El Gran Premio Literario

Por Byron Rizzo

«Cuando se decidió al ganador del Gran Premio Literario, edición 20XX, nadie podría haber imaginado el escándalo que iba a generar.

 

La naturaleza de su problema no radicaba en algún cotilleo irrelevante, un ego herido venenoso ni jurados bañados en parcialidad, como suele ser lo usual. Sino por las leyendas que circulaban entre la comunidad especializada, el público y su ambiente, acerca de quién recibiría el codiciado galardón. Un nombre confuso, lleno de dudas, representando a su desconocido autor. Tampoco era la primera vez que se entregaba dicha ofrenda de mérito a una persona detrás de un seudónimo. En aquella oportunidad, lo novedoso fue que las malas e informadas lenguas, decían que se trataba de un autor que no estaba vivo. Otros afirmaban que no era una sola persona. O quizás, ni siquiera cuadraba dentro de la raza humana.»

 

Un libro que en otras épocas se hubiera podido considerar ciberpunk o de ciencia ficción, hoy es una perturbadora mirada a los avances tecnológicos que vivimos sin darnos cuenta. Acompaña a un joven periodista en busca de la verdad detrás de los secretos editoriales del Siglo XXI. A través de inteligencias artificiales, escritores colectivos, foros plagados de hackers y desinformación mediática. Cualquier parecido con la realidad, queda al criterio del lector.

• Idioma: Español
• Editorial: Byron Rizzo
• Fecha de lanzamiento: 16 dic 2022
• ISBN: 9798215481929

Byron Rizzo

Hola, me llamo Byron Rizzo. Soy un escritor independiente argentino nacido en Neuquén, al Norte de la Patagonia y Sur del resto del mundo, tierra poblada de cuentos y carente de personas. Vine al mundo en el alegórico año de 1990. La influencia de la década puede intuirse en cada afición, gusto y letra de mi autoría. Desde la presencia literaria del realismo mágico, al anime japonés, o la obsesión por la música de todo el mundo. Llevo escribiendo o intentando hacerlo desde una muy temprana edad. «Antes de que te des cuenta», data de cuando tenía 10 años, por ejemplo La adolescencia y juventud me vieron publicando en medios digitales de todo tipo. Algunos pueden encontrarse aún en línea, como mis artículos sobre tecnología, cultura, videojuegos, arqueología digital, redes, nostalgia e informática en Tecnovortex. Mis libros publicados versan sobre temáticas contemporáneas, y pasean entre géneros. Ciencia ficción, cultura cyberpunk, relatos fantásticos de terror adaptados a una era casi sin secretos a simple vista, y otras inquietudes del ciberespacio. Busco escribir sobre la época que nos ha tocado vivir, encontrando la magia y misterios escondidos en las máquinas. A partir del 2020 comencé a publicar esas mismas inquietudes en formato libro, siendo el primero en la cosecha «Videojuego y Adicción». A finales de ese mismo año la primera ficción en ver la luz fue «Polypticon», una novela (ya no tan) distópica epistolar a través de chats y mensajes en foros. Pronto la acompañaron obras como «El Sonido», una noveleta sobre el aislamiento y la obsesión; «¿Conoces a Tsuki-chan?», que trata sobre la transmigración humana-digital; o «VA-Tek», experimento literario Neo-gótico transhumanista que mezcla alquimia y computación cuántica. Agradezco que hayas llegado a este punto. Te invito a seguir mi camino y valorar mis libros, dejando que me vuelva otro personaje secundario en la narrativa de tu vida. Uno que espero disfrutes y enriquezca tu propia historia.

Vista previa del libro

El Gran Premio Literario

Byron Rizzo

Published by Byron Rizzo, 2022.

This is a work of fiction. Similarities to real people, places, or events are entirely coincidental.

EL GRAN PREMIO LITERARIO

First edition. December 16, 2022.

Copyright © 2022 Byron Rizzo.

ISBN: 979-8215481929

Written by Byron Rizzo.

El Gran Premio

Bases y condiciones

Los trabajos deberán ser originales, jamás publicados ni presentados a otro premio, competición o certamen, terminado o en curso.

Mientras dure la selección y hasta que el premio sea entregado, no se podrá publicar el trabajo, ni partes del mismo, bajo pena de descalificación inmediata. Los textos no pueden formar parte de serie, saga o iteración alguna. Si bien está permitido que se vean insertos en un cosmos personal de su autor, a su vez necesitan funcionar como una obra independiente. Sin requerir la lectura de otros títulos previos o futuros.

Se aceptan seudónimos, a fin de salvaguardar la integridad de sus autores si estos desean mantenerse fuera del ojo público.

Puede presentarse un trabajo en nombre de un colectivo, mientras todos sus miembros estén de acuerdo y se le informe a la comisión. El jurado no será informado al respecto, para evitar problemas de interés y susceptibilidades.

Se aceptan sumisiones anónimas, siempre y cuando se despoje el autor de esa forma, de todos sus derechos.*

Para más detalles, véase el informe pormenorizado de bases y condiciones legales.

Notas adicionales

*Quien gane, quedará comprometido con la publicación del manuscrito presentado en una editorial socia del consejo organizador. Los derechos exclusivos de publicación serán retenidos durante 10 años, o cuando la editorial rescinda el contrato en caso de hacerlo.

11:59 PM

Noviembre. Esa etapa del año en la que todo se va cerrando, siguiendo el curso artificial dictado por los calendarios con una naturalidad muy humana. El último mes que puede tomarse en serio, ya que luego viene una época de fiestas, relajo e introspección. Es el que recuerda que se nos acaba otro año, uno más en la larga lista decreciente de los que nos quedan por recorrer. Para muchos un alivio necesario, bienvenido. Otros ven el estrés que implica acercarse al fin, preparar el nuevo año y tener las obligatorias, inconscientes valoraciones del que se va. Tanto en un sentido laboral, como personal. Quizás, hasta espiritual.

Últimos momentos de un viernes cansado. El día fallece sin velorio, taciturno. Hunter mira la pantalla de su computadora, con varios de esos pensamientos revoloteando dentro de la cabeza, como si de molestas polillas del intelecto se tratase. Horadando, llenando de diminutos agujeros la voluntad. Aplastado en su sillón, no cabía la posibilidad de elegir cuál de todos los tipos de humano encajaba mejor con él mismo. Un ejercicio de verse desde la tercera persona. Su trabajo era tan intenso siempre, en cualquier época del año, que ningún análisis de tal clase servía. Cualquiera se encontraba al filo de ser llamado por un superior, enviado a cubrir un evento, escribir una nota o realizar la maroma de turno, para que desapareciera el bien merecido descanso. ¿Planeabas irte de vacaciones? Lástima, la sección de modas necesita que alguien, en clara autoreferencia, cubra un desfile irrelevante que será olvidado el mismo día que ocurra. Si, ni siquiera al siguiente, se esfumará de la memoria propia y colectiva en un abrir y cerrar de ojos, con una magia similar a la que usan los espectros. Un sujeto del verbo sujetar. Atado, maniatado.

Así estaba, de esa forma se sentía, en un nivel de cinismo y posición amorfa de voluntad dignos de mencionar, cuando su casilla de mensajes empezó a titilar en el costado de la pantalla. «El deber llama», pensó con especial ironía. Algo dentro de su ser le estaba picando hacía rato, presintiendo que la jornada aburrida, lacónica, depresiva terminaría pronto. También, que no tardaría mucho en extrañar esa paz en ascuas, la del soldado que monta guardia y sabe que el grito de guerra está cerca, siempre cerca. Antes de siquiera dignarse en abrir el mensaje, prefirió preparar el café que no le cabía duda alguna, iba a terminar necesitando. Pequeño ritual de preparación aromática y simbólica. El último tiempo sus encargos venían siendo un fiasco repugnante, de esos que le hacen a una persona replantearse su lugar en la vida, el orden social, las decisiones tomadas para llegar allí; en una palabra: Todo. Desde seguir las miserias de un famoso de pacotilla, a realizar un extenso conteo de las causas penales que nunca llegaban a nada de un político opositor a quienes financiaban los medios para los que trabajaba. En dos palabras: Una mierda. En esta oportunidad también sería así, pero no por algo que hubiera estado a su alcance de vislumbrar, o de tener la más mínima idea siquiera.

Lo bueno de poder trabajar desde casa, era que no tenía que inventar excusas, muecas o verdades a medias. En lugar de todo ese teatro creado a fin de esquivar una labor o dejarla aparcada en pos de un día mejor cuando las ganas de terminarla conspiren a favor, podía evadirse a gusto. Nada de soportar caras raras, presiones en persona ni charlas sobre lo importante que son los ladrillos, esas pequeñas tareas poco agraciadas pero necesarias, en el edificio o la pirámide de la vida. Eso reflexionaba, mientras la espuma color crema de su infusión oscura bajaba, igual que el odio