El amor llega en un vagón del metro. Y otros cuentos de romance y locura

Por Sergio Gaspar Mosqueda

El amor, esa fuerza inusitada que nadie comprende del todo, llega cuando menos se espera, y el flechazo de eros puede darse en cualquier sitio, como un salón de fiestas, la escuela, el trabajo... o una estación del Metro. ¿Qué misterio se encierra en el hecho de que dos almas destinadas la una a la otra se encuentren en el mismo tiempo y el mismo espacio donde a diario circulan cientos de miles de seres? Este libro reúne cuatro extraordinarias historias donde romance y locura se casan para llevar a los enamorados a un desastre mayúsculo... o no.

• Idioma: Español
• Editorial: Sergio Gaspar Mosqueda
• Fecha de lanzamiento: 25 mar 2022
• ISBN: 9781005599218

Sergio Gaspar Mosqueda

Nací en la Ciudad de México en 1967 y estudié la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde obtuve la medalla Gabino Barreda. En el año 2000, creé y dirigí el proyecto de revista cultural El Perfil de la Raza, en cuyo consejo editorial figuraba Miguel León Portilla, entonces presidente de la Academia Mexicana de la Historia. Trabajo para diversas editoriales y he publicado 31 obras en papel con varias editoriales y 46 en Amazon, entre las que se hallan dos novelas, varios volúmenes de cuentos, leyendas, un poemario, biografías de músicos de rock, diversos libros sobre historia de México y cuadernos de trabajo de varias materias.Mi primer libro, la novela Una generación perdida, se publicó en la colección Voces de México, en la que figuraron autores mexicanos destacados, como Vicente Leñero, Emilio Carballido, Alejandro Licona, Luisa Josefina Hernández, Víctor Hugo Rascón Banda y Eusebio Ruvalcaba. El reconocido autor Juan Sánchez Andraka afirma en el prólogo de la primera edición: “Yo leí este libro. Más bien debo decir: Yo viví este libro. Debo agregar: Lo viví intensamente".Uno de mis libros más vendidos es Cuentos mexicanos de horror y misterio. Próximamente aparecerán en papel mis libros sobre 50 figuras del rock clásico, 50 importantes músicos del metal gótico y 50 figuras del K-pop.

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Sergio Gaspar Mosqueda

El amor llega en un vagón del metro

Y otros cuentos de romance y locura

Copyright 2022 Sergio Gaspar Mosqueda

Edición de Smashwords

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Diseño de portada: Martha Patricia Guerrero

México, marzo del 2022

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Tabla de contenido

El amor llega en un vagón del Metro

Enamorado de una muerta

El primer y único amor

Un confuso amor

Sobre el autor

Obras de Sergio Gaspar Mosqueda

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El amor llega en un vagón del Metro

Estación del metro en Copilco; el calor de la chica de pelo largo, amplias y cortas bermudas, con el libro de la Facultad sobre los grandes pechos; detrás de las gafas los ojos rojos por el smog y posible cansancio. Le costó trabajo acercarse a ella, parada junto a una de las puertas del vagón. Tenía que hacerlo, ya estaba fastidiado de su miedo a las mujeres, luego de veintiocho años de una soledad interna que lo venía angustiando cada vez más.

José traía la corbata del diario y el traje adquirido de oferta en Milano. Las manos sudorosas y la corva espalda de burócrata achicando su figura, escondiendo entre los hombros la cara tosca de rasgos indígenas. Trató de peinar el grueso cabello con la mano libre del roído portafolios.

–Su presencia impone.

¿Qué le preguntaría? Las gafas de ella y las de él podrían servir como pretexto para entablar una plática.

–No, eso no.

Ya se alejaban del metro Juárez.

–¿De Ciudad Universitaria? –preguntó de pronto.

Ella lo miró cansada y no tardó en responder:

–Sí –dijo sin interés.

–Eh… –José miró a todos lados, como buscando palabras para seguir, hasta que al fin–: Yo te vi… –tembló su voz– cuando subiste.

–¿Ajá? –ella contestó ya sin verlo, cuando arribaban a la siguiente estación; sin decir nada más, se bajó.

Él se sintió como un idiota.

Se bajó en la estación de La Raza. Llegó a su casa renegando.

–Maldita vieja –apenas si vio a toda su familia perdida en sus celulares–. Estúpidos –les dijo mentalmente–, cómo se enajenan con esos aparatos –entró a su oscuro cuarto y aventó el portafolios tumbándose en el sillón. Empezó a llorar de rabia. No quiso encender la luz; sus lágrimas brillaban, sin embargo, ante la iluminación del alumbrado público de las entradas y salidas del metro. Se levantó y se asomó a la calle.

–Es una niña rica –se dijo–, no tiene caso llorar por alguien como ella. Yo tengo sólo un trabajo mediocre, en tanto ella seguro lo tiene todo. Ha de ser hija de un señor de mucha lana y ha de vivir a la Walt Disney, con sus viajes al extranjero y toda la cosa. Sí, de seguro es de aquellas chavas que van a los antros y se la pasan en el puro cotorreo, con galanes por doquier, o, si no,