La amabilidad y generosidad son valores fundamentales a cultivar en nuestro día a día. Nos permiten tener relaciones más armónicas con nuestros vecinos, con desconocidos y atraviesan todas las esferas de nuestra vida: trabajo, vida familiar y afectiva, y por supuesto nuestro fuero interno. Es en este último punto en el cual nos queremos detener, ya que un aprendizaje base para una vida más feliz y con mayor salud mental y física es, precisamente, empezar por casa.
INFORME REALIZADO POR:
En mi trabajo como coach de felicidad, éste es un punto clave a desarrollar con mis pacientes:
- “¿Cómo quieres que el resto sea amable si no comienzas a ser amable contigo?”
- “Si ocupas mucho tiempo juzgándote y no viendo ni realzando tus aspectos buenos, ¿por qué pides al resto que lo haga por ti?”
Parece muy simple, pero es lo que, como seres humanos, hacemos con mucha frecuencia: