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Ontologia y Metafisica
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Libro electrónico115 páginas1 hora

Ontologia y Metafisica

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Hacemos un recorrido por los senderos de la metafisica de Francisco Suares, Baruch Spinoza, El Ser y la Nada de Sartre, Emmanuel Kant, la Intensionalidad de Husserl y la mayoria de los filosofos contemporáneos. Como esos rasgos no son definitorios de este universo, sino que son comunes a todos los mundos posibles, la metafísica puede ser llevada al más alto grado de abstracción. La ontología, por el contrario, como investiga las divisiones últimas dentro de este universo, está más relacionada con el plano físico de la experiencia humana.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 jun 2012
ISBN9781476366326
Ontologia y Metafisica
Autor

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

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Ontologia y Metafisica - Adolfo Sagastume

Tabla de Contenidos

Introducción

Ontología de Francisco Suáres

Ontología de Baruch Spinoza

Ontología de Emmanuel Kant

Las Categorías

Sócrates

Hegel

El Ser y la Nada en Sartre

La Intencionalidad en Husserl

Trascendentalidad del Ente

Constructivismo Radical

Ontología Deleuziana

El Devenir

El Ser y el Ente

La Docta Ignorancia de Nicolás de Cusa

Metafísica

Metafísica Anterior a Kant

Metafísica de Kant

Metafísica a partir de Kant

Tendencias Contemporáneas

Pitagorismo

Pensamiento Post Metafísico

Conclusión

Introducción

Al desarrollar el argumento de la Causa Primera hemos visto que el mundo depende esencialmente de Dios y esta dependencia implica, en primer lugar, que Dios es el Creador del mundo, el productor de todo su ser o sustancia, y, en segundo lugar, suponiendo su producción, que su continuidad en el ser, en todo momento, se debe a Su poder sustentador. Creación (q.v.) significa la producción total de un ser partiendo de la nada, esto es, el traer a un ser a la existencia como reemplazo de la absoluta inexistencia, y la relación del Creador es la única relación concebible en la que lo Infinito puede enfrentarse a lo finito. Las teorías panteísticas, que representarían a las variedades de seres en el universo como otras tantas determinaciones o emanaciones o fases de una misma y eterna realidad: la Sustancia, según Spinoza, el Ego Puro, según Fichte, el Absoluto, según Schelling, la Idea Pura o el Concepto Lógico, según Hegel, están simplemente plagadas de contradicciones y constituyen, como ya se ha dicho, una negación de la distinción entre lo finito y lo infinito. Además, la relación del Creador con lo creado permanece igual aunque se admita la posibilidad de la creación eterna; el Infinito tiene que ser el productor de lo finito aunque sea imposible determinar un momento en el tiempo en el que la producción no haya tenido ya lugar. Por cierto conocimiento del hecho de que el ser creado, y el tiempo mismo, tuvieron un comienzo definido en el pasado, podemos confiar en la revelación, aunque, como ya se ha dicho, la ciencia sugiere el mismo hecho.

Es también evidente que, si el universo depende de Dios para su producción, también tiene que depender de Él para su conservación o continuidad en el ser; y esta verdad se puede presentar tal vez mejor explicando el tan mencionado principio de la inmanencia Divina, tal como ha sido corregido y contrarrestado por el igualmente importante principio de la trascendencia Divina. Se atribuye a los dehesitas el concepto, o al menos la tendencia a conceptuar, que Dios, habiendo creado el universo, le permite seguir su propio curso según leyes inamovibles y deja, por así decirlo, de interesarse en él o de responsabilizarse por lo que pueda suceder; y en ocasiones se recurre, tal vez con demasiada vehemencia, a la inmanencia Divina para oponerse a este concepto.

Dios es inmanente, o está íntimamente presente, en el universo, porque se requiere Su poder en todo momento para sostener a las criaturas en el ser y para coincidir y cooperar con ellas en sus actividades. La conservación y el concurso son, por así decirlo, continuaciones de la actividad creadora e implican igualmente una íntima relación entre Dios y sus criaturas o, más bien, una dependencia igualmente íntima e incesante de Dios por parte de sus criaturas.

Las criaturas, sea lo que fueren, lo son por virtud del poder conservador de Dios; hagan lo que hicieren, lo hacen por virtud del concurso de Dios. No se niega, claro está, que las criaturas son verdaderas causas y producen efectos reales; pero son sólo causas segundas, su eficiencia es siempre dependiente y derivada; Dios, como la Causa Primera, es un cooperador siempre activo en sus acciones.

Esto es cierto incluso en lo que se relaciona a los actos libres de una criatura inteligente como el hombre; sólo que, en este caso, se debe agregar que la responsabilidad Divina cesa al momento en el que aparecen el pecado o el mal moral. Sin embargo, puesto que el pecado es una imperfección, no se impone ningún límite a la supremacía de Dios.

Pero, para la insistencia en la inmanencia Divina no degenere en panteísmo, y hay una tendencia en este sentido por parte de muchos autores modernos, es importante enfatizar, al mismo tiempo, la verdad de la trascendencia de Dios, en otras palabras, recordar lo que ya se ha repetido otras veces, que Dios es un Ser personal simple e infinitamente perfecto cuya naturaleza y acción, en su debido carácter Divino, trascienden infinitamente todas las posibles formas de lo finito y no pueden identificarse formalmente con éstas sin contradicción.

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Ontología de Francisco Suáres

Modos de la Esencia

Para Francisco Suárez, la esencia se muestra en dos modos:

La naturaleza: En orden a los afectos o pasiones de la cosa; esa manifestación de la esencia es la naturaleza.

Quidditas: Es lo que se explica por su definición; es la quidditas = quididad; es una esencia de la manifestación. (quididad, viene de "qué).

Por otra parte, en la Esencia Real (ens) hay dos modos de entender lo real por esencia:

a.- Por afirmación

1. - Es a y principio o raíz de todas las operaciones.

2. - Es lo que puede ser producido por Dios.

b.- Por negación:

1. - Lo que no envuelve repugnancia en sí mismo.

2. - Lo que no es confeccionado por el intelecto.

Para Suárez, ente es aquel que es apto para ser o existir, porque Dios no puede crear lo contradictorio. Si Dios lo puede crear, quiere decir que no existe lo contradictorio. Si Dios no lo puede crear, entonces, ese es un ente.

La propuesta ontológica de Francisco Suárez está totalmente contenida en la propuesta de Duns Scoto, Aristóteles y Platón.

Por su parte, José Ortega y Gaset, fundador de la Revolución Moderna, dice: "en el fondo del discurso filosófico hay un hilo conductor que nos va guiando en el análisis de la realidad; hay una propiedad filosófica que conecta con el idealismo, y del idealismo con el materialismo.

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Ontología de Baruch Spinoza

La propuesta ontológica de Espinoza la encontramos en su libro Pensamientos Metafísicos, que fue escrito en el más puro horizonte del cartesianismo.

Para Espinoza, ENTE ES: Todo lo que en una percepción clara y distinta puede existir o existe (es la misma definición de Descartes).

¿Qué es el Ente? :

Una

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