Descubre este podcast y mucho más

Los podcasts se pueden disfrutar de forma gratuita sin necesidad de una suscripción. También ofrecemos libros electrónicos, audiolibros y mucho más por solo $11.99 al mes.


valoraciones:
Longitud:
35 minutos
Publicado:
11 nov 2021
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Acondiciona tu sistema respirando profunda y conscientemente.
Con una profundidad silenciosa, tratando de no alterarte.
Que ningún pensamiento altere tu respiro.
Y, observa bien ese respiro.
Tienes que conocer la manera en que respiras.
Y es que, en cierta forma, como respiras, vives.
Por eso es que en cierta forma te entrenas aquí,
haciendo registro sutil, de la manera en que lo haces.
 Quizá no por un control, más bien deberías dejarte libre,
respirar libre, permitiendo que tu conciencia te observe.
Haz registro de cada uno de tus respiros
y, asimismo, observa cómo te sitúas en tu propio espacio.
En principio el que físicamente ocupas,
para luego presentir ese otro espacio,
el que en cierta forma abarcas, con tu infinita presencia.
Esa que has sabido expandir con tu aliento y tu trabajo interno.
Esa a la que le has dado alcance,
reconociendo tu Ser y la cualidad de ese Ser.
Sabiéndote en tu presencia, respírala.
Entendiendo que lo que lo que respiras es
como un vehículo que te conecta con todo.
Observa cómo eres capaz de hacerte presente
en los espacios que contienes,
que reservas, para ejercer íntimamente al Ser.
Y es esta introspección,
este aparente receso, en el que cesa todo.
Posiblemente hasta tu respiro,
si te lo propones y quedas conscientemente en suspensión.
Te preguntarás, ¿qué tanto vale hacer esto?
¿Desde qué parte de ti se generó esta necesidad?
¿En qué momento hiciste comprensión de permanecer así, tan en ti?
¿Con cuánto temor asumiste que querías conocerte?
¿Con cuánta ansiedad realizas esta acción?
¿Habrá partido de algún principio que has intuido, habita en ti?
¿Cómo ocurrió en medio de tanto y de tantos?
¿Cómo ocurrió?
Y evadiste el desgano, soportaste la burla,
estableciste un compromiso, generaste una actitud.
Y, más que eso, decidiste amarte,
contemplándote en tu quietud,
asistiéndote en tu aliento, escuchando tu silencio,
mirando la nada.
¿Qué sentido le ves hoy cuando logras un alcance?
Por leve que sea, por ínfimo.
Y dirás, ¿cuál sería el logro?
Y es aquello que parte del Principio que Es.
Reconocerte en un estado, en tu estado, en tu conciencia,
esa que se atrevió a experimentar de nuevo,
a establecerse en un mundo así,
tal vez más conocido de lo que crees.
Y, a sabiendas, te instalaste de alguna forma,
sabiendo tu principio y queriendo continuar con lo que eres.
Por eso deberías restarle peso, importancia,
 a todo entorno que te hostigue.
Desarrollar voluntad para superar
toda circunstancia y tensión
que pretenda socavar el logro obtenido.
Ya tu vida, es un logro.
Ya tu encuentro, con todos tus intentos, ha sido un logro.
Coincidir en un espacio con tu conciencia, es un logro.
Y, aunque no lo creas,
esta extraordinaria comunión de silencios, crean un logro.
Desde alguna parte de ti,
supiste crear un espacio en este tiempo
y un tiempo en este espacio, para habilitar tu conciencia,
en medio de todos estos sistemas,
que se han ido desconociendo.
Conocerte y reconocerte, es tu logro.
Respira a profundidad, agradeciéndote, respetándote
y, sin exaltación ninguna,
bendice -así como entiendas este término-
lo que habita en ti.
Respirando profundamente,
reserva espacio en tu memoria,
en los espacios de tu mente para afianzar y afinar
lo que tu logro es:
ésta considerada y hermosa atención que te dispensas.
Respira profundo y vuelve a coincidir
con tu espacio y tu tiempo,
éste que te ocupa, en el que presente estás,
y, en el que te propones ser más.
Respira.
Om Namaha Shivaya
Publicado:
11 nov 2021
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

La Madre Shaktiananda guía sutilmente esta meditación, para que -a través de la respiración consciente y el contacto interno- logremos entrar en un estado de sosiego y calma que nos permita generar una conexión profunda con nuestro Ser. Sin caer en las fórmulas menores que reducen el acto de meditar a eliminar la ansiedad o el estrés, la Madre va más allá, mostrando que la real disposición interna que debemos sostener al meditar es liberar nuestro temor y abrirnos a la verdad de amor que nuestro ser contiene.