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Esencia de bruja
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Libro electrónico334 páginas4 horas

Esencia de bruja

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Hace muchos años, la magia prevaleció en Gran Bretaña. Fue una época en la que las mujeres eran elegidas por la propia madre naturaleza; una época de brujería, de la hermandad de los Gwithiaz y de las aterradoras Criaturas. Eventualmente, se convirtió en un pedazo de historia olvidada.

Ahora, la magia ha regresado y Kiera es la primera bruja que el mundo ha visto en siglos. Jack ha sido elegido para aprender las costumbres de los Gwithiaz. Juntos deben dominar sus habilidades y superar sus diferencias si quieren sobrevivir al enemigo oscuro que acecha en las sombras.

En el robusto paisaje de Cornualles donde todo comenzó, con la ayuda de su excéntrico mentor, Kitto, se han de enfrentar al temido Kasadow: un antiguo mal que ha despertado y está sediento de probar la sangre de bruja.

IdiomaEspañol
EditorialNext Chapter
Fecha de lanzamiento5 feb 2021
ISBN9781393600848
Esencia de bruja

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    Esencia de bruja - Helen T. Norwood

    Prólogo

    En 1022, una hereje fue quemada en una estaca en Francia. Fue el comienzo de una histeria de brujas que continuaría por siglos. Las acusaciones, las pruebas, y las quemas son muy conocidas en estos días. Es probable que muchos piensen en esto como los días más desoladores para la brujería, la religión más antigua del mundo, pero en realidad esta era fue desoladora para todos, así como para los inocentes que fueron falsamente acusados por sus vecinos y quemados vivos en la estaca.

    Aquellos que conocen la verdadera historia de la brujería, conocen un peligro más oscuro y profundo – una amenaza que ha perseguido a las brujas a través de los siglos, acechando en las sombras, observando y esperando. 

    Esta es la verdadera historia de la bruja. 

    Hace miles de años, en una época sin doctores y medicina, la gente se volcó hacia la naturaleza. Las mujeres usaban el poder sanador de las plantas y las hierbas para curar y proteger a sus familias de las enfermedades. A través de la práctica adquirieron grandes habilidades, aprendieron sobre los secretos de la naturaleza y pasaron este conocimiento a sus hijas y así fue pasando por generaciones. 

    El poder del mundo natural fue aprovechado y usado para el bien. A lo largo de las generaciones, unas pocas mujeres hábiles selectas fueron separadas del resto, y parecía que la misma Madre Naturaleza recompensaba sus buenas acciones con dones más allá de las capacidades normales.

    Estas mujeres elegidas usaron estos dones y se convirtieron en sanadoras excepcionales en sus comunidades. La brujería es conocida como el oficio de los sabios y estas mujeres eran buscadas no solo por saber curar, sino por consejos, refugio, comodidad y liderazgo. Sus dones les permitieron vislumbrar el futuro, evitando contratiempos y algunas podían comunicarse con los muertos, conectando a las personas con sus seres queridos fallecidos. Usaron sus poderes para proteger a las personas y brindarles buena fortuna y felicidad. Se las podían identificar mediante una marca en la muñeca; una marca para mostrar que eran las sirvientes de la tierra.

    Toda bruja cree en el karma. Porque es un hecho que el universo equilibra todo al final. Mientras estas mujeres elegidas usaban sus poderes para el bien, todas las bendiciones les fueron otorgadas. Pero eventualmente algo salió mal.

    Exactamente cómo sucedió es motivo de cierto debate. En lugar de que la naturaleza seleccionara a la bruja, las brujas encontraron una manera de usar sus poderes para iniciar a otras. Formaron aquelarres, y al unirse, sus poderes se magnificaron hasta parecer más poderosas que la naturaleza misma. 

    Un aquelarre permaneció fiel a su llamado y respetó el mundo natural en todo lo que hicieron. Se transformaron en lo que se conoce como Las Hijas de la Tierra. Fue formado por algunas de las mujeres elegidas más talentosas y las personas viajaron desde lejos por sus consejos y habilidades. Sin embargo, algunos aquelarres eran arrogantes y no se contentaban con usar sus dones para el servicio de otros, sino que los usaban para beneficio personal, financiero y para dañar a los enemigos. 

    Y así, la naturaleza se volvió en contra de la bruja. Antes de que su número creciera demasiado, una nueva especie nació de la oscuridad de las cuevas de Cornualles; una bestia aterradora, ideada por la Madre Naturaleza, cuyo único propósito era cazar y matar a las brujas, manteniendo así bajo control sus números y poderes. No hay un registro escrito de su apariencia, ya que muy pocos los han visto, pero las leyendas hablan de cuerpos destrozados con una ferocidad imposible. Se dice que son en parte humanos, y capaces de pasar por el mundo sin ser notados, pero en realidad son más animales que humanos, escabulléndose entre las sombras.

    Sin embargo, otra leyenda dice que fue una bruja quien creó la primera criatura. Luego de descubrir a su infiel marido, ella usó sus poderes para matar a la mujer con la que él estaba, y después lo castigó volviéndolo en un ser que era menos que humano. Por el abuso de sus poderes, la Madre Naturaleza intercambió el conjuro de la bruja, y en su lugar, creó una bestia violenta que se giró hacia la bruja y le arrancó la garganta. Él fue el primero de una especie de inmortales que estaba consumido por una sed insaciable de venganza hacia las brujas que lo habían creado. Se hicieron conocidos como los Kasadow, que significa lleno de odio en Cornualles. Porque eso es lo que eran, cada uno de sus actos impulsado por su odio hacia la bruja. Con el tiempo las personas simplemente se referían a ellos como las Criaturas. 

    No hay forma de saber cuál historia es verdadera. Lo que sí se sabe es que una batalla feroz por sobrevivir comenzó para las brujas, y ellas se vieron obligadas a esconderse de sus despiadados cazadores. 

    Pero la Madre Naturaleza no se olvidó de sus leales súbditos. Para las Hijas de la Tierra, que se dedicaron a sus servicios, les dio protección. El primero fue un hombre de un pueblo local, que estaba enamorado de una miembro del aquelarre. El decidió dedicar su vida a protegerla. Se hicieron conocidos como los Gwithiaz y, porque nacieron del amor, eran más poderosos que las Criaturas. Todos saben que el amor es más fuerte que el odio. Eran guerreros definitivos, los únicos seres capaces de asesinar a un Kasadow. 

    Personas inocentes fueron perjudicadas en las batallas y se estableció un consejo para tratar de controlar la situación. Los miembros del consejo deliberaron sobre el dilema y les rezaron a varios dioses por el fin de la violencia. Ellos alejaron a las brujas, expulsándolas de sus hogares y pueblos con la intención de protegerse a sí mismos, pero en última instancia, interponerse entre un Gwithiz y una Criatura era como interponerse entre David y Goliat y ellos no pudieron encontrar un final a la guerra. 

    Las Hijas de la Tierra estaban protegidas de las Criaturas, pero otras brujas no. Para ellas, sus poderes, aunque grandes, fueron capaz de mantener a las Criaturas a raya por un momento, pero la Criatura las persiguió y asesinó. 

    Eventualmente, las brujas disminuyeron en número y también los Kasadow. Las batallas se volvieron menos frecuentes y públicas. El único aquelarre restante eran las Hijas de la Tierra y vivieron vidas tranquilas junto a sus protectores, siempre cuidando sus espaldas. Pasaban su tiempo aprendiendo, sanando y ayudando a otros. Se mezclaron, siempre con miedo de ser cazadas por las Criaturas y rechazadas por sus vecinos.  

    A lo largo de los años todo comenzó a desaparecer de la memoria. Las décadas se volvieron siglos y las Criaturas se volvieron un mito, una historia para asustar a los niños y para que se durmieran, y luego, todo fue olvidado. 

    Las brujas se volvieron una leyenda que fue cambiando con el tiempo. En algunas historias eran confundidas con las Criaturas como seres horribles y malvados. En cuanto a las Hijas de la Tierra, sus grandes poderes las bendijeron a ellas y a los Gwithiaz con vida eterna. 

    Pero pasar una vida a escondidas, con miedo, siendo perseguidas, viendo a sus familiares y seres queridos morir antes que ellas, tiene sus efectos. Se dice que al final fue su espíritu lo que se rompió.

    No se puede confirmar la fecha exacta, pero fue en algún momento de 1800, la última de las brujas sucumbió a la furia de las Criaturas. Los Gwithiaz lucharon valientemente hasta que solo un hombre sobrevivió. Después de que las brujas desaparecieron, dedicó su vida a perseguir y matar a la última de las Criaturas. Luego de eso, sin el poder de las brujas para protegerlo del paso del tiempo, envejeció y murió como un mortal. 

    Fue el final de una era, el final de las verdaderas brujas. Algunas mujeres continuaron las viejas costumbres y la Madre Naturaleza les permitió utilizar sus poderes para el bien, pero ella ya no las premió con poderes especiales. Ya no había Gwithiaz, Criaturas y brujas. 

    O eso es lo que la leyenda dice... 

    PARTE UNO

    GWITHIAZ

    ––––––––

    Duerme tranquila

    Que yo te cuido

    El mundo gira

    Y el viento sopla

    Las aves cantan

    Y el sol brilla

    Sobre aguas turbulentas

    Y por todo ese tiempo

    Y más

    Te protegeré

    Capitulo 1

    Principios de 1994.

    Jack miró el reloj. 23:45. Estuvo tentado a meterse a la cama, pero decidió no hacerlo y encendió el televisor. Vio la imagen del Big Ben en la pantalla por un instante antes de desaparecer en la cocina y sacar otra cerveza. Luego se relajó en su sofá y tomó un fuerte sorbo de la botella.

    La música de una fiesta de víspera de Año Nuevo del apartamento de abajo se colaba entre las tablas de su piso; excepto que colarse no era una descripción muy apropiada. Hacía que las tablas del suelo vibraran y cortara la atmosfera pacifica de su casa.

    Apretó los dientes y resistió el impulso abrumador de bajar las escaleras y confrontar al culpable del ruido. ¿Qué demonios diría? ¿Por qué no puedes apagar la música y disfrutar del Año Nuevo en paz como yo?

    «Dios. Parezco un anciano» Jack murmuró con un gruñido.

    Tenía todo el derecho de estar un poco gruñón. Estaba comenzado un nuevo año con otra relación fallida a sus espaldas. No es que tuviera a alguien más a quién culpar más que a él mismo. Él fue el que había terminado la relación un día antes de la víspera de Año Nuevo y sintió una punzada de remordimiento al respecto. No tuvo la intención de ser cruel. Solo que no quería comenzar el Año Nuevo pretendiendo que iba a funcionar cuando sabía que no sería así.

    Se consoló así mismo con la idea de que tenía solo 21, así que había mucho tiempo para todo eso. Sin embargo, tenía la sospecha de que algunas personas estaban destinadas a estar solteras y estaba bastante seguro de que era uno de ellos. Después de todo, siempre comenzaba una relación con las mejores intenciones, pero todas terminaban de la misma manera.

    Mientras otros disfrutaban de una vida social ocupada, Jack prefería una existencia más solitaria y por lo general, intentaba mantenerse alejado. Había sido así desde la infancia, incluso cuando crecía en el hogar de niños. Y a veces había sido duro estar solo en un lugar rodeado de otros niños. Tuvo algunos amigos, pero había descubierto que la mayoría de ellos tenían problemas peores que él, así que lo mejor fue mantenerse alejado.

    Por un breve momento le permitió a su mente viajar hacia antes del hogar de niños. ¿Le había gustado estar solo en ese entonces? Pero no pudo aferrarse a nada en concreto; recuerdos borrosos aparecían demasiado rápido y se dio por vencido.

    Tenía 5 años cuando sus padres murieron en un accidente de auto. No estaba seguro de en qué punto los había olvidado. Sabía que hubo un momento en el que pensaba en ellos constantemente y se sentía miserable, entonces, había comenzado a hacer todo lo posible para no pensar en ellos y los apartaba de su mente para no estar triste.

    Y de repente, no pudo recordarlos, aunque quisiera. No tenía fotos de sus padres y le hubiera gustado recordar sus rostros. En ocasiones lo intentaba, pero era en vano.

    Sin embargo, había dejado de preocuparse por eso. No podía recordarlos y eso fue todo. La vida siguió. No había tenido una infancia feliz pero tampoco muchos niños la habían tenido. No tenía sentido detenerse en ello.

    Ahora la vida era buena. No tenía familia, pero, a los pocos años después de dejar la escuela con calificaciones bastante bajas, había construido un próspero negocio de carpintería e incluso era propietario de su propio hogar. Quizás en los próximos años, si el negocio continuase igual de bien, podría considerar vender su departamento y comprar una casa, preferentemente alejada para no ser molestado por sus ruidosos vecinos. Con esa idea feliz en mente, miró el reloj otra vez, 23:58. Solo tenía que quedarse despierto por un par de minutos. Luego, se durmió y la botella de cerveza se deslizó en silencio hacia el suelo causando una pequeña mancha en su alfombra.

    El mismo sueño lo persiguió toda la noche. Involucraba a una mujer y, aunque no la pudo ver claramente, se pudo dar cuenta de que estaba en peligro. Ella mantuvo su rostro oculto, pero él supo de inmediato que temía por su vida. Quiso ayudarla, pero todo a su alrededor estaba oscuro, y sin importar lo duro que se esforzara, no lograba verla a través de la oscuridad. Fuera cual fuese el peligro, se encontraba en algún lugar en la oscuridad y los observaba.

    Y así fue como pasó la noche, esperando a pelear con alguna amenaza invisible y proteger a una mujer que no podía ver. No hay duda de que se despertó más cansado de lo que estaba cuando se fue a dormir.

    «Feliz Año Nuevo Jack» pensó para sí mismo.

    Reflexionó sobre el sueño por un momento. No fue su primer sueño inusual; habían comenzado recientemente y parecía que ocurrían con frecuencia. De hecho, se dio cuenta de que los sueños raros no eran lo único que había cambiado. También había estado perdiendo los estribos más a menudo. Era cierto que siempre había tenido mal genio, pero recientemente parecía que no tuviera tolerancia para nada. El incidente más leve podría sacarlo de control. Muchas veces en el trabajo tenía que alejarse de una situación y respirar profundo hasta que se calmara. Se preguntó si los sueños estaban relacionados. Luego lo ignoró.

    Es solo un sueño.

    Se despabiló con una corrida matutina. El aire se sentía como agujas. El frio le atravesó la piel, lo cual era justo lo que necesitaba. Sonrió al observar a un hombre fiestero con ojos cansados, tambaleándose para llegar a su casa.

    Después de desayunar agarró algunos papeles del negocio y analizó la posibilidad de contratar una secretaria. Luego, cuando necesitó un descanso, puso la tetera y se sentó a esculpir madera. Había tomado clases de escultura en madera en el hogar de niños. Aprendió por su cuenta. Por supuesto, no permitían que los niños usaran cuchillos, pero uno de los niños más grandes se lo había dado. En ese entonces, era acosado por un niño malvado que había intentado hacerle cosas horribles mientras dormía. Tenía el cuchillo debajo de la almohada para su protección.

    En el jardín había una pila de troncos y un día agarró un tronco y comenzó a cortarlo. Había descubierto lo tranquilizador y terapéutico que era y con el paso del tiempo había creado formas en la madera.

    Extrañamente nunca había hecho nada con ellos. Nunca vendió ni uno, nunca los había regalado, nunca hizo nada, solo apilarlos, y cuando ya tuvo demasiados, los tiró. Algunas veces se le ocurrió regalarlos a sus novias, pero parecía muy personal.

    Mientras estaba dando los toques finales a su barco de madera escuchó un ruido en la puerta. Al principio pensó que se lo había imaginado, pero ahí estaba de nuevo, el sonido de un débil chirrido como si alguien estuviera intentando entrar.

    Tomó con sigilo su cuchillo y se acercó a la puerta. El ruido volvió a aparecer. Esta vez era un ruido fuerte como si alguien hubiera agarrado el picaporte de la puerta y luego lo soltara de nuevo. Frunció el ceño. No suele tener visitas. Miró a través de la mirilla, pero no había nadie ahí. Esperó, pero parecía que el sonido se había parado así que volvió a su barco.

    A penas se había sentado cuando el ruido volvió. Sintió como su ira aumentaba. Definitivamente había alguien en la puerta. ¿Qué estaban intentando hacer? ¿Irrumpir? Se volvió a levantar, pero, igual que antes, no había nadie a quien observar por la mirilla.

    Esperó hasta que el ruido volvió y luego abrió la puerta y agarró a la persona del otro lado. Estaba inclinado justo debajo de la mirilla, lo cual evitaba poder verlo. 

    Esta persona era muy liviana porque la levantó con facilidad y lo mandó a toda velocidad por el pasillo. Antes de que la misteriosa persona pudiera recuperar su compostura, se arrodilló en su pecho y le puso su cuchillo en la garganta. Su respiración era pesada a la vez que luchaba contra su ira y, manteniendo a la persona fijo al piso debajo de él, miró los ojos de un rostro asustado y vagamente familiar.

    ― ¿Qué estás haciendo? ―Jack le preguntó al extraño, su voz tranquila y la punta de su cuchillo descansaba de modo amenazador contra la garganta del hombre.

    ― Yo... yo... vivo aquí ―el hombre tartamudeó confundido. Observó a Jack y su discurso sonaba articulado. ―Eso creo al menos.

    Jack observó al hombre por un instante antes de darse cuenta de quién era y retiró su cuchillo.

    ―Vives en el piso de abajo ―Jack le dijo mientras movía sus piernas para que pudiera sentarse.

    ― ¿En serio? El hombre parecía confundido. Sus ojos se movían mientras intentaba enfocarse en su alrededor.

    «Habrá sido una noche dura», pensó Jack.

    ― ¿Tenías... un cuchillo? ―el hombre preguntó, sus palabras se tambaleaban mientras intentaba atravesar su cerebro empañado de alcohol y procesar lo que estaba ocurriendo.

    ―Déjame que te lleve a tu departamento ―Jack intentó sonreír, pero su corazón latía con fuerza en su pecho. Pudo haber lastimado al hombre. Honestamente, hubiera deseado lastimarlo.

    Jack acompañó a su visitante sorpresa al departamento de abajo. La puerta estaba abierta y se veía una escena de pura matanza. Este era, obviamente, el lugar donde había ocurrido la fiesta la noche anterior.

    ― Feliz Año Nuevo ―exclamó mientras el hombre cerraba la puerta. El hombre murmuró algo y luego hubo un golpe sordo en algún lugar próximo al sofá. Con suerte no recordaría nada cuando despierte.

    Jack tomó una respiración profunda. Gracias a Dios no lo había lastimado. Decidió ir a caminar para despejar su mente. Todavía hacía frio, pero a Jack no le importó. Sin razón aparente, eligió una ruta diferente de la normal, acercándose al final del camino y girando a la izquierda en lugar de la derecha. El camino de la izquierda lo llevó a más departamentos, estaba cruzando un estacionamiento cuando escuchó un sonido extraño. Se paró y escuchó. Escuchó gemidos y gruñidos que provenían de la esquina del estacionamiento. Estaba oscuro en la esquina, pero pudo distinguir la silueta de un grupo de chicos.

    «Adolescentes», pensó.

    Estaba a punto de continuar e ignorarlos cuando notó la forma de alguien recostado en el suelo. La forma se movió y parecía como si intentara alejarse gateando cuando uno de los muchachos le propinó una patada muy fuerte. La forma soltó un grito y comenzó a rodar en gemidos.

    Instintivamente Jack les llamó la atención y se acercó, ―hey, ¡paren eso!

    Los chicos levantaron la mirada. Eran tres. Dos de ellos estaban usando gorras de béisbol y pudo adivinar que eran adolescentes, no mucho más jóvenes que él. Avanzaron hacia él de inmediato, como una manada de leones distraídos por una mejor presa.

    Se dio cuenta de que no lo había pensado realmente, pero no estaba demasiado preocupado. Tres contra uno podría parecer injusto, pero había crecido en orfanatos y sabia como defenderse a sí mismo. Desde muy joven ha tenido contacto con algunos niños perturbados y se había fortalecido rápidamente. Podrían ser más numerosos, pero eran chicos, incluso sin verlos, sabía que él era más grande y fuerte.

    Mientras salían de las sombras se preparó para la pelea, pero no vio a una cuarta persona aparecer detrás de él o la botella dirigirse a su cabeza. Solo sintió el golpe, un terrible dolor invadió su cabeza y luego de desplomó.

    Capitulo 2

    Se escuchaba sonido de voces en algún lugar. Intentó levantarse, pero su cabeza daba tantas vueltas que no sabía si había aterrizado en su espalda o en su frente. Esperó a sentir más golpes; después de todo, parecían del tipo que no perdería una oportunidad para golpear a un hombre mientras estaba tirado, pero nadie apareció. Mantuvo sus ojos cerrados, parcialmente porque cuando intentó abrirlos se sintió como si alguien lo estuviera golpeando con un martillo y, parcialmente porque estaba intentando recuperarse.

    Respiró profundo, pero no sirvió de ayuda. Le dolía su cabeza y pudo sentir la ira comenzando a hervir dentro suyo. Su temperamento era algo raro. Había sido un adolescente resentido y furioso, lo cual había resultado en algunas raspaduras. Pero en esos días su temperamento era como una explosión que salía de la nada. Había pasado años aprendiendo a controlarla y ahora su ira ya no se presentaba como una furia loca. Ahora era como una niebla que confundía sus pensamientos para que no pudiera pensar con claridad. Tomó otra respiración profunda y observó. No estaba funcionando. La niebla estaba descendiendo.

    La razón por la que lo habían dejado en paz después de que cayera era que lo consideraban una presa fresca. En frente de él estaban dos apoyados contra un auto, muy relajados, riendo, con sus rostros ocultos detrás de las gorras de béisbol. Uno de ellos, el cual estaba cubierto de granos, agarraba los brazos de una mujer asustada. El cuarto muchacho estaba tirando el contenido de su bolso al suelo.

    La mujer, que parecía en sus treinta, les imploraba débilmente, ―por favor, déjenme ir.

    Los muchachos estaban enloquecidos, posiblemente borrachos, pero en su opinión se habían llevado algo. Sus ojos estaban muy abiertos e inyectados en sangre, sus movimientos eran torpes y su risa era maniaca.

    Pero esto no era excusa para su comportamiento. Conocía a su tipo, había crecido con ellos en el hogar de niños, y ellos eran abusadores que se ensañaban con aquellos que creían que eran más débiles para sentirse mejor con sus miserables vidas. Eran jóvenes y creían ser invencibles.

    Pero eligieron al chico equivocado. Se paró en seco. Uno de los muchachos lo notó y se lo señaló a sus amigos hasta que todos lo estaban mirando de manera desconcertada.

    ―Eres un estúpido ―dijo el chico de los granos, soltando los brazos de la mujer, ―debiste haberte quedado en el suelo.

    ―Tú ―se unió uno de los de gorra de béisbol, ― ¿Cuál es tu problema? ¿Te gusta el dolor? Tal vez te gustan esas cosas raras.

    Los otros muchachos se rieron ante el chiste de su amigo.

    ―Ese es mi problema ―dijo Jack con calma, ―es que yo vivo en este barrio, y ustedes lo están arruinando.

    ―¿Arruinando? ―Granoso repitió. Miró fijo a Jack, intentando de comprender si Jack hablaba en serio o si era posible que alguien pudiera burlarse de él.

    ―Sí ―continuó Jack, con una sonrisa irónica, ―y no puedo soportar que cierto comportamiento afecte el valor de mi propiedad.

    Cuando nadie respondió, y todos lo miraban como si le hubiera crecido una cabeza extra, agregó, ―quizás pueda venderla este año.

    Granoso se tambaleó indignado, ―¿Qué mie...?

    Pero no llegó a finalizar la oración porque el puño de Jack se estrelló directamente en su mejilla. Se abrió instantáneamente, y mientras caía hacia atrás, la sangre ya estaba deslizándose por su rostro. Sus amigos, aunque sorprendidos, saltaron a la acción. Los dos que usaban gorras de béisbol cargaron contra él, gritando y balanceándose.

    Le dio al primero un traspaso fácil, alejándolo como si fuera una mosca molesta, y haciéndolo aterrizar en su parte trasera. Al segundo lo paró con un golpe que hizo su rostro girar violentamente y lo derribó contra su espalda. Aterrizó en una acera y quedó sin aliento, por lo que permaneció recostado ahí, retorciéndose y gimiendo.

    Quedaba uno. El último chico fue hacia él, después de ver lo que les había pasado a sus amigos, parecía estar arrepentido. Se acercó a Jack de una manera que sugería que se había arrepentido un poco tarde. Jack pudo esquivar el golpe y levantó su rodilla hasta que colisionó con el pecho del muchacho. Luego, mientras el muchacho se retorcía, Jack volvió a golpearlo.

    Podría haberse ido a ese punto. Obviamente ya había ganado, pero sus adversarios estaban tocados, pero no hundidos. Algunos de ellos estaban intentando ponerse en pie y además, la niebla se estaba disipando. Esta pandilla de cobardes, arrogantes y tontos necesitaban aprender una lección, una que no olvidarían; una que los hiciera pensar dos veces antes de atacar a la gente.

    Granoso fue el primero en levantarse. Estaba comenzando a moverse, tal vez con la intención de

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