Se ha escrito UN CRIMEN
Desde el balcón de su despacho, bañado por la luz del sol, se ve el lago Lemán. Dentro, frente a una gigantesca foto colgada de un tiburón, hay una gran mesa de madera que le sirve de escritorio. Sobre ella, un ordenador, un diccionario, una taza de café de la policía de Nueva York, muchos apuntes a mano, varios volúmenes, una lupa antigua y una lámpara de estilo Art Déco. En el sillón, algunos dibujos de sus dos hijos pequeños. Recortes de periódicos internacionales y fotos con su maestro de vida, su editor Bernard de Fallois, adornan parte de las paredes. La otra mitad de la estancia la preside una biblioteca con cientos de libros. Estamos con Joël Dicker (Ginebra, 1985) en su editorial, Rosie & Wolfe. El escritor suizo de éxito internacional acaba de lanzar su sexta novela, (Alfaguara), la secuela directa de fenómeno literario que publicó con tan sólo 27 años,. Sin aliento, maquiavélica, dilucidando las relaciones que tejen las personas y admirablemente construida con idas y venidas entre el pasado y el presente, el autor introduce la información y las revelaciones a cuentagotas, permitiendo así que el lector investigue al mismo tiempo que sus dos personajes principales, el escritor Marcus Goldman y el sargento Perry Gahalowood. Como toda buena novela negra, comienza con un asesinato, el de Alaska Sanders.
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