La historia del Tarot es una historia escrita a medias, por lo que sus orígenes no han tenido más remedio que legitimarse retrocediendo hasta un tiempo y un lugar que no podía ser menos sugerente: el Antiguo Egipto. Porque es allí donde muchos entusiastas del Tarot remontan el origen de sus Arcanos. Cuentan que, hace ahora unos dos mil años, cuando la mítica Biblioteca de Alejandría sucumbió en el pavoroso incendio que devoró sus estantes, el saber oculto que se atesoraba en sus decenas de miles de libros terminó perdiéndose para siempre…
¿ARCANOS DEL ANTIGUO EGIPTO?
Pero de aquellos viejos códices reducidos a simples cenizas solo sobrevivió uno: el mítico Libro de Thot. Se trata de un conjunto de láminas de papiros, en oro puro, que la tradición atribuye a Thot, la misma divinidad que inventó la escritura –por lo que se le considera el dios de la sabiduría y de los magos–, quien trató de liberar a los mortales de su ignorancia transmitiéndoles una serie de conocimientos esotéricos. Esta revelación habría sido guardada en una serie de cajas, custodiadas por serpientes, para ser escondida bajo las aguas del río Nilo. Hubo que esperar hasta el año 2600 a.C.
