Rockeada
Por Karen Booth
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Cuando su prometido la destruyó con un "Querida Katie" en una carta una semana antes de su casamiento, Kate Stillman igualmente realizó un voto, tendría que suceder un milagro antes de que le diera a otro hombre algo más que una noche. Libre de enredos sentimentales, su carrera fotográfica está teniendo éxito, disfruta la ocasional noche con alguien, y su corazón está fuera de los límites. Es el plan perfecto hasta que un viaje a Miami la encuentra cara a cara con Peter Barrett.
El inteligente y sexy guitarrista, Peter, ha estado tratando de conquistar a Katie con mensajes de texto desde que ella fotografió a su banda. Ahora que se encuentran nuevamente en persona, hay algo más que un simple coqueteo. Él la quiere. Ahora. Katie cede ante la deslumbrante química, pensando que una estrella de rock apreciará su regla de una noche. En cambio, Peter se resiste y le extiende una invitación por una segunda noche de completo abandono, una oferta muy difícil de negar. Cuando se separan, Katie aprende lo bien que su regla protegió su corazón. El tiempo lejos de Peter solo la hace quererlo más. Cada apasionante noche de llamadas telefónicas le hace preguntarse si puede volver a amar. Pero, cuando Peter regresa y su confianza es puesta a prueba, Katie deberá superar su pasado para darse cuenta que amar a su manera nunca fue la manera correcta.
Karen Booth
Karen Booth is a Midwestern girl transplanted in the South, raised on '80s music and way too many readings of “Forever” by Judy Blume. Married to her real-life Jake Ryan, she has two amazing kids with epic hair, a very bratty cat, and loves getting up before dawn to write romance. With plenty of sparks.
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Rockeada - Karen Booth
Capítulo Uno
Debería haberme quejado una segunda ve con el encargado del edificio por aire acondicionado. Realmente, debería haberlo hecho. Pero ¿más de 27 grados? Las estrellas de rock estaban brillando perfectamente, en especial Peter Barret. Era una oportunidad única en la vida para una sesión de fotos, y no la iba a malgastar.
Chicos, sé qué hace calor, pero tratemos de obtener unas fotos más antes de tomar un descanso y probar un lugar distinto.
Me agaché por debajo del nivel de los ojos de los cuatro miembros de Slump. El sol de la tarde se filtraba a través de los paneles de las ventanas en mi estudio fotográfico. Si hubiera podido empaquetas la belleza de esa luz, especialmente mientras agraciaba a los increíbles especímenes masculinos frente a mí, lo hubiera hecho.
Es maldito abril en Nueva York. No debería estar tan jodidamente caluroso. Estamos muriendo aquí, Katie.
Elliot, el cantante, resopló un mechón de su flequillo rubio claro en su frente."
Hazte hombre,
Peter comentó. Déjala hacer su trabajo.
Justo nuestra suerte con esta ola de calor.
Sonreí y continué tomando fotos. He fotografiado innumerables bandas cada año, y la forma en que pelean como hermanos nunca deja de divertirme. Tal vez era el producto de ser hija única. La luz está increíble ahora mismo.
Contuve mi respiración cuando Peter desató una particular mirada penetrante. Era lo suficientemente atractivo para hacerme soltar mi cámara. Y, no solo de forma literal. Se irá en un minuto, y no podremos volver a tener una buena luz.
Presioné el obturador de la cámara como loca. El sudor caía por mi espalda. Mi remera estaba pegada a mi cuerpo. El cabello que había apilado encima de mi cabeza en un esfuerzo por refrescarme parecía derribarse. Sin embargo, seguí moviéndome, de lado a lado, arriba y abajo, capturando a los cuatro miembros de la banda de cada ángulo.
Como fueron instruidos, los chicos me seguían con sus ojos. Quería que confrontaran a la cámara. Quería intensidad cruda. Era una pareja perfecta para el sonido abrasivo de guitarra de la banda que Rolling Stone acababa de apodar, Reyes del Universo
.
Podría haberme cohibido un poco el estar plantada firmemente bajo sus miradas inquebrantables, aunque siempre utilizaba la cámara como un escudo, pero era obvio que la mayoría de ellos tenía otra cosa en la mente. Elliot, el cantante, había estado discutiendo con alguien por teléfono cada vez que tomaba un descanso. Por el sonido, habría adivinado que estaba en medio de una ruptura con una novia, o al menos tratando de soltar a una mujer. Mark, el bajista, supuestamente estaba recuperándose de un resfriado y parecía estar en una confusión mental inducida por los antihistamínicos. Me pareció que el baterista, Tony, o como sus compañeros lo llamaban, Stony, estaba en una confusión mental diferente, pero disfrutaba que le saquen fotos y, era un participante dispuesto.
Y, luego estaba Peter. Él no solo seguía órdenes al tener sus ojos pegados a mí. Algo más estaba sucediendo. Lo sentí a un metro y medio de distancia. Sus brillantes ojos azules, estaban enfocados completamente. Tal vez, él era así. Tal vez estaba fascinado por la fotografía.
Saqué una última foto y descansé la cámara en mi mentón. Tomémonos veinte. Veré si puedo encontrar otro ventilador, y llamaré al gerente del edificio para saber cuándo repararán el aire acondicionado.
Los cuatro muchachos se separaron, yendo en direcciones opuestas. Peter directo hacia mí.
¿Cómo se ve todo?, me preguntó.
Entonces era eso, estaba preocupado por verse bien en las fotos. Obtuve algunas cosas increíbles. Ustedes cuatro son extremadamente fotogénicos. Prometo que aguantar el calor valdrá la pena.
Caminé hacia las cámaras y lentes que llenaban la vieja y arruinada mesa de fábrica que utilizaba para reuniones.
Peter me siguió. ¿Fotogénicos? ¿Has visto a Elliot? Es tan feo como un pescado. Si nos vemos bien, estoy seguro de que se debe gracias a ti.
Pasó sus manos por su despeinado y ligeramente húmedo cabello marrón chocolate.
Que amable de tu parte decir eso. Trataré de dar lo mejor de mí.
Aclaró su garganta. Sabes, eh, tengo que decir que tu trabajo es realmente increíble. No quiero que esto suene extraño, pero he sido un fan por algún tiempo ya.
¿Mío? ¿Te gusta mirar fotos de otras bandas?
Peter rio y se inclinó sobre el borde de la mesa. Su postura hacía que su remera negra ajustada se alzara. La pequeña parte de estómago sobre la cintura de sus jeans me distraía un poco.
No. Tu otro trabajo. Las fotos que tomas por Nueva York. Tu trabajo en blanco y negro, especialmente las fotos urbanas, son bastante asombrosas.
Esto era algo nuevo. Ningún miembro de una banda que he fotografiado había tomado nota de mi otro trabajo. Esas fotos eran para satisfacer mi costado creativo, era para las galerías, y solo cuando tenía suerte que alguna me tomara. "¿Dónde has visto mis otras fotografías?
En una muestra en Los Ángeles. Hace seis meses. Compré una de las que tomaste desde abajo del Puente de Brooklyn.
.
"¿De verdad? Esas son algunas de mis preferidas.
Está en mi casa en Chicago.
Puso ambas manos por delante, esparciendo los dedos. La colgué justo encima de mi cama.
Tragué mi saliva. Cada palabra nueva que salía de su boca contenía otra sorpresa. Bueno, gracias. Es un halago. Lo aprecio mucho.
Tal vez, podríamos salir a cenar esta noche. Ya sabes, para hablar de mi trabajo y el tuyo. O, de otras cosas. Lo que surja.
Movió su cabeza hacia el costado esperando una respuesta. El brillo de la electricidad que salía de sus ojos sugería algo más que compartir una comida.
Maldita sea. Busqué razones por las cuales no decir sí
, pero ninguna era lo suficientemente convincente frente a Peter. No solo estaba presionando mis sentimientos femeninos. Estaba presionando mis sentimientos como fotógrafa, también.
Pero, debía ser fuerte. Cenar con Peter solo me arruinaría. No se necesitaba mucho para que me encariñara, especialmente con un hombre tan inteligente y atractivo como él. Lo siento. Pero, no creo que sea una buena idea.
Sentí dolor físico al decirle.
¿Novio?
Mi estómago se revolvió ante la sola mención de la palabra. Nop.
No veo un anillo.
Aguantar novio
fue una brisa comparada con la manera en que anillo
me hacía sentir. No, definitivamente él no había visto una brillante banda de plata, con un diamante de corte perfecto, de 1.2 quilates en mi dedo. Absolutamente no. Ya no residía en mi dedo porque lo vendí, y compré un equipo fotográfico para donarlo a una secundaria local. Consideré lanzarlo en el Río Este, pero al final, decidí que algo buena debía salir de mi miseria.
Nop. Anillo tampoco.
Sonrió grandemente. Perfecto. Estás disponible.
Disponible. Esa era una forma tan simple de mirarlo. Si tan solo estuviera en un punto de mi vida en el cual pudiera pensar de mí misma como una de dos cosas, soltera o comprometida. Peter, pareces un gran hombre. Pero, trato de no mezclar trabajo y placer. Se vuelve complicado.
Arrugué mi nariz. Mi estúpida excusa apestaba.
Solo es una cena, y técnicamente, si vamos luego de que termines de tomar nuestra foto, ¿no habrías terminado con el trabajo por el día? Podríamos olvidar el trabajo y enfocarnos en el placer.
¿Por qué todo lo que salía de su boca tenía que sonar tan malditamente tentador? Tal vez, la próxima vez que vengas a Nueva York.
Eso podría ganarme algunos meses. Tal vez, estaré lista en ese entonces.
Si estás intentando rechazarme, debes saber que soy un hombre increíblemente persistente.
Sacudí mi cabeza. Puedes elegir la mujer que quieras. Rayos, hay al menos cincuenta en el callejón detrás de mi edificio esperando que ustedes terminen. No gastes energía por mí
Es gracioso, pero no tiendo a encontrar mujeres inteligentes, creativas e interesantes en los callejones. Lo he intentado, pero nunca sucede.
Tenía una respuesta para todo. Esa incluso me hizo reír. He tenido mi buena parte de cumplidos por parte de los hombres en su misma línea de trabajo, pero ninguno había venido preparado como él, ni habían parecido tan sinceros. Aprecio tu esfuerzo por salir del molde de estrella de rock.
Él se encogió de hombros. Prefiero pasar tiempo con una mujer que es hermosa y que tenga una mente creativa. Encuentro esa combinación muy difícil de dejar pasar. Estoy intrigado por conocer que te hacer saltar.
Pasó su dedo en un círculo sobre la mesa. O, ronronear, cualquiera sea el caso.
Por unos buenos treinta segundos, me olvidé completamente de respirar. Dios mío, quería saber lo que ronronear sería para Peter. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que alguien me había hecho sentir de esa forma.
Solo empeoró cuando miré en sus ojos de cachorro. Si tan solo pudiera decirle el motivo por el cual mantenía a los hombres en dos categorías, amigos y de una noche, y que no había forma de ser parte de ninguno de los grupos. Nada arruinaba una amistad más rápido que el sexo. Entonces, ¿dónde dejaba eso a Peter? Después de todo, estaba diciendo todo lo que quería oír, precisamente la razón para mantenerlo donde estaba, un amigo. Los chicos buenos merecen algo mejor.
Tomé mi teléfono. Dame tu número. Nos mantendremos en contacto. Tal vez iré a verlos tocar alguna vez.
El sacó su teléfono de su bolsillo trasero. Eso sería genial.
Tan pronto como terminé de anotar la información de Peter, me llegó un mensaje de mi mejor amiga, Gwen.
Helado.
Cerré fuertemente mis ojos. Hablando de