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Gay: Valió la pena
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Gay: Valió la pena
Libro electrónico54 páginas38 minutos

Gay: Valió la pena

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Información de este libro electrónico

—Ha sido impresionante —dije en voz baja.
—Ya lo creo —convino él.
—Pero supongo que no volverá a ocurrir, ¿no?
Se giró para mirarme directamente a la cara:
—¿Y por qué no?
—Por Slim... —dije mientras me encogía de hombros.
—Slim y yo solo somos amigos. Nada más.
—Pero creía...
—Ya, y él también.
Permanecimos en silencio durante un rato.
—¿Entonces? —dije lentamente.
Jimmy se me acercó:
—¿Sí...? —Sonrió y yo le devolví la sonrisa.
—¿Entonces quieres ser mi novio? —le pregunté.

IdiomaEspañol
EditorialKathleen Hope
Fecha de lanzamiento28 jun 2017
ISBN9781547506118
Gay: Valió la pena

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    Gay - Kathleen Hope

    Gay

    Valió la pena

    Kathleen Hope

    Gay: Valió la pena

    Copyright 2016 por Kathleen Hope

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, organizaciones, lugares, acontecimientos y hechos que aparecen en la misma son producto de la imaginación del autor o bien se usan en el marco de la ficción. Cualquier parecido con personas (vivas o muertas) o hechos reales es pura coincidencia.

    Contenido

    Capítulo 1: Calor en el instituto

    Capítulo 2: Sentimientos

    Capítulo 3: El maestro recibe clases

    1

    Calor en el instituto

    Me quedé de pie delante de la entrada principal de mi antiguo instituto mirando fijamente las puertas. Me asaltaron todos aquellos recuerdos de instituto mientras recordaba el día de mi graduación. Mis amigos y yo juramos que nunca volveríamos a aquel agujero del infierno. Y sin embargo, allí estaba, dispuesto a subir las escaleras principales del instituto Everett Armstrong. Una vez más. Aunque esa vez no podían retenerme en su interior.

    Al entrar me dirigí a la oficina principal. La secretaria, una mujer mayor con el pelo canoso, me miró y me lanzó una sonrisa cálida.

    —Buenas tardes, ¿puedo ayudarle?

    Le devolví la sonrisa.

    —Hola, me preguntaba si podría ver a James Parker. Es el profesor de música.

    La mujer consultó un folio plastificado con los horarios.

    —Bueno, ahora mismo está dando clase. Pero a las 14:00 h. tiene una hora de gestión interna. Si quiere puede sentarse y esperar, ya que el timbre está a punto de sonar.

    Asentí con la cabeza

    —Gracias señora.

    Me senté en una de las sillas de la sala. Tenían los anuarios alineados cuidadosamente en una estantería y seleccioné el que llevaba el año en que nos graduamos Jimmy y yo grabado en el lomo. No pude evitar sonreír cuando me invadieron todos los recuerdos al ver las fotos de mis amigos y compañeros de clase. Joder, míranos. Agité la cabeza. Estábamos tan orgullosos de nosotros mismos y tan seguros de que teníamos todas las respuestas. Luego nos liberaron en el mundo real y desde entonces ya nada tenía sentido.

    —Éramos tan guays en aquella época.

    No me había dado cuenta de que estaba hablando en voz alta hasta que alguien me respondió con tono seco:

    —No tanto como crees.

    Giré la cabeza con brusquedad hacia el origen de aquella voz familiar. Mi antiguo director estaba de pie junto a mí, lanzándome la misma mirada severa que siempre ponía cuando me metía en algún lío.

    Sin embargo, yo ya no era aquel muchacho revoltoso de antaño.

    —Hola, señor Fowler —me dirigí a él con cortesía mientras me levantaba y le ofrecí mi mano—. Me alegra volver a verle.

    Levantó una ceja como si le hubiese sorprendido que pudiera ser tan educado.

    —Yo también me alegro de volver a verle. —Echó un vistazo a nuestro apretón de manos—. Ya veo que se ha ornamentado

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