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Libro electrónico151 páginas1 horaErótica

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Información de este libro electrónico

Alicia es una joven enfermera que adora su profesión y a la que le gusta divertirse, leer, viajar y disfrutar con sus amigos con «derecho a roce».
Sin embargo, todo cambia cuando entra a trabajar en el hospital Víctor Molina, un joven obstetra, morenazo y de ojos verdes, que le alegrará la vista todas las mañanas.
El problema es que Víctor no sólo es su superior e hijo de su jefe, sino también el hombre que se ha dispuesto a conquistarla.
Alicia trata de huir del influjo que ejerce sobre ella, pero en ocasiones, cuanto más lo intentas, menos aciertas, hasta que el destino toma cartas en el asunto y les hace entender que sus corazones ya han elegido.
IdiomaEspañol
EditorialZafiro eBooks
Fecha de lanzamiento29 dic 2020
ISBN9788408236764
Alégrame la vista
Autor

Megan Maxwell

Megan Maxwell es una reconocida y prolífica escritora del género romántico que vive en un precioso pueblecito de Madrid. De madre española y padre americano, ha publicado más de sesenta novelas, además de cuentos y relatos en antologías colectivas. En 2010 fue ganadora del Premio Internacional de Novela Romántica Villa de Seseña, y en 2010, 2011, 2012 y 2013 recibió el Premio Dama de Clubromantica.com. En 2013 recibió también el AURA, galardón que otorga el Encuentro Yo Leo RA (Romántica Adulta). En 2017 resultó ganadora del Premio Letras del Mediterráneo en el apartado de novela romántica. En 2025 fue galardonada con el premio Inspira Lectura, otorgado por Women Inspira, del periódico La Razón. Ese mismo año recibió también el Premio Honorífico a toda una carrera otorgado por los Premios Caligrama. Pídeme lo que quieras, su debut en el género erótico, fue premiada con las Tres Plumas a la mejor novela erótica que otorga el Premio Pasión por la Novela Romántica y llevada a la gran pantalla por Versus Entertainment y Warner Bros. Pictures España. Por otra parte, A qué estás esperando fue convertida en serie de televisión por A3 Player.

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3.5/5

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  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5

    Feb 12, 2025

    Simplemente espectacular...Una novela corta pero sustanciosa, como siempre la escritora se sobro!!
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Sep 26, 2021

    De todos sus libros el que menos me gustó,creo que la narración es muy escueta y nada memorable
  • Calificación: 4 de 5 estrellas
    4/5

    Mar 22, 2022

    Es una historia es muy cortita, me encantaría que se hubiera profundisado un poco más en la interacción de los protagonistas.
    Y darle un poco más de historia, pero lo que si me gustó es que aunque si hubo terceros en discordia, no se fue al dramatismo por que eso es algo que me desespera mucho en este tipo de historias.
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Dec 18, 2021

    Entretenido.
  • Calificación: 2 de 5 estrellas
    2/5

    Oct 30, 2021

    Novela corta y aunque de fácil lectura no hizo hueco en mi corazón, las oraciones pegadas o sin espacios me tenían estresada, lo rápido que pasaba todo que me decía: ¿cuando pasó esto?... En fin, para pasar un ratico y más nada.
    ¿Lo recomendaría? No
  • Calificación: 4 de 5 estrellas
    4/5

    Mar 27, 2021

    Novela corta, de fácil lectura y entretenida. Para pasar una tarde agradable
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5

    Mar 13, 2021

    Me entretuvo un ratito, se ganó su estrella.
    Con todo respeto para quienes les haya encantado, pero este estilo de "madremíacómomemiraestemorenazooooooooo" fue demasiado para mí.
    Soy fan de Pídeme lo que quieras, la Maxwell se ganó mi corazón con esa saga (aunque me digan loca pervertida) pero esta si que no, mucha prisa, mucho diminutivo, mucha emoción poco convincente, me quedó debiendo, lo siento.
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Mar 7, 2021

    Entretenidas pero para mí gusto un poco corta necesito más énfasis en las cosas saber que en realidad paso y no dar saltos en el tiempo esperando ver más drama en sí.
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5

    Mar 4, 2021

    La verdad que comparado con sus demas libros este me ha parecido muy flojo, se lee en una tarde, pero la verdad que no lo veo elaborado
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5

    Feb 13, 2021

    Más que una novela es un relato, pero como siempre Megan sabe sacar una sonrisa y momentos divertidos, se ha hecho corto aún así, me a gustado bastante.
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5

    Feb 9, 2021

    Alicia, una enfermera que se aleja de su vida para no quedarse estancada en el pueblo donde ha nacido, convive con tres compañeras y su vida se basa en trabajo, trabajo y más trabajo.
    En un día de ajetreo en el hospital, donde constantemente atiende partos de mujeres que llegan doloridas y asustadas por el momento más importante de su vida, y donde ve y atiende a los recién nacidos en la Unidad de Neonatos, se encuentra con un parto especial: una madre primeriza, asustada, que va a compañada de dos hombres. Uno de ellos, destaca principalmente por su físico, pero ante la arrogancia de este con Alicia, ella intenta darle su merecido. Claro que, más tarde, descubrirá quién es y si le sale a cuentas...

    La historia es breve, no llega ni a 150 págs, con lo cual es muy rápida y fácil de leer. Pero es muy, muy previsible. Entiendo que al ser tan corta, apenas pueda contar tantos detalles, pero sinceramente la historia no me ha encantado como otras que he leído de la autora. Apenas hay una trama importante, el desenlace es muy obvio y los personajes pues, fuera de los protagonistas, apenas tienen una relevancia que te hagan ver distintas perspectivas y poder tener un punto más de enganche.
    Aun así, si te apetece algo rápido, sencillo y romántico, puedes leerla, aunque no creo que te vaya a gustar como otros títulos que tiene la autora.
    Me lo compré en Kindle por 0.90€ porque, aunque había reseñas que no llegaban ni a 3 estrellas, me pareció que tenía que leerlo para poder opinar (y además por ese precio tampoco se pierde mucho).
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Jan 30, 2021

    Rápida de leer y entretenida
  • Calificación: 4 de 5 estrellas
    4/5

    Jan 13, 2021

    Novela corta de fácil lectura,es ideal para leer en pequeños ratos que tengas libres,por que se lee facil, los capítulos son cortos y pasas un rato entretenido y ameno.A mi me gusto mucho.
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Jan 9, 2021

    La historia no es nada del otro mundo pero si es ligera de leer y cumple con su objetivo de entretener.
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Dec 21, 2020

    Novela corta y cumple con lo que se propone: entretener.
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5

    Dec 20, 2020

    Una novela romántica light de fácil lectura, entretenida

Vista previa del libro

Alégrame la vista - Megan Maxwell

9788408236764_epub_cover.jpg

Índice

Portada

Sinopsis

Portadilla

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Biografía

Referencias a las canciones

Créditos

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Sinopsis

Alicia es una joven enfermera que adora su profesión y a la que le gusta divertirse, leer, viajar y disfrutar con sus amigos con «derecho a roce».

Sin embargo, todo cambia cuando entra a trabajar en el hospital Víctor Molina, un joven obstetra, morenazo y de ojos verdes, que le alegrará la vista todas las mañanas.

El problema es que Víctor no sólo es su superior e hijo de su jefe, sino también el hombre que se ha dispuesto a conquistarla.

Alicia trata de huir del influjo que ejerce sobre ella, pero en ocasiones, cuanto más lo intentas, menos aciertas, hasta que el destino toma cartas en el asunto y les hace entender que sus corazones ya han elegido.

Alégrame la vista

Megan Maxwell

Capítulo 1

Suena el despertador y maldigo a quien inventó madrugar.

Pero, vamos a ver, con lo a gustito que se está en la cama, ¿a qué iluminado se le ocurrió jorobar este gran momento de placer?

Cansada de oír el «piticlín, piticlín...», extiendo la mano y lo apago. Es mi segunda alarma, y, dándome la vuelta, me hago de nuevo un ovillito y espero a que suene la tercera.

Vale, lo sé..., esto que hago es masoquismo, pero es mi masoquismo y me gusta.

Como es de esperar, cinco minutos después suena otra vez la alarma y, tras acordarme de lo que ya imagináis, la apago y me levanto con rapidez.

Cuando salgo al pasillo me encuentro con Tina, una de mis compañeras de piso. Hace guardia en la puerta del baño en pijama.

—Siento decirte que se nos ha adelantado doña Puntos Negros —me dice.

Oír eso me hace resoplar.

Begoña es un terror cuando está frente al espejo del baño, y, acercándome a la puerta, la golpeo.

—Bego, tienes cinco minutos o echo la puerta abajo.

—¡Ya termino! ¡Joder! —se oye de fondo.

Tina y yo sonreímos, cuando de pronto se abre la puerta, Begoña aparece y dice mirándonos:

—Ya había terminado, ¡pesaditas!

Tina rápidamente entra, Bego se va y yo con paciencia aguardo mi turno.

* * *

Media hora después, las tres estamos en la cocina, aseadas, vestidas y desayunando. Como cada mañana, me meto entre pecho y espalda una gran tostada de pan con mantequilla y mermelada y un tazón de leche con Cola Cao.

Sé que la mantequilla engorda. Sé que más tarde me arrepentiré. Pero también sé que, si no me lo tomo, dentro de un par de horas estaré cayéndome por las esquinas y, por mi trabajo, no me lo puedo permitir.

Begoña, que es una loca de la tecnología y trabaja de programadora en una empresa de informática, comenta mirando su iPad:

—Abrigaos. Entre hoy y mañana llega una ola de frío polar.

Tina, que trabaja en un súper de cajera, sonríe y dice mirándome:

—Por suerte tenemos una enfermera en casa para que nos cuide.

Eso me hace gracia y, terminando mi tazón de leche, lo meto en el friegaplatos.

—Abrígate y olvídate de mí —respondo—. Ya cuido bastantes pacientes en el hospital.

Una vez salimos de casa, Tina se va para el autobús y Bego y yo para el metro.

Como cada mañana, nos dejamos espachurrar por la gente hasta que llego a mi parada, le guiño el ojo y me marcho.

Con paso seguro, camino hacia el hospital cuando oigo a mi lado:

—¡Buenos días, Duendecilla!

Sin mirar, sé que es mi compañera Marieta. Sólo ella me llama así.

A Marieta se la conoce en el hospital como Radio Macuto. No hay dato, cotilleo o problema que a ella se le escape, y mirándome dice:

—He recibido un wasap de Carmela, de rayos.

—¿Y?

Se acerca a mí y me coge por el brazo.

—Por lo visto —cuchichea—, Amina, la de urgencias..., ¿sabes quién es?

—¿La Extensiones?

—¡Exacto! Pues, al parecer, anoche estuvo tirándole la caña al doctor Villalón y han quedado para cenar hoy..., y ya sabes lo que viene tras una cenita. ¿Qué te parece?

Oír eso me hace reír. Si alguien disfruta de su cuerpo y de su sexualidad libremente es la Extensiones, y me encojo de hombros.

—Pues a mí me parece bien —respondo—. ¡Viva el sexo!

Marieta me mira, resopla y murmura algo. Es una mujer bastante chapada a la antigua.

Una vez llegamos al hospital, esperamos el ascensor y, cuando éste se abre, aparece nuestro jefe rodeado de varios hombres. Marieta y yo nos miramos. Sobran las palabras.

Una vez ellos salen, nos metemos en el ascensor abarrotado y ella cuchichea:

—¿Has visto lo mismo que yo, Duendecilla?

—Sí.

Le doy al botón de la planta tres y Marieta insiste.

—Esto cada día se parece más a un parque jurásico.

Asiento y sonrío.

—El Tiranosaurio Rex tiene cada día peor gusto para contratar al personal. Vaya tela. Así no hay quien se alegre la vista.

Reímos y, cuando llegamos a la planta tres, nos bajamos.

* * *

Diez minutos después, ya con nuestros uniformes puestos, Marieta se marcha a su sitio y yo me dirijo a maternidad.

Al llegar, mis compañeras me saludan, y Luisa, con cara de sueño, me entrega la hoja en la que apuntamos las incidencias de la noche.

—Vaya nochecita toledana la de hoy —comenta.

—¿Mucho jaleo? —pregunto yo.

Luisa asiente.

—Tres partos y una cesárea.

Estoy observándola cuando suena el teléfono y me apresuro a cogerlo. Es de recepción, para indicarme que suben a una parturienta.

Dos minutos después aparece Fernando, el celador, con la parturienta sentada en una silla.

—Te han avisado, ¿verdad? —me pregunta.

Asiento, sonrío a la chica, que me mira con cara de susto, y digo:

—Llevémosla a la habitación 323.

Una vez Fernando la deja allí y se va, miro a la joven y veo que está tremendamente nerviosa.

—Mi... mi marido y su hermano estarán subiendo —susurra.

Por su gesto sé que la pobre tiene una contracción, e, intentando calmarla, murmuro con cariño:

—Tranquila..., tranquila. Y respira. No te olvides de respirar.

La joven lo hace. Veo que ha ido a las clases de preparación al parto y, cuando el dolor pasa, intentando que se olvide del tema, pregunto:

—¿Cómo te llamas?

—Patricia.

Con una candorosa sonrisa le hago saber que sé lo que hago, que ha de estar tranquila.

—Yo soy Alicia —indico—. Y voy a estar a tu lado para todo lo que tú y tu bebé necesitéis.

La muchacha sonríe, pero la sonrisa se le corta cuando entra Rosa, la matrona, y dice en tono seco:

—Que se cambie de ropa y se tumbe para examinarla.

Con mimo y dedicación, ayudo a Patricia y, una vez terminamos, la matrona se acerca a la cama y la examina en silencio.

—Tienes ocho centímetros de dilatación. Vas rápida para ser primeriza. En breve te subiremos al paritorio —dice antes de marcharse.

Instantes después la puerta se abre y aparecen dos hombres que no pueden negar que son gemelos. Por Dios, si son iguales, a excepción del peinado y la ropa. Boquiabierta me quedo mirándolos y entonces veo que uno tiene los ojos azules y el otro verdes. ¡Vaya pibonazos!

Ambos se acercan a la cama y Patricia, soltando mi mano, se la da a ellos y vuelve a tener otra contracción. Sin dejar de mirarla, ellos dos respiran con ella,

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