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DENTRO DE NOSOTROS: Alguien más controlará tu destino
DENTRO DE NOSOTROS: Alguien más controlará tu destino
DENTRO DE NOSOTROS: Alguien más controlará tu destino
Libro electrónico111 páginas1 hora

DENTRO DE NOSOTROS: Alguien más controlará tu destino

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Información de este libro electrónico

Insaciable, valeroso, inquieto, arbitrario, violento, vanidoso e intransigente, así es el ente que invade la vida de Gabriella, una joven cansada de los problemas, decide darle un giro a su vida. Empieza a vivir una vida llena de emociones y amores, pero quizá no estaba preparada, nacerá dentro de ella una presencia que la atormentará y controlará
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 may 2020
ISBN9789585951907
DENTRO DE NOSOTROS: Alguien más controlará tu destino
Autor

Laura Camila Garzón

Nace en Bogotá el 1 de agosto de 1995, actualmente estudia Creación Literaria en la Universidad Central y Lenguas Modernas en la Universidad Pedagógica Nacional. Desde pequeña las historias marcaron su vida, con rigurosa disciplina escribe cada día, por eso ve su carrera no como algo monótono sino como un proceso que debe disfrutarse en cada momento. La escritura es su pasatiempo favorito. ''Dentro de nosotros'', es su primera novela publicada, ha escrito cuentos y relatos fantásticos inéditos, poemarios para la revista Alapalabra de la Universidad Central. Realizó curso de Guion Literario en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño y otro sobre la literatura de ciencia ficción. Tiene una fascinación por los libros de aventura, ciencia ficción y fantasía. Sin dejar de lado los ensayos, diarios literarios y libros autobiográficos para conocer no sólo lo que se escribe sino a quien lo escribe, es decir al escritor.

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    DENTRO DE NOSOTROS - Laura Camila Garzón

    Prefacio

    Quizá no entiendas nada al principio, se te hará inexplicable y nada creíble esta historia, incluso para mí es difícil entender. Pero tienes que saber que cada detalle, sin omitir alguno, es tan real como mi nombre. Soy Gabriela, intento llevar una vida normal cada vez que puedo, aunque no soy más que la marioneta de mi sombra. Y es que allá afuera hay ciertas cosas que nos vigilan sin que nos demos cuenta, yo tuve la suerte de presentirlas hasta que un día una de ellos se manifestó. No quiero alargar más este preámbulo así que encaminemos este viaje sin regreso.

    Capítulo 1

    El aire se hizo frígido, nubes negras y grises se asomaban. La ciudad se veía obstruida, con agujeros en las paredes de esquina a esquina.

    Simón decía que uno siempre debía empezar por los detalles que causaron un giro en nuestras vidas cuando se quería contar una historia que no tenía reversa. Le pregunté cuál era el inicio de su historia y dijo que prefería no recordarla, pero que, de igual forma, ya no tenía reversa.

    —Ninguna lo tiene. —Respondí.

    Simón era un viejo amigo que por fortuna daba muy buenos consejos y estaba tan decepcionado de su propia vida que se adentró en la mía para darle algún sentido. Caían lamentos sobre mis palabras cada vez que trataba de recordar el orden de mi historia. A última hora decidí dar un paso con la iniciativa de no caer.

    Hace siete años, siendo aún muy joven, casi una niña, probé una dimensión que estremeció mi alma por completo. No le di nombre porque no quería encasillarlo en algo específico, tampoco sabía a qué estaba expuesta así que salí corriendo directo al agujero negro. Todo un universo desconocido.

    —Espera, no entiendo. ¿Qué tipo de dimensión?, ¿era peligrosa?

    —Era peor que eso, una pesadilla en vida. Desconocía ese mundo, no había tenido relación con ese sentimiento.

    —Dijiste ¿Sentimiento?

    —Sí. Le fui cogiendo un amor excesivo a las palabras y a la música, me llenaban plenamente. Descubrí en su lenguaje un aliento sensitivo y especial. Era como ver mi propio destino. Y sí, fue gracias a él.

    —¿Él?, ¿quién es él?

    —Adam. Un día me dijo que estaba ciega a propósito y que algún día…

    —¿Algún día qué?

    —Simplemente algún día. Y yo sigo esperando.

    Su esencia era el respiro que necesitaba la mía. Me retuvo desde un principio por todas las cualidades que yo quería tener. Dicen que siempre buscamos lo que nos complementa, lo que no tenemos y lo que de alguna forma termina haciéndonos daño.

    Capítulo II

    Todo empezó una noche que era suavemente iluminada por el brillo de la luna. Sentí la brisa invitándome a vivir. Una celebración era el evento más importante de la noche y yo estaba invitada. Recuerdo el color rosa de mi vestido y las sandalias color plateado. Era la primera vez que usaba algo así.

    Las luces y la música infestaban el lugar. Resulté en la mesa de unas personas que alguna vez había visto, pero que realmente no conocía. Tomé mi primer coctel y esperé a que sirvieran la comida. Mis manos sudaban, mi cuerpo se estremecía, todo el mundo estaba mirando a su alrededor. Crucé mi mirada, por un instante, con la de un joven y para mi sorpresa él no quitaba la suya. Nunca he sido buena para enfrentar miradas, así que agaché la cabeza.

    La fiesta era aburrida, algunos bailaban, otros hablaban, pero yo estaba sentada mirando al vacío, el tedio me invadía y estaba a punto de irme. Pero antes de que pudiera levantarme de la mesa, un joven se acercó y me invitó a bailar. No era el más apuesto, de hecho, no quería bailar con él, pero accedí sólo por matar el tiempo. No lo miré a los ojos, estaba entretenida mirando a otros lados, todo iba muy bien hasta que pisó mi pie derecho y entonces enfurecí, le dije que se fijara por donde ponía sus odiosos pies. Obviamente se disculpó, fue muy amable y sus palabras parecían tener el dulce olor de la verdad.

    Puede parecer simple, pero para mí, ese momento fue especial. Lo cargo conmigo a donde quiera que voy.

    Mi vida era muy normal, en lo que adolescente se refiere, por un lado, quería hacer lo que las niñas a mi edad hacían; pero, por el otro, sentía que todo lo que había construido en mi pasado se destruía. Mi familia cada vez tenía más problemas, mis padres discutían todo el tiempo, noche y día. La carga académica de la escuela tampoco ayudaba, estaba a punto de enloquecer. Aunque ahora que lo pienso, todo eso también hacer parte de crecer. Pero para esa entonces yo lo sentía como una carga que era imposible de llevar.

    Recibí una solicitud de amistad de alguien llamado Adam Tanner, y aunque no se me hizo conocido, así decidí aceptarla. Pero cuando lo hice no me imaginé que fuéramos a terminar sumergidos en una conversación de horas, no una, ni dos, ni tres veces, al finalizar la semana, Adam y yo ya parecíamos almas gemelas, y sí, sé que esto suena tonto, quizá no sea la forma de decirlo, pero indudablemente la conexión que existía entre nosotros, era algo especial.

    Hablábamos todos los días y algo en mí empezó a cambiar, la gente a mi alrededor empezó a notarlo, poco a poco mi sonrisa se veía más a menudo postrada en mi rosto, no me concentraba en nada, cantaba para mí misma todo el tiempo, todos los síntomas del enamoramiento adolescente. ¡Bah! Qué adolescente, todos los enamoramientos son iguales, no importa la edad.

    —Adam fue tu primer amor, Gabriela. Si bien es cierto que la forma cómo todo se dio no fue la más adecuada, sí es de lo más normal en estos días. El primer amor es algo que marca la vida, por eso, quizá, es que aún lo recuerdas tanto.

    —No, Simón. Nada de lo que pasó de ahí en adelante fue normal.

    Me perdí. No supe cómo llevar las cosas. Al llegar a la escuela mi alegría era bastante notoria, como nunca se me había visto. Mi familia, mis amigos, mis compañeros empezaron a preguntar qué me sucedía, ¿de dónde provenía tanta felicidad? Y, claro, yo terminé por hablar de Adam. Y eso no trajo muy buenos resultados.

    Asumo que alguien tuvo que hablar con Adam, no veo otra razón, pero luego de un par de días de hablarme menos y menos, simplemente desapareció, no volvió a contestarme los mensajes, y luego de un tiempo desapareció de la net, parecía como si se hubiera borrado de la faz de la tierra. ¡Bueno! De la faz de la internet.

    Yo no entendía qué pasaba, él era una persona dulce, preocupada siempre por mí, atento, amble y comprensible, yo no podía entender qué podía haber pasado para que simplemente hubiera eliminado toda posibilidad de contacto conmigo.

    Lo di por perdido, así que me dediqué en los tiempos libres a la escritura. Anotaba todo lo que sentía y vivía en el día, era un diario, el primero en importarme tanto.

    —Es la libreta que llevas a todos lados, ¿cierto?

    —Sí, es el único recuerdo físico que me queda de él. Unas cuantas páginas que escribí por esa época.

    —Quisiera leerlas. Deseo saber más acerca de él.

    —Umm, serás la primera persona a la que le muestre mi diario. Aquí se encuentra el centro de mi corazón.

    Agosto 30/2009

    Esta es una noche diferente e igual a las demás. Tengo muchas ganas de escribir, quizá es normal dado todo lo que ha pasado y la cruel edad en la que estoy. Sí, soy una niña sin fuerza en el corazón, en el alma y en los sentimientos. Estoy perdida. La tristeza me invade, ¿por qué? No sé, o si sé, hace varios días no sé nada de Adam, ha sido una eternidad y más sabiendo que es posible que no vuelva a saber nada de él en mucho tiempo. Quizás, en un futuro, lo busque hasta encontrarlo. Mientras tanto, solo puedo esperar y, sobre todo, olvidar, es justo lo que debo hacer, aunque me sea imposible en estos momentos. Pero lo lograré. Si él pudo hacerlo, yo también. ¡Qué falta de voluntad! Soy débil, sin embargo, crecí junto a sus palabras. Espero que en cualquier lugar que él se encuentre tenga la mejor de todas las vidas.

    Simón levantó levemente la mirada y la fijó en mí, no sabía bien si estaba por esbozar una sonrisa o una mirada de pesar, pero antes de que pudiera definirlo, volvió a

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