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Nubes y música

Nubes y música

DeChiringuito digital


Nubes y música

DeChiringuito digital

valoraciones:
Longitud:
19 minutos
Publicado:
20 mar 2018
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Canela, vainilla e incienso
Todos los días, y casi a la misma hora, el hombre entraba en la vieja tienda de discos. Estaba muy lejos de su casa y tardaba más de una hora en llegar, pero le encantaba aquel lugar.

El dueño era un apasionado de los discos antiguos, los vinilos, las bandas sonoras de cine y los gatos. Eso era lo que vendía en su tienda, menos gatos, y eso era lo que él buscaba.

Al abrir la puerta el familiar olor inundó su nariz. Era una mezcla de canela, vainilla e incienso. A algunos podría parecerle demasiado empalagoso, pero a él le tranquilizaba, le hacía sentirse en casa.

Como todos los días, el dueño se encontraba detrás del mostrador. Tenía unos auriculares en las orejas y escuchaba algo con los ojos cerrados.

No se dio cuenta de la llegada del hombre hasta que el felino, que dormitaba en su regazo, saltó al verlo.

—Esta mañana ha llegado algo que te encantará —le dijo abriendo los ojos.

El gato se había acercado hasta el hombre y se rozó contra su pierna pidiendo atención.

—¿Está en la sección del fondo? —preguntó. Se agachó y acarició la cabeza del animal.
—Como todo lo bueno por descubrir —respondió el dueño colocándose de nuevo los auriculares.

La distribución de la tienda era bastante peculiar, pero la sección del fondo era especial. No tenía un orden fijo. Al dueño le encantaba meter obras maestras, versiones únicas y ediciones limitadas entre el resto de discos. Decía que ahí era donde residía el placer de la búsqueda. Había que ser perseverante y no rendirse nunca, pues uno nunca sabía cuándo iba a aparecer ese disco que llevábamos años buscando o aquel otro que nos cambiaría la vida.

El hombre dejó al gato en el mostrador y se dirigió hacia allí. El dueño podría haberle apartado el disco y dárselo al llegar, pero al hombre le gustaba la intriga y le emocionaba el reto de descubrirlo por sí mismo. No sabía qué era lo que buscaba, pero estaba seguro de que lo sabría cuando lo encontrase.

Empezó a buscar por el medio y luego continuó hacia la derecha. Siempre lo hacía así.

Sacó discos y vinilos al azar: primeras versiones, clásicos de los 80, grupos mundialmente famosos y otros completamente desconocidos. Algunas portadas llamaron su atención, como la de ese grupo de nombre impronunciable o esa otra con la cara de una bruja de enigmática sonrisa.

Pasó varias horas perdido en aquel mundo. Disfrutó de cada uno de los nuevos descubrimientos y apartó un par de discos para llevarse a su casa. No tenía mucho espacio, pero siempre había hueco para uno o dos discos más. Casi se había olvidado de las palabras del dueño cuando lo encontró.

La portada era igual a como la recordaba: negra con las letras plateadas envueltas en unas sencillas filigranas. Nunca le gustó esa carátula, se lo dijo millones de veces, pero jamás le hizo caso.

Tomó el disco con manos temblorosas y le dio la vuelta. Repasó la lista de canciones y sonrió al leer los títulos. Se acordaba de todas ellas y recordaba perfectamente el momento en el que fueron terminadas. Le encantaba su sonrisa de satisfacción cuando las acababa, se había enamorado por ellas.

Abrió el disco y cuando vio la contraportada comenzó a sudar.

Encima de las impresiones de la discográfica había algo escrito a mano. Era su letra, reconocería esas eses en cualquier parte.

—No sabes la emoción que he sentido al enterarme de que aún me buscas —comenzó a leer en voz baja. —Irme fue un error, el mayor de todos los que he cometido y espero que puedas perdonarme.

Cerró la tapa con lentitud y una pequeña lágrima cayó sobre el plástico.

Se giró para preguntarle al dueño que dónde había encontrado el disco, pero lo que vio le dejó paralizado.

Habían pasado muchos años y el tiempo lo había cambiado. Sin embargo detrás de las pequeñas arrugas de sus ojos y de las canas que poblaban su cabeza descubrió ese rostro que tanto amó y que tanto había echado de menos.

Lo miraba con miedo sin saber si acercarse o no.

—Perdóname hice pasar.

Cuan
Publicado:
20 mar 2018
Formato:
Episodio de podcast

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