PREPARÁNDONOS PARA UNA NUEVA ERA
Si hubiésemos publicado en estas páginas hace solo siete meses –a comienzos de ese diciembre de 2019, para el cual yo anuncié desde hace dos años el inicio de cambios sin precedentes– algo similar a lo todos hemos vivido, nos habrían tachado de paranoicos una vez más. Aunque, ciertamente, en las páginas de AÑO/CERO avisamos hace mucho de los cambios que esperaban al mundo en 2020. Lo hizo hace casi dos décadas el astrólogo Vicente Cassanya, cuando anunció para este año el comienzo del derrumbe del imperio americano. Y también nos hicimos eco detalladamente del «colapso económico mundial» que el cabalista Aharón Shlezinger preveía para estas mismas fechas, en su libro así titulado y cuya edición original se publicó en 2006.
Pero lo que resultaba difícilmente previsible es que este colapso y los enfrentamientos que sigan podrían iniciarse como consecuencia de la mayor cuarentena y parálisis mundial de la historia, a raíz de lo que algunos contemplan ya como una operación de ingeniería social a escala planetaria… Aunque esa es otra larga historia.
¡QUE VIENE EL LOBO! ¡AHORA SÍ!
Lo cierto es que, en solo tres meses, las sospechas populares que apuntan a una conspiración mundial se han convertido en moda. Conspiranoia, ese término que yo acuñé hace más de treinta años como un calificativo necesariamente crítico de mis propias locuras y las de otros –y cuya paternidad oficial me reconoció la Fundación del Español Urgente (FUNDEU)–, se ha convertido en el insulto predilecto de los reduccionistas conservadores, por mucho que se vistan con sedas progres, para descalificar a cualquiera que invite a otros a pensar fuera del redil de «lo políticamente correcto». Y AÑO/CERO fue la primera revista longeva en asumir esta tarea como propia desde su nacimiento, incluyendo las conspiraciones entre sus temáticas predilectas.
Ahora sí, en el inconsciente colectivo todo comienza a cambiar, aunque solo sea el comienzo. Y mucho más lo hará –creo yo– durante esta «década decisiva», como califiqué hace tiempo en mi canal de YouTube a la que acaba de comenzar tan arrolladoramente. Las siembras iniciadas hace tres décadas por esta revista comienzan a dar sus frutos. Y el ladrido de los perros rabiosos solo son muestra de que seguimos cabalgando, como dijo Rubén Darío.
Como ideólogo de esta revista reconozco que muchas veces gritamos desde sus portadas: ¡Que viene el lobo que nos permita adaptarnos a un mundo en transformación exponencial e imparable. Como el Pedro del cuento nos equivocamos en la tan ansiada inminencia, aunque no en que desde la lejanía se atisbaban sus afiladas orejas.
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