El lenguaje de tus ojos

Por Vanessa Gisell Pintos Bideau

Descubre el color de los sentimientos y envuélvete en su sonoridad.

Un encuentro cercano con un ser que ve en colores las emociones y siente las formas de un mundo donde todo es palpable.

Llega al planeta de Maggie con la misión de guiarle. Ambos descubren un maravilloso modo de comunicarse hasta que el ser es advertido del riesgo que corre al no respetar los ritmos de evolución de las conciencias inferiores. Ella descubre que el «soltar» es lo que le permitió amar.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 4 jul 2018
• ISBN: 9788417447762

Vanessa Gisell Pintos Bideau

Vanessa Pintos incursiona en distintas artes, tales como la escritura, la radio y el sector audiovisual. Actualmente, bucea en la dirección y producción de contenidos espirituales para el despertar de conciencia. Es maestra lectora de registros akáshicos y comunicadora en conferencias. Expone sus conocimientos a través de los distintos medios de comunicación, promoviendo naturalizar las facultades innatas e intrínsecas en cualquier ser, para reconocerlas y brindarlas a la humanidad con un profundo amor para su evolución. Actualmente, reside en Montevideo y viaja a Madrid y Barcelona a expandir sus conocimientos y experiencia. Puedes encontrar más información sobre ella en www.elencuentroakasha.com.

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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta obra son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados de manera ficticia.

El lenguaje de tus ojos

Primera edición: julio 2018

ISBN: 9788417447069

ISBN eBook: 9788417447762

© del texto:

Vanessa Gisell Pintos Bideau

© de esta edición:

, 2018

www.caligramaeditorial.com

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Impreso en España – Printed in Spain

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A Mario Ayala, por su dedicación y entrega en esta historia, por su claridad de interpretación al momento de colaborar, corregir y analizar esta dimensión profunda que transmito en estas páginas.

Gracias por su amor incondicional.

Gracias por encontrarnos en un cruce de caminos justo en el momento indicado para hacer posible lo que parecía imposible.

Gracias infinitas con el alma y corazón que se abre cada día en este ejercicio constante que es «Amar».

El encuentro

Se acercaban las horas de la madrugada mientras las partículas nocturnas daban paso al exhalar de mi inquieto respiro, sacudiendo mi cuerpo al son. El aire forjaba mensajes en el espacio del dormitorio que me iban susurrando al oído que debía despertar. Sentí mis pestañas acomodarse en el espacio-tiempo, como buscando un lugar en el contexto de su realidad: la de mi párpado moviéndose con la voluntad de despertar. De a poco, mi cuerpo intentaba acomodarse en toda la extensión de mi cama. Mis ojos se abrieron por completo en el mismo momento en que todo mi cuerpo se reincorporaba. Ni bien lo hice, quedé estupefacta, una presencia se erguía imponente al otro lado de la habitación. Estaba recubierto por una especie de estructura rígida como músculos hiperdesarrollados. Su silueta se difuminaba, fusionándose con la habitación.

Intenté gritar, pero no podía emitir sonido alguno, era como si estuviera encerrada en una burbuja atmosférica que solo me permitía escuchar; escuchar palabras que llegaban directamente a los oídos del alma.

—No tengas miedo, no te haré daño. —Una voz resonó con fuerza en mi interior—. Maggie, posees un don y del otro lado se refleja. No lo ve nadie más que yo y los que me rodean. Ni siquiera tú tienes conocimiento del mismo. Sigues con el velo que ciega tus ojos como al resto de los humanos. Vives una realidad básica en tu planeta. Te crees parte de la comunidad y eres de otra, eres diferente. Nunca lo descubriste y por eso he venido a brindarte protección desde el cerebro central al que pertenezco.

—¿Quién es? —pregunté internamente, asustada.

—Es quien te muestra —respondió. Abrí mis ojos como platos. Ese Ser, alienígena o lo que fuera, parecía ser capaz de escuchar mi mente, enseñándome así la manera de poder comunicarnos en el silencio de la habitación—. Se me encomendó la