EL VIAJE DE SU VIDA
“Tras lo sucedido y cuando se fue a vivir conmigo, ella tenía mucho miedo, entonces, para tranquilizarla le enseñé a meditar. De esta manera, antes de dormir, le decía: ‘vamos a quitarnos las capitas, una por una’. Una vez que nos quitábamos el peso de encima, estábamos listas para volar. ‘Agárrate María que vamos volando por el mundo. Ve allá abajo, es París. Allí está la torre famosa’. Cada noche era una historia y un destino distinto, pues ella tenía mucho temor y yo la llevaba a volar con la imaginación, hasta que se quedaba dormida. Fuimos a todo el mundo”, nos confiesa entre lágrimas Talina, al tiempo que, con un fuerte abrazo, María asegura, “esos son mis viajes favoritos”.
Ante la muerte de Mariana Levy en 2005, María, de tan solo nueve años de edad se fue a vivir con Talina, quien, desde entonces, se hizo cargo de su nieta como si fuera su propia hija. “María fue la razón por la que yo no me morí cuando se murió mi hija. Yo no me podía morir con ella porque