Haz que, conscientemente, te recorra tu respiración.
Imprímele profundidad, serenidad, intención.
Atiende bien ese respiro y, si defines intención,
que sea para tu serenidad, tu contacto,
tu más íntimo encuentro y, tu paz.
Si te fijas bien, requieres tan poco.
Y, si necesitas algo, es tu Ser.
Así que hazte consciente de eso.
No es que debas conservar un propósito,
respirar ya es un propósito.
Y sentirás que, al respirar,
no hay nada que armar, nada que estructurar.
Más bien, es tratar que todo se desvanezca,
sobre todo, los pensamientos hostiles.
Y se van, si respiras bien.
Te preguntarás,
¿con qué o con quién hago contacto?
Y más que una obviedad, eso de que, sea con tu Ser,
es una verdad.
Te preguntarás igual, ¿cómo se ejecuta ese contacto?
Y no deberías desconocer nada, menos a ti.
En tu sustancialidad habita tanto.
Un elaborado sistema de fuerzas de Luz,
que, a su vez, mantienen y hacen contacto,
con lo que la Luz, es.
Porque lo que ocurre, lo que ocurrió
y, lo que puede seguir ocurriendo,
es tu desconexión, al haberte descreído,
al haberte agotado, al haberte mentido.
Así que respira.
Dirás igual,
¿qué me contacta a mí?
¿Qué o quién puede guardar ese interés?
Y, tan solo tu respirar, es contactar.
Hay tantos elementos ahí.
Pero reniegas de la actividad humana, desconfías.
Por eso vale restablecer lo que tu contacto es,
lo que te imprime eso y, lo que, a su vez,
sería tu respuesta, a lo que eso es.
Respira en tu contacto.
Pensarás que te hablo para que no pienses.
No es así.
Tan solo es, que me permito que tu pensar,
contacte con tu Ser.
A veces, pesa la razón. Se siente.
Permite tu contacto.
No hay razón que medie, no hay razón que sepa.
Nada ni nadie, sabe nada.
¿Qué papel jugaría entonces, la razón,
que cree desconocer el contacto?
Y es el contacto, quien la conoce.
Respira breve, imperceptible. Mínimo respiro.
El contacto es la abstracción posible.
El más breve y mínimo instante
y, el más profundo y eterno, momento.
Hasta que te presentas ahí, en la constante,
que no lleva ni trae nada, ni espacio, ni tiempo, ni respiro.
Permanece, hasta que nada de ti, exista.
¿Qué contengo? Te preguntarás.
¿Qué más da? ¿Acaso se pregunta la Luz, qué es?
La Nada y el Todo mismo.
¿Dónde estás?
¿Quién eres?
No hay respuesta, no podría.
Ese es el contacto.
Maravilloso.
Respiras de nuevo y, el respiro,
te acuerda el cuerpo,
y, el cuerpo, ocupa el espacio.
Ese espacio-ubicación, te sitúa en el momento.
Tu preciado momento.
Vuelves a sentirte, a percibirte
y das cuenta nuevamente de quién eres,
de dónde estás, de con quién estás
y, lo más importante, ¿para qué?
Propósito igual. Tú propósito.
Sé fuerte.
Sé responsable.
Sé amable.
Sé consciente.
Formula amor y proyecta paz.
Respira profundo, restableciéndote aquí, ahora.
No te olvides, agradécete.
La gratitud, es fórmula, no lo olvides.
Respira profundo.
Om Namaha Shivaya