PROTECCIÓN FRENTE A ALGUNOS PELIGROS
El ejercicio muscular produce calor y, por tanto, conviene descansar y relajarse.
Ojo con sobrecargar en exceso el aparato digestivo. La comida debe ser moderada, siendo preferibles ensaladas, frutas y verduras a huevos, féculas, dulces, etc. También debe evitarse el consumo de bebidas alcohólicas, así como el tomar helados en plena digestión o cuando se está sudando.
SUDOR Y TRANSPIRACIÓN
El sudor es una forma que tiene el organismo de protegerse del calor. Para ello hay que tomar líquidos en abundancia. Los más recomendables son el agua pura y los jugos de frutas. El agua resulta de gran ayuda para absorber calor orgánico. Es útil tomar una ducha fría por la mañana (si es por la noche, mejor que sea tibia, para que no cause insomnio), y mojarse frecuentemente las manos, la cara, y en caso de apuro, la cabeza.
Para facilitar la transpiración son aconsejables las prendas de vestir ligeras y flotantes. Los tejidos gruesos y oscuros aumentan el calor e impiden la correcta transpiración cutánea.
Los niños son menos resistentes al calor que los adultos. En casos de calor extremo puede ser útil