Amanecer Dorado

Por Adolfo Sagastume

El enemigo está vigilante en tu subconsciente. Tienes que conocerlo a fondo por medio de la meditación del auto conocimiento, para poder trabajarlo y, si es posible, aniquilarlo.
Con la muerte del ego adviene lo nuevo, la luz de la consciencia, el despertar, es decir, el Amanecer Dorado.

• Idioma: Español
• Editorial: Adolfo Sagastume
• Fecha de lanzamiento: 6 may 2012
• ISBN: 9781476081939

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

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Tabla de Contenidos

Introducción

Posibilidades Divinas

Raíz del Dolor

Estigma Humano

Escapando del Dolor

Comprensión y Luz

Quitando la Máscara

Meditación Profunda

Conclusión: Amanecer Dorado

Introducción

Si ponemos la luz gloriosa de nuestras inquisitivas miradas en cada objeto y cosa, en cada ser, individuo y persona, de nuestro mundo, nos quedaremos ensimismados cuando descubramos que todos estos seres, aparte de poseer cualidades puramente animales, terrenales y sólidas, también participan de ciertos componentes divinos.

Es, como bien lo dijera el gran Avatara de acuario, V.M. Samael Aun Weor, el hombre una cuerda tendida entre el animal y el superhombre. Es decir, que entre la bestia y Dios hay un hilo, la luz.

Dentro de cada cosa que encontramos sobre la superficie del planeta, y aun los que vuelan, hay un pedazo de Dios, es a lo que todos llamamos alma.

En el ser humano está el alma con cada una de sus cualidades, grados y posibilidades.

El alma es carne divina.

El alma es luz.

El alma se alimenta de luz y de consciencia.

Cuando el alma crece toma consciencia de sí misma.

La consciencia del alma genera un despertar en lo divino.

Cuando el alma despierta, el ser humano ve a Dios cara a cara.

En este humilde trabajo de consciencia, queremos adentrarnos en lo maravilloso que es la luz en la consciencia humana y las grandes posibilidades que todos tenemos de conquistar un lugar en la planicie sagrada del paraíso de Dios.

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Posibilidades Divinas

Cuando el Divino Demiurgo, usando poderosamente las tres fuerzas del santo afirmar, santo negar y santo conciliar, desencadenó la creación en el universo, aplaudieron todos los elementos, su espectáculo de luz y de amor enarboló en su consciencia auroras doradas de amor y de alegría.

En cada átomo, en cada elemento, en cada universo, el Señor de las Causas eternas colocó su presencia. Muchos saben de esta presencia y le pusieron nombre, le llamaron alma. Otros le nombraron chispa divina. Y no falta quien le llame Luz Interior.

De esta forma la vida presencia constantemente el rostro glorioso de su creador, vivimos junto a esa luz, vivimos junto a esa llama, vivimos junto a esa gloriosa posibilidad.

Muchos dicen que el alma está en la mente y no faltan los teóricos que sostienen que por medio del ejercicio científico de la razón nosotros ejercemos, o manipulamos, las posibilidades divinas que yacen en todos los seres.

Otros colocan la luz del alma en el corazón.

Y cuando observamos lo maravilloso que son los seres vivos, entre los cuales está el ser humano con su cúmulo de posibilidades