriendo. Así que si sabes algo al respecto dilo o márchate por donde viniste. No, mejor esfúmate de otra manera y ahórrame el ardor de ojos.

    Salté de la cama y fui directamente a una mesita redonda que usamos a menudo para tomar el desayuno. Tomé asiento y le indiqué con un enérgico ademán que se sentara. Se movió con lentitud flotando hasta quedar sentado frente a mí.

    Sentí que tenía el control de la situación, así que exigí una explicación a fondo de lo ocurrido.

    —Yo no puedo explicarte nada —habló por primera vez—, puesto que sé lo mismo que tú, ¿no te das cuenta que tú y yo somos la misma persona?

    —¡Está bien! Comprendo eso, pero entonces, ¿para qué se efectuó este desdoblamiento? ¿Cómo me vas a ayudar a conocerme? ¿Quién te mandó salir de mí? ¿Quién está detrás de todo esto? Y no me vayas a salir que es Dios, porque aunque le temo a veces, no creo en él.

    —¡Ah bárbaro!, cómo podemos ser tan tarados para decir eso….

    —¿Qué dije?

    —¿No te das cuenta? Dices sentir temor de algo en lo que no crees.

    —Bueno, acepto que tengo dudas, confusiones acerca de infinidad de cosas, no solamente de la existencia de Dios; sin embargo, ¡mira!, las veces que lo he mencionado aquí, lo digo con mayúscula.

    —¡Bah! Eres un tipo acomodaticio, oportunista, ventajoso y…

    —Párale, párale, acuérdate que lo que yo soy, lo eres tú, mi querido clon, mejor vamos directamente a lo que sigue en este procedimiento, no mezclemos ni las creencias ni las cualidades que me acabas de adjudicar.

    —¿Cualidades? Más bien defectos. ¡Acéptalo!

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