Todo empieza aprendiendo a amarte, ¡amate! - El camino directo a la felicidad - Parte 1: El camino directo a la felicidad, #1

Por Angus Miller

Cuando hablamos de felicidad, reducimos la palabra y su significado al bienestar afectivo que tiene una persona que ya se ha adaptado a su medio. Los humanos deben analizar todo lo que los rodea y sus deseos internos para construir una vida que se adapte a los lineamientos impuestos por la sociedad misma y para satisfacer sus valores. No es posible desentender la libertad y mucho menos la responsabilidad ante este compromiso. Ser feliz hace referencia a que el ser humano sea capaz de hallar ese equilibrio que nivele las contradicciones, los contratiempos y cualquier tipo de conflicto con otros acontecimientos en su vida.

En este libro, me he dedicado a explicar con las palabras más sencillas el material que nos dirige a la felicidad y que nos aleja de esta. Primeramente desde un sentido espiritual, pero al mismo tiempo abarcando las definiciones, los principios y muchos estudios que ha realizado la ciencia.

 

Tal vez mientras leas los siguientes capítulos pienses que mi definición difiere de muchas otras existentes, aunque de eso se tratan los debates y las opiniones. Entonces será aquí donde la fuerza de la felicidad se volverá una respuesta, una forma de contemplar la vida traspasando los límites intelectuales y llegando más a la sabiduría, porque quien aprende a ser feliz y disfruta el final de sus días con una sensación de paz y satisfacción, ha descubierto la verdad detrás del universo entero.

 

Con este libro aprenderás: Cómo actuar ante el sufrimiento y ser feliz, A cultivar tú autoestima para ser feliz, La diferencia entre el amor propio y el amor por lo demás, Cómo una buena alimentación puede hacerte feliz, Cuáles son las hormonas que pueden hacerte feliz.

 

Solo atrévete a dar los primeros pasos y Empezaras a ser feliz…

• Idioma: Español
• Editorial: Angus Miller
• Fecha de lanzamiento: 24 ene 2023
• ISBN: 9798215112038

Vista previa del libro

PRÓLOGO

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Cuando hablamos de felicidad, reducimos la palabra y su significado al bienestar afectivo que tiene una persona que ya se ha adaptado a su medio. Los humanos deben analizar todo lo que los rodea y sus deseos internos para construir una vida que se adapte a los lineamientos impuestos por la sociedad misma y para satisfacer sus valores. No es posible desentender la libertad y mucho menos la responsabilidad ante este compromiso. Ser feliz hace referencia a que el hombre sea capaz de hallar ese equilibrio que nivele las contradicciones, los contratiempos y cualquier tipo de conflicto con otros acontecimientos en su vida.

Si la persona está en una constante búsqueda de la felicidad, no puede olvidarse de conquistarse a sí mismo y luego a todo aquello que lo rodea. De esta forma, estaría teniendo en cuenta todo aspecto que también afecta al resto de los humanos y empleando consejos cuya función es ciertamente generalizada.

La pregunta ahora es ¿Realmente todos queremos ser felices? Esta última incógnita se ha convertido en algo grande, pues muchos buscan el camino hacia la felicidad y otros hacia la salvación. Y es que, hoy en día, vivimos en un mundo lleno de soledad que se intenta llenar con cosas materiales o técnicas falsas que han sido demandadas y aplicadas durante años pero que carecen de buenos resultados o efectividad.

Es muy sencillo enlistar la cantidad de condiciones que se necesitan para llegar a la felicidad, o esas que conocemos como necesarias. Empezando por la buena salud, el amor, la libertad, la comodidad e incluso la conformidad con todo lo que nos rodea. Estos son hechos que se han llegado a nombrar de forma unánime. Pero hay un problema, cuando llegamos a conseguir una o varias de estas, puede que otra se ausente y no permita entonces que sintamos la felicidad plena.

Por ejemplo, puede tener un hombre una salud esplendida, grandes comodidades y un excelente nivel económico, pero no posee una familia o una compañera que llene sus niveles emocionales o que le brinde el amor y el romanticismo que su cuerpo exige, es aquí cuando te das cuenta que llegamos a depender altamente de un conjunto de cosas para ser felices y que la ausencia de una sola puede provocar el caos y arruinar nuestras sonrisas y nuestro ánimo durante un largo periodo.

De igual forma, consideramos que la felicidad está ligada al tiempo, a la estabilidad y a la continuidad. Podemos sentir unos niveles estables de las hormonas que generan la tranquilidad en nuestro cuerpo debido a que una situación que nos preocupaba está siendo resuelta, pero cuando volvemos al problema, la tranquilidad y la felicidad desaparecen. Debemos saber diferenciar entre felicidad y placer. El placer suele generar una satisfacción rápida e inmediata, pero momentánea. Es decir, se trata de un aspecto con carácter limitado. Mientras que la felicidad, una vez se alcanza, perdurará para toda la vida, porque no se ve atada a una situación, a un material o a