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valoraciones:
Longitud:
36 minutos
Publicado:
26 oct 2023
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Te vas aquietando con lo que tu respiro es,
permitiendo que te module todo latir, todo pulso,
para así disipar esos pensamientos
y puedas establecerte ahí, en ti,
sin mayor tensión, sin nada que te agobie.
Es como si también descansaras de ti,
de esa parte agotadora, con la que te defiendes hasta de ti.
Respirando así, logras que te dejes quieto,
que no te molestes tanto, que no te azuces, te reclames.
Respiras en calma,
sabiendo que vas a estar ahí,
en esta forma conciliadora para ti.
Tu respiro te concilia, hace el trabajo.
El respiro ubica lo que te tensa y hace que se libere.
Dirás, ¿hacia dónde se libera?
¿Existe, hay, algún campo de libertad aquí?
¿Puedo darle salida a lo que sé existe en mí, que me frecuenta, que me persigue, que me atosiga
y marcarlo en distancia?
Respirar te libera
y, permite que se hagan esos espacios,
en los que todo lo que no es de ti,
se pierda, se pierda lejos. 
Tu respiro establece eso y te va aligerando,
produce esa liviandad en la que ni tu cuerpo existe, lo dejas.
Permanece ahí, en ese campo que lo soporta,
que lo sostiene, mientras que tú, buscas elevarte,
recurriendo a lo que tu alma es
y, es la que sabe de ti y ahí te encuentras.
Respira brevemente, sosegadamente,
entendiendo que buscas respirar así para liberarte.
Imagina todo lo que te aprisiona,
todos los que te demandan alguna atención, cualquiera,
Lo que entregas, lo que te ocupa, lo que te hace peso.
Pruébate en lo que estás,
¿qué hace esa mente? ¿Qué siente ese cuerpo?
¿Cómo vibra tu sistema?
¿Qué tan en paz se siente tu alma?
Los pulsos se acoplan
y, si algo se mueve, es tan involuntario.
Es la respuesta a esa frecuencia,
que hace uno, todo en ti.
Hasta el pensamiento mismo
se acopla también, se rinde y te acompaña.
Eso es una forma de liberarte,
te liberas de todo, mientras permaneces ahí,
aparentemente inerte, asistiendo más bien a un acople,
de todo lo que eres, con todo lo que Es.
Ni un pensamiento que distraiga,
ni un respiro que sobresalte,
ninguna tensión que reste,
más bien, una plenitud en gozo. 
No temas al alcanzar ese gozo liberador,
en el que nada existe, nada te delata,
nada te impides, más que ser ahí, lo que quieras ser. 
Eso sí, ya has alcanzado
el sentido de lo que sería esa razón,
el sentir de lo que sería esa razón.
Y en verdad, lo que esa razón es, la necesitarías.
¿Necesitarías alguna razón para ser?
¿Cierto que no? Si no, no podrías.
¡Es tanto más!
Lo sabes, sin apelar a tu razón, lo sabes.
Es cuando te sobreviene este candor,
esto que ni se siente.
Es ese estado de tu impermanencia,
que te arropa, que se hace presente,
cuando todo lo demás se ausenta. 
Y permaneces ahí,
ni siquiera haciendo un respiro,
ni siquiera habitando un espacio,
ni siquiera estando.
Hasta se evapora tu sustancia.
Es cuando eres capaz de que te atraviese todo,
pero más, la luz que Es, la luz que eres, la luz que existe.
Eres eso.
No existes en nada, ni eres nadie, ni guardas razón.
Eres lo que eres, eres quién Es.
Ni existe vocablo que te personalice,
ni siquiera un yo, ni siquiera un soy, nada.
Ni el respiro existe.
Si te atreves, te liberas.
Si resistes, te liberas.
Si lo anhelas, te liberas.
Respira profundo, sin atender nada.
Respira apenas, con la profundidad que cuentas.
Empieza a sentirte, sin afán, haz presencia,
advierte tu cuerpo, responde a tu alma,
manifiéstate aquí, con algún pensamiento hermoso para ti.
Exprésate tu gratitud y reafirma siempre
tu compromiso de ser, de saber ser, de querer ser.
Om Namaha Shivaya
Publicado:
26 oct 2023
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

La Madre Shaktiananda guía sutilmente esta meditación, para que -a través de la respiración consciente y el contacto interno- logremos entrar en un estado de sosiego y calma que nos permita generar una conexión profunda con nuestro Ser. Sin caer en las fórmulas menores que reducen el acto de meditar a eliminar la ansiedad o el estrés, la Madre va más allá, mostrando que la real disposición interna que debemos sostener al meditar es liberar nuestro temor y abrirnos a la verdad de amor que nuestro ser contiene.