Descubre este podcast y mucho más

Los podcasts se pueden disfrutar de forma gratuita sin necesidad de una suscripción. También ofrecemos libros electrónicos, audiolibros y mucho más por solo $11.99 al mes.


valoraciones:
Longitud:
37 minutos
Publicado:
14 abr 2022
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Siempre tendrías que sentir todo esto
como una invitación, la que te haces.
Empieza a respirar más conscientemente,
a profundidad, con serenidad y, con toda tu atención, en ti.
Un rápido rastreo, una exploración,
de cómo estás, cómo te sientes,
de lo que ha sido esta aceptación, ante tu invitación.
El respirar te asegura tu presencia.

Brevemente visualízate,
reconoce tu forma, tu actitud
y, si puedes, manifiesta tu gozo,
al saberte ahí, tan en ti.
Pareciera costar tanto.
Igual, cuesta atreverse a estar ahí.
Respira profundo
y, permítete no notar nada,
ninguna molestia, ninguna evasión.
Tan solo mantente.
Haz que el respiro sea natural,
firme, constante, reposado,
sin permitir que, alguna alteración mental,
te modifique ese respiro consciente, constante.
Es como empiezas a ordenar, a organizar,
todo tu interior, nivelando, adecuando,
tus fluidos y, todo lo que ese prana, va tocando.
Cuando respiras, es como si te tocaras por dentro.
Por eso, es que tienes que mostrarte sutil.
Y, sin necesidad de sentir, es tanto lo que tocas.
Tocas para regular, más que controlar.
Para afinar, hasta lograr un ritmo armonioso.
Tu ritmo.
Y, de tan sutil, imperceptible.
Respira tenue.
Nuestro sistema
-el interno y el externo-, es tan perfecto,
que busca tal acoplamiento,
con el que puedes, verdaderamente,
abstraerte, ascender y alcanzarte.
Respira porque dirás:
si no es aquí, ¿dónde estoy?
¿Dónde debería darme alcance?
Respírale a este cuerpo, que sabe y presiente,
dónde puedes estar.
¿Dónde creerías?
Y sé que sabes, que te habita y habitas un Atman.
Y, es ahí donde eres y donde estás.
Y lo que sientes y lo que ves aquí,
es una proyección fabulosa.
Con tantísimas posibilidades,
con tanto dispuesto desde ti, desde todo.
Y, aunque a veces parecieras o quisieras no saberlo,
más te vale que lo tengas presente siempre.
Respira en esa proyección y dale resplandor.
¿Cómo lo lograrías?
Más allá de este espacio, este momento, esta abstracción,
siendo más, amándote más, sanando todo, contemplándote
y, actuando en bien para ti, para todos.
Dirás,
¿y qué hago con lo que me aturde,
con lo que reclamo, con lo que detesto?
No lo proyectes.
Dirás más,
¿qué hago con lo que resiento?
Respira porque es presente, estás presente
y, todo aquello es tan solo,
una proyección pasada.
¿Qué harías entonces, si ni siquiera olvidas?
Reponte.
Es decir, coloca tu sentir presente más sano.
Es que, respirar así, sana tanto.
Es por eso que puedes tocarte.
Respira todo, de lo que te acuerdes
y, de lo que has olvidado.
Cuando respiras, tu Atman, respira todos los Atman.
Más, los que conoces o crees conocer
y, ahí sanas.
Respira, sobre todo,
porque no sabemos, qué tan enfermos estamos,
que tan opaca, tan deslucida,
puede estar esa proyección.
Respira, sobre todo,
para que prele tu intención:
sanar y resplandecer
y, poder así, proyectar lo que Es, lo eres:
el Manifiesto de Luz, más poderoso.
Aspira a eso, tu proyección sana.
Respira eso, tu proyección sana.
Respira más, respira profundo.
Respira en gozo.
Siempre hay logro. Siempre.
Respira en gratitud,
concibe nuevamente este momento,
hazte presente y, poco a poco,
ve sintiendo lo que tu cuerpo es y, agradece.
Prométete siempre,
la justa y sana permanencia en ti,
de ese tu Atman, que tanto es, que todo Es.
Om Namaha Shivaya
Publicado:
14 abr 2022
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

La Madre Shaktiananda guía sutilmente esta meditación, para que -a través de la respiración consciente y el contacto interno- logremos entrar en un estado de sosiego y calma que nos permita generar una conexión profunda con nuestro Ser. Sin caer en las fórmulas menores que reducen el acto de meditar a eliminar la ansiedad o el estrés, la Madre va más allá, mostrando que la real disposición interna que debemos sostener al meditar es liberar nuestro temor y abrirnos a la verdad de amor que nuestro ser contiene.