Cómo vivir con éxito cada día: Manual práctico para aprender a reprogramar tu vida

Por Rosa Omaira Bocanegra

En Cómo vivir con éxito cada día, la autora cuenta sus experiencias espirituales y sus encuentros con los ángeles y arcángeles que la protegen. Por medio de anécdotas de su niñez y de todas las etapas de su vida, repasa su camino hacia el aprendizaje y la espiritualidad, y nos enseña técnicas para que sepamos cómo hacerlo nosotros mismos.

Con este libro serás capaz de enriquecer y de conocer tu mundo interior, dispondrás de la protección de seres celestiales, y aprenderás a meditar utilizando a tu favor tus pensamientos y los de tus seres queridos.

• Idioma: Español
• Editorial: Rosa Omaira Bocanegra
• Fecha de lanzamiento: 10 dic 2021
• ISBN: 9781005610647

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Primera edición: octubre de 2021

Copyright © 2021 Rosa Omaira Bocanegra

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.

Índice

EL CAMBIAMENTO de Torino a Verona

LA FE Y LAS HUELLAS

ARMONÍA

LA MEDITACIÓN

LA LIMPIEZA MENTAL

LA SALUD

EL AMBIENTE

HISTORIAS DE MILAGROS CON LA MEDITACIÓN

UN LIBRO ME HABLA

LA CERTEZA

NUESTRO TEMPLO INTERIOR

CREA TU PROPIO TEMPLO

SEGUNDO DÍA: PREPARACIÓN Y CREACIÓN DEL TEMPLO INTERIOR

TERCER Y ÚLTIMO DÍA

MOMENTOS Y SUEÑOS REVELADOS

CAMBIOS REPENTINOS

VIVIR EL PRESENTE

SENTIMIENTOS

SENTIMIENTO DE CULPA

SENTIMIENTO DE VERGÜENZA

LA PELÍCULA

LA NATURALEZA Y LOS SERES DE LUZ

CONOCER NUESTRO PROPIO ÁNGEL

HISTORIAS DE ALGUNAS CLIENTAS AMIGAS

EL PODER DEL PENSAMIENTO

LA MAGIA DE LA ORACIÓN

Este libro tiene como objetivo proporcionar material informativo y no diagnósticos, recetas o tratamientos para problemas de salud.

La intención de la autora es brindar una herramienta adicional para aquellos a quienes los médicos ya juzgan por sí mismos en sus actividades de protección de la salud.

La autora declina toda responsabilidad por el uso indebido de los contenidos de este libro.

EL CAMBIAMENTO

de Torino a Verona

Solo habían pasado tres semanas desde que llegué aquí, a la ciudad de Verona. Llevaba veinte años viviendo en Turín, desde que decidí dejar mi amada Colombia, y ahora el destino me estaba poniendo a prueba de nuevo. Comenzaba el otoño y todo parecía tan oscuro: con un futuro incierto, mi alma no tenía paz. Me gusta escuchar el viento, sentirlo en mi cara, mirar el sol por la mañana, pero en esos días todo parecía una confusión total. Dicen que mudarse de casa a veces es muy difícil. Hasta entonces me había mudado muchas veces, incluso de países, pero nunca había experimentado tanta tristeza, estaba al borde de la depresión. Tenía que reaccionar, no podía quedarme llorando ni quejándome. Finalmente, había llegado a la ciudad donde vivían mis hijos y todos mis amados nietos.

Decidí, después de encender mis siete candelas a mis amados arcángeles como todos los días, salir a caminar por donde me llevara el viento, sin rumbo fijo, lo importante era caminar y caminar, escapar del caos momentáneo que había en mi casa. No sabía si todo lo que había decidido traer de la otra casa en Torino entraría en esta otra, que era más pequeña. Deseaba con todo mi corazón encontrar de nuevo esa puerta que se me había cerrado; la oscuridad momentánea por la confusión no me dejaba ver. Nunca me había dado por vencida, ni siquiera en los momentos que creía más difíciles.

Me limpié las lágrimas y me dije: «Comienza una nueva aventura». En esos veinte años que había vivido en la ciudad de Torino, Italia, había construido una vida llena de afectos, amistades, de clientela en mi trabajo; había conocido otro mundo y ocupado un puesto importante en esa ciudad. Pero, sobre todo, mi tristeza infinita era por pensar que había dejado a tanta gente que necesitaba una ayuda con mis consejos y mis tratamientos. Esto fue demasiado para mí.

Estaba acostumbrada a levantarme muy temprano por el trabajo y no quería perder ese hábito, así que esa mañana de otoño, aunque todavía estaba oscuro y la época acababa de cambiar, salí como venía haciendo hacía varios días. Caminaba muy rápido, no corría. Fui a un parque que está cerca de mi nueva casa; estaba un poco nublado, pero no me importaba. Cuando llegué ya estaba sudando y me empezó a doler la cabeza. Di la vuelta acompañada de un fuerte silbido en los oídos, sentí que estaba a punto de caerme, me detuve y me apreté la cabeza con fuerza con ambas manos. Me dispuse a buscar rápidamente dónde sentarme o acostarme un rato, pero de inmediato escuché una voz que decía: «Escribe, escribe».

Fue muy fuerte. Giré para ver de dónde venía esa voz y dije: «¿Escribir qué?, ¿dónde está?, ¿cómo?». Tenía un poco de miedo y mi corazón latía rápido, ya no era mi cabeza la que me azotaba. Me sentía confundida y, entre la escasa luz que comenzaba a dejar pasar la niebla, me puse a buscar a alguien cerca de mí.

Me decidí a llegar a casa lo más rápido que pudiera, busqué desesperadamente lápiz y papel, y comencé a escribir lo que me venía a la mente en ese momento, como si alguien me hubiese estado dictando. Sin puntos ni comas: solo escribí y escribí, y así continué por varias semanas. Me compré un cuaderno y un lápiz, que llevaba en una bolsa de paja. Me dije a mí misma: «Ya no estaré desprevenida y lo que me digan, lo escribiré».

Durante esos días me siguió llegando mucha información. Soñé muchas cosas, entre ellas una que, recuerdo, me dejó muy sorprendida y de inmediato decidí escribir. Soñé que estaba escalando una montaña con mucha dificultad, pero quería llegar a la cima. En cierto momento me encontré en la cima desde donde podía ver cualquier parte de la Tierra: el mar, los cerros, algunos lejanos en la distancia, valles, ríos. Sentí una gran felicidad, estaba sola y, de repente, al mirar a mi alrededor, vi una casa de piedra. Pensé que era una iglesia, estaba en lo alto de un cerro. Entré: estaba iluminada por una luz intensa que no me dejaba ver lo que había adentro, pero escuché una música muy hermosa que nunca había escuchado en este mundo: arpas, violines, piano, no puedo describir el instrumento, lo único que recuerdo es que tenía tanta felicidad en mi corazón mirando la luz y escuchando esa música celestial, que desperté con el inmenso deseo de seguir escribiendo.

Me preguntaba una y otra vez qué significaba este sueño. Recuerdo una iglesia a la que había insistido mucho en ir a visitar, porque había escuchado que el sol de la mañana entraba por una ventana que tenía dos ángeles arrodillados, y eso había despertado mi curiosidad. Cuando vivía en Turín fui a verla. Entonces, con tanta confusión en mi mente, comencé a escribir este libro.

Había llegado un virus, una pandemia global que creaba caos, miedo, que nos limitaba en lo que podíamos o no hacer. Con ese terror constante, la gente que ni siquiera podía salir al parque. En esos días no escuchaba las noticias, la televisión estaba completamente olvidada porque no quería saber de esa guerra que se estaba creando en el mundo. Me aislé por completo, escuchaba solo las voces que me llegaban de la mente divina universal como cascadas.

Espero que esta guía sea de mucha utilidad para todo aquel que quiera poner en práctica todas estas cosas que nos han sido reveladas para ayudarnos a despertar y a entender este nuevo orden mundial, porque la vida nunca volverá a ser la misma, pero tengo una noticia para ti: la fuerza divina está de nuestro lado y solo así entenderemos lo que vendrá, que será aun más difícil de entender, pero tendremos que aprender a vivir con este despertar. Todo parece muy acelerado, pero todo esto ya estaba anunciado desde hace algún tiempo.

La técnica de meditación de los antiguos habitantes de la Tierra ha logrado comprender las partes internas del universo, pero la humanidad ha dejado caer en el olvido por completo la autoexploración y ahora es el momento de despertar de este sueño en el que estamos.

LA FE Y LAS HUELLAS

El despertar de la humanidad comenzará cuando entendamos que no estamos solos, que todo el universo está lleno, que nada está vacío; cuando empecemos a estar más atentos a nuestra intuición, comenzaremos a percibir cosas, nos dejaremos guiar a otra dimensión. Esto es posible y fiel a nuestro ser; con fe lo haremos realidad. Solo necesitamos inteligencia en acción para ir en busca de la luz divina que genera amor y felicidad y que todos tenemos bien escondida en nuestro ser más profundo.

Cada uno de nosotros puede iniciar su propio camino hacia la búsqueda de la verdad que Jesús nos enseñó: la verdad no nos ha sido bien revelada, pero ahora es el momento en que iniciaremos una nueva era llena de luz y comprensión. Con una profunda meditación abordaremos algunos momentos de dolor, un recuerdo del pasado que dejó cicatrices y huellas emocionales.

Deberían de habernos enseñado desde niños que todo nos será dado si tenemos bien claro en el cerebro que tenemos como un imán, mecanismos que nadie conoce bien hasta que los aceptamos con la repetición constante de algo que se desee: las afirmaciones por medio de la meditación constante harán que las cosas se realicen. Lo que se desee intensamente vendrá a través del pensamiento, que será llevado del inconsciente al alma, donde quedará registrado para siempre. El ser supremo espera de nosotros ser llamado constantemente, ser solicitado. Recuerda que tenemos libre arbitrio y que él no actúa si nosotros no lo deseamos, si no lo pedimos.

Los niños, que aceptan todo lo que ven y lo que escuchan de la forma más natural, son los que más experiencias tienen con los ángeles. Muchos niños juegan y se ríen mucho y, cuando los padres preguntan por qué se ríen, algunos dicen que hablan con los ángeles.

A menudo, los niños que afirman tener experiencias con los ángeles comienzan a olvidarlas