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En busca de la paz
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En busca de la paz
Libro electrónico202 páginas43 minutos

En busca de la paz

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Información de este libro electrónico

En busca de la paz es un libro en el cual se traducen sentimientos encontrados ciertas aristas de manifestación del dolor, angustia, soledad, en la que la humanidad se ha encontrado inmersa en una condición inusual denominada pandemia. Genera una briza de esperanza en los tiempos actuales, rescata emociones que alimentan el alma y nos motivan a vivir intensamente. Un "tiempo sin tiempo" de incertidumbre en la que debemos aferrarnos en la fe y la esperanza.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 dic 2020
ISBN9789995343972
En busca de la paz

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    En busca de la paz - Heidi Almeida

    Prólogo

    En busca de la Paz, un libro en el cual traslucen sentimientos encontrados: ciertas aristas de manifestación de dolor, angustia y soledad, en las que la humanidad se ha encontrado absorta e inmersa, en una condición inusual e inesperada denominada «pandemia».

    Un tiempo sin tiempo en la incertidumbre del rumbo que tomará la vida, empero, queda aferrarse a lo que la historia ha enseñado mediante «la fe y la esperanza», virtudes perennes e invaluables que sostienen al mundo en el entendimiento de que una vez más se saldrá triunfante de esta silenciosa y nefasta batalla. La despedida no implica olvido… sino una transformación constante en otra manera de amar, siendo la memoria —ahí donde se impregnan los recuerdos imborrables— la aliada perfecta.

    Me enseñaste, Papá

    Me enseñaste

    a no mirar atrás,

    a no detener los pasos ligeros,

    solo

    que, al dar uno hacia delante,

    voy dos en reverso.

    Me enseñaste

    a sonreír sin complejos.

    Sonreír

    acariciando al viento,

    a dar marcha alocada

    a no dejarme doblegar

    por un temperamento necio.

    Me enseñaste

    a oír una melodía y cantarla

    hasta el último aliento,

    aunque parecieran aburridas

    tenía que tratar de no tomarlas

    tan a pecho.

    Me enseñaste

    a entender palabras rebuscadas,

    de esas que te rompen el coco

    en saberlo,

    sólo

    que al mirarlas, hoy, están dejadas,

    olvidadas, ya no tienen asidero.

    Hay

    tantas cosas que he aprendido

    y otras que no veía el motivo

    de hacerlo,

    pues con el paso de los años

    todo iba tiñéndose de viejo,

    y hoy me hacen tanta falta;

    es un error

    que casi cometemos,

    pensar

    que el presente

    será igual al mañana

    y nos dará el tiempo de seguir

    viviendo

    la misma fantasía

    de ser eternos.

    Noches

    Hay noches tan largas,

    minutos

    que simplemente paran,

    se detienen;

    se oye

    el baile de lágrimas apresuradas,

    esa lluvia

    de sentimientos,

    que cae

    en busca de aliento,

    unas tras otras

    llevando el peso del alma.

    Al amanecer, el sol

    trae la calma,

    como si con su brillo

    se llevara la tristeza

    o la doblegara;

    trae un hilo de esperanza,

    como si solo fuese

    un sueño,

    sin la ausencia

    que abraza,

    cuando

    sientes el vacío

    que te llama.

    Corazón

    Corazón que late y vive,

    corazón joven

    que siente el amor,

    un corazón que se resiente

    en el andar día a día.

    El tropezado e inquieto corazón

    que de tantos subes y bajas

    de la vida

    un día bailó su última

    canción;

    la más triste de todas,

    la despedida

    en la que partió

    tan solo

    sin decir adiós .

    ¿Cuándo?

    ¿Cuándo los recuerdos serán alegría?

    ¿Cuán largo es el proceso de aceptar

    una partida?

    ¿Cuándo las lágrimas se volverán

    sonrisas?

    Y la Paz tan buscada...

    ¿Dejará de jugar a las escondidas?

    ¿Cuándo el tiempo

    sanará las heridas

    que se roban el aire que respiro?

    Oración elevada al viento

    Una

    que lleve los pesares

    de este triste momento,

    pero que retorne

    con la esperanza de vida,

    para algún día

    recobrar la sonrisa

    que hoy encuentro perdida.

    Palabras

    Hay veces en que las palabras

    se anudan en el pecho

    atrayendo un sinfín de remolinos

    caóticos de desespero,

    palabras que no pueden encontrar

    un camino

    que se encuentran atrapadas,

    presas del silencio,

    que la ahogan

    y desvanecen

    por completo.

    No hay belleza,

    sabores,

    ni colores,

    solo grises

    que envuelven en sus infinitos

    matices

    todo a mi alrededor;

    el sonido se desvanece,

    se oye

    el zumbido de la nada,

    que en este tiempo

    se vuelve mi compañía

    inesperada.

    Día

    Se abre el día

    con el trinar de los pájaros.

    Despierta lentamente el amanecer

    plagado de aromas

    a césped mojado,

    a una lluvia que recién se fue

    con un fresco llamado;

    un

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