Amor pandémico, cobarde y heroico
Por no faltar a una cita amorosa recorrí la ruta del virus a lo largo de dos continentes, me sometí a dos cuarentenas en un mes, que deberían de llamarse quincenas pues eso dura la incubación del covid-19, y he visto a la mayor parte de los líderes del mundo equivocarse en sus predicciones: Mezquinas, cortas, políticas (tal vez su peor adjetivo).
Soy una romántica empedernida que esperaba el 9 de marzo con la ilusión de una colegiala enamorada. Ese era el día del encuentro tan planeado y deseado. Las mujeres mexicanas decidieron que en esa fecha ninguna se movía. Desacaté la orden, al fin y al cabo mi vuelo salía a las 23:45. Pasaría el día en casa en solidaridad con un movimiento con el que no me identifico, pero que
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