Un joven misterioso
Cuando Huike vivía en Shaolin, llegó al templo un joven misterioso, que quizá no fuera más que un adolescente. El joven no dio su nombre ni su lugar de nacimiento, contraviniendo las normas de la etiqueta china. Se limitó a pedir ayuda, porque estaba enfermo. Según las antiguas crónicas del zen, padecía una enfermedad llamada feng-yang, que algunos interpretan como la lepra, pero que seria más probablemente un trastorno psicológico. Aunque la medicina china estaba bastante avanzada en aquella época, había mucha gente corriente que seguía creyendo que las enfermedades eran consecuencia de los pecados.
El joven, que sabía que Huike era un maestro de gran capacidad espiritual, se dirigió a él y le pidió que aceptara su arrepentimiento y lo absolviera de sus pecados, creyendo que tal absolución lo curarla de su enfermedad. Podemos imaginarnos al joven arrodillado ante Huike, haciéndole esta petición con una humilde reverencia.
La respuesta de Huike fue inesperada y enigmática:
—Tráeme tus pecados y yo te absolveré de ellos —dijo al joven.
El joven se