«PUEDO PROVOCAR LA MUERTE DE UNA PERSONA»
A mediados de marzo de 2017, Rubén y yo decidimos reunirnos de nuevo en una localidad que no nombraré para preservar la confidencialidad que me pidió el mago negro. Tras los saludos de rigor y mientras caminábamos, le hice saber lo mucho me gustaría ver su templo. Rubén se disculpó y me explicó que ese día era imposible. Las lluvias recientes habían ocasionado varias humedades y lo tenía temporalmente desmontado. «Déjame que lo arregle con tiempo y ya te lo enseñaré», me prometió.
–No hace mucho me comentaste que alguien te había hecho algo –decidí preguntarle.
–Sí, una putada –el joven cerró con rabia uno de sus puños.
–¿Aún sigues trabajando en aquel muñeco vudú?
–Sí, sigo en ello. El joven me reveló algo perturbador que hacía tiempo que le carcomía por dentro.
–Digamos que he tenido un problema personal con alguien y esto me afecta a mí y a mi familia. Podríamos decir que alguien se está metiendo en un terreno que no debería y eso, a la larga, trae consecuencias. Por su culpa ahora no me hablo con una parte de los míos y tengo que velar por ellos. ¡Somos depredadores, amiga! El gran problema del ser humano es que insiste en negar su propia naturaleza.
Asentí sin más.
«¡MUÉRETE, PERO MUÉRETE DE VERDAD!»
–Déjame que te enseñe algo, Teresa.
Rubén tomó su móvil y buscó algo en él. Tras unos segundos, me mostró unos mensajes de unos hermanos satánicos. Luego me pasó su teléfono y, con plena confianza, me los dejó leer. Rubén no tardó en explicarme:
–Estos son los mensajes de un grupo de kimbanda de Argentina. Ellos me apoyan y me ayudan en todo lo que yo precise. Me explican qué tipo de trabajo van a hacer para ayudarme y detallan cómo y de qué manera lo van a ejecutar. ¡Esta gente lo lleva en la sangre! En su tierra tienen más facilidades que nosotros aquí en España para realizar según qué cosas. Este grupo, por ejemplo, no tiene reparo en ir a un pueblo perdido y realizar allí un ritual de destrucción para ayudar a un hermano de España. Mueven a decenas de hermanos. Saben que todo el mundo va a estar
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