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Hermes, el Mercurio de los Sabios
Hermes, el Mercurio de los Sabios
Hermes, el Mercurio de los Sabios
Libro electrónico48 páginas56 minutos

Hermes, el Mercurio de los Sabios

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Este es un trabajo que presenta la leyenda cruda, real, de Hermes. Sus travesuras infantiles, su amistad con el invencible Apolo, el robo del rayo de Zeus, el Tridente de Neptuno, la Espada de Marte, el Cinturón de Venus y las cincuenta terneras Celestes de Apolo.

Ademá, es una develación del símbolo secreto y de los arquetipos religiosos que pueden ser de utilidad a los solitarios caminantes del Sendero de la auto Realización Íntima del Ser.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 ene 2016
ISBN9781310095719
Hermes, el Mercurio de los Sabios
Autor

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

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    Hermes, el Mercurio de los Sabios - Adolfo Sagastume

    Índice

    Introducción

    Hermes Mercurio en la Mitología

    La Palma Hermética

    El Carnero Mercurial

    La Piedra de Toque

    El Caduceo de Mercurio

    El Gallo Creador

    Ladrón de Metales

    Conclusión

    Introducción

    Hablar del mercurio histórico nos obliga hablar también del mercurio de los sabios, el maravilloso elíxir que salta en llamaradas santas del ánfora bautismal.

    Hermes y Mercurio son el mismo arquetipo, uno en Grecia y el otro en la Roma Imperial. Su vigor impregna todas las actividades de la vida diaria y, en el sentido secreto, toda la simbología que representa la pasión, muerte y resurrección del fuego glorioso en su configuración de Mensajero de los Dioses.

    El advenimiento de la palabra creadora sobre el altar del templo de las invocaciones sagradas nos muestra a un Hermes travieso que tanto puede dar como quitar la vista a los mortales. Y en su condición de electrum cósmico es el intermediario o diplomático en las desavenencias de los dioses que por derecho propio son ahora los gobernantes del universo.

    En la consciencia de las muchedumbres es el omnipotente Hijo de Zeus, el Niño de Oro de la península alkímica que arrebata el fuego sagrado y libera todas las partes disgregadas de nuestra consciencia en su representación de las novillas del dios Apolo.

    Y, de la misma manera que el Iesús, Jesús, Zeus, de los misterios palestinos entra a la bulliciosa ciudad montado en un burrito, Hermes es representado cabalgando en un carnero, humilde como un campesino que porta sobre sus hombros el ánfora del agua santa que tendrá que ser convertida en vino en las bodas de Canaán.

    Hermes roba el fuego del cielo y se lo entrega a los hombres, pero aún así tiene que acompañar a cumplir su sentencia a Prometeo y atarlo fuertemente en la dura roca de las trituraciones cósmicas.

    Su condición sagrada de inventor y descubridor de todas las formas de vida, de conquistador, intermediario y amigo de todos los dioses del humeante Olimpo aluden a la capacidad mercurial de establecer, en la Forja de los Cíclopes y en el Matraz de las divinidades, la materia prima de todas la grandes realizaciones cósmicas.

    Es profundamente significativo decir que Hermes, el Mercurio de los Sabios, le robara el tridente a Neptuno, el rayo a Zeus, la espada a Marte, el Cinturón a Venus, la diosa del amor, y todos los instrumentos del arte de la forja ígnea al corajudo Vulcano.

    Es maravilloso imaginarnos que al poner su cayado de pastor celeste en medio de dos serpientes en celo se enroscaran estas a su entorno formando el glorioso Caduceo de Mercurio, símbolo de todas las potencias de la luz y las tinieblas. Y al establecer la paz entre los contrarios y conducirlos armónicos por un único sendero forja para la eternidad la diplomacia entre las naciones, imperios y universos.

    Y, en su condición de dios crepuscular, semejante a Kahualka al-Kadir, el Alkíder sufí, siempre se aparece cuando la luz está a punto de despuntar en el horizonte. Y por el atardecer cuando los mil ojos de Argos deslumbran la cúpula de la noche. Anunciador del día y de la noche licúa su lira endulzando el oído profético del invencible Apolo.

    Hermes es el Mercurio forjado en la cumbre del monte Cyleno y que desde sus inicios libera la potencia creadora de las novillas celestes en

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