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... y dios nos Mintió
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Libro electrónico55 páginas42 minutos

... y dios nos Mintió

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Impactante descubrimiento: Los sacerdotes levitas del antiguo pueblo de Israel confundieron a Jehová con el asesino Jahvé, ese dios que era impulsado por una "ardiente ira" que solo podía ser suavizada con el dulce aroma de la grasa quemada en los altares del Templo de Jerusalén.
Mientras Jahvé asesinaba y destrozaba a los pueblos que estaban en la ruta del éxodo, aniquilando ocho millones de vidas, muchas naciones vivían en paz y prosperaban gloriosamente. Sin embargo, a la naciente nación de Israel se le hizo creer que era el pueblo escogido del Gran Dios del Universo. Pero la verdad era otra. En la competencia de los diositos impostores del desierto del medio oriente, se impuso un dios violento, iracundo, intransigente y vengativo. Y no es el que usted está pensando, no es el Señor Jehová, sino un demonio infernal, comandante de las milicias diabólicas, cuyo nombre era Jahvé. Este comandante engañó a los hebreos, los humilló, los esclavizó, los explotó y finalmente los descuartizó impulsado por su incomparable "ardiente ira" que solo se aplacaba con la muerte de los transgresores o con el olor de la grasa de los animales que exigía que le quemaran en los altares los sacerdotes levitas.
Con el avance del conocimiento de la humanidad y la libertad de pensamiento hemos descubierto las grandes mentiras de un dios insoportable que lastimó a la humanidad... y nos mintió.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 mar 2018
ISBN9781370927005
... y dios nos Mintió
Autor

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

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    ... y dios nos Mintió - Adolfo Sagastume

    Índice

    Introducción

    El Pacífico Moisés

    David, el Sicario de Jehová

    Consagración Sangrienta del Templo

    La Virgen Sacrificada a Jehová

    La Matanza de Jericó

    ¿Dónde Mora Dios?

    Conclusión

    Introducción

    Comenzamos haciéndonos preguntas sobre Dios, su proceder con las naciones, sus ideas políticas, morales, éticas, sociales y religiosas, incluyendo su comportamiento, y descubrimos lo que nadie quiere aceptar.

    El concepto que las naciones tienen de un Dios bondadoso, protector, benévolo, dadivoso, sanador y buen consejero se viene abajo cuando analizamos minuciosamente su comportamiento.

    Un terrible confrontamiento entre mis ideas heredadas y la realidad generaron este libro. Tradicionalmente crecemos acicateados por el adoctrinamiento diario y el inculcamiento de pensamientos e ideas obsesionantes que nos describen un mundo ideal con un dios arriba controlándolo todo.

    Nuestro carácter y comportamiento se ciñe a la enseñanza de que todo lo debemos a Dios y por él somos y vivimos. Cualquier pensamiento divergente es colocado en la plataforma de la rebeldía, la incredulidad y hasta el ateísmo. De ahí procede el temor que nos ata durante toda nuestra existencia a las ideas que nos fueron sembradas a cañonazos cuando éramos niños. Vivimos bajo un temor terrorífico de ser condenados al infierno por nuestro comportamiento y también por nuestras ideas.

    Sin embargo, con el tiempo vemos grupos religiosos, que también profesan su fe en el mismo dios que nos inculcaron siendo niños, que no creen en el infierno y tampoco en el diablo. Hay por ahí una línea religiosa cristiana evangélica que no creen en la segunda venida de Jesucristo y tampoco en la resurrección y menos en el famoso y muy cacareado arrebatamiento.

    Estudiar todas estas líneas de pensamiento es muy saludable para irnos sanando poco a poco de la obsesiva doctrina del premio y castigo.

    Hace muchos años comenzaron a llegar a mis manos algunos documentos que me mostraron con argumentos sólidos las jaquecas de dios, sus contradicciones, fanfarronadas, incongruencias y hasta mentiras.

    Al principio, por mi condición de novato en el territorio de la investigación, estallé en un histerismo doctrinal y vociferé condenando al infierno a todos los responsables de esas ideas. Un infierno que con el paso de los años no pasó el examen y conformó las creencias chatarra que atornillan la mente torpe de las naciones al poste del fanatismo intransigente.

    Como quiera que las mentes ensoñativas de las muchedumbres están ceñidas por un solo patrón de pensamiento deísta, pensar alternativamente con nuevas ideas siempre resulta complicado y lastimero porque no hay con quien discernir ninguno de los pensamientos innovadores. Recurrir a tu familia, amigos o conocidos es frustrante porque todos, marcados por el mismo sello apostólico, te condenan y te desprecian reprobándote.

    Vivir en la zona cómoda del dios que fue sembrado con catecismo en tu mente, sin moverte a derecha ni a izquierda, es desperdiciar miserablemente tu vida. Porque es más lo que hay fuera que lo que hay dentro. Obedecer al mandato doctrinal es renegar de tu naturaleza curiosa y progresista. Buscar, investigar, analizar, comparar y reflexionar en todas las posibilidades y divergencias es avanzar en tu formación como ser cósmico que tuvo la oportunidad de pasar por la tierra. No hacerlo simplemente es permanecer en el redil como una más de las ovejitas que diariamente están listas para ser trasquiladas.

    Es lamentable que en cada supuesta teofanía, o aparición de dios, siempre se formen grupos numerosos que viven de los privilegios de interpretarlo, digerirlo y diseñarlo. ¡Y son los que viven mejor! Mientras que el resto, los adoctrinados, tienen que trabajar muy duro para mantenerlos.

    Y todo lo que llevamos dicho no es nada si lo comparamos con el descubrimiento de que el dios en el que siempre hemos creído no era realmente el dios que nos llevaría a la luz y a la eternidad, diseñada para la dicha y la felicidad, sino que resultó que era todo lo contrario.

    Y de esto hablaremos en este libro, de un

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