Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La mirada interior: Guía para el desarrollo de la atención consciente
La mirada interior: Guía para el desarrollo de la atención consciente
La mirada interior: Guía para el desarrollo de la atención consciente
Libro electrónico194 páginas2 horas

La mirada interior: Guía para el desarrollo de la atención consciente

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La mirada interior es una joya para el descubrimiento y expresión del ser que nos habita.

El autor y maestro zen Denkō Mesa se adentra en el aprendizaje y en la importancia de la estabilidad del cuerpo, la fluidez de la respiración consciente y la apertura de una mirada comprensiva. Lo hace desde la ternura, la sabiduría y la profundidad de su experiencia.

Este libro te ofrece una guía efectiva con la que desarrollarás tu práctica meditativa día a día y fortalecerás tu atención consciente.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 abr 2023
ISBN9788418556555
La mirada interior: Guía para el desarrollo de la atención consciente

Relacionado con La mirada interior

Libros electrónicos relacionados

Filosofía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para La mirada interior

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La mirada interior - Denkō Mesa

    PRÓLOGO

    En los últimos veinte años, la práctica de mindfulness o atención plena se ha ido extendiendo, progresivamente, por todo el mundo, convirtiéndose en una actividad muy popular que ha entrado a formar parte de la cultura de la sociedad moderna. Su eficacia en múltiples entornos como el sanitario, el educativo o el mundo del trabajo, ha sido demostrada científicamente y esta ha sido una de las principales razones de su gran expansión. Sin embargo, también han surgido voces críticas por su excesivo uso instrumental, es decir, por utilizar la meditación, exclusivamente, para alcanzar un objetivo material concreto, apartándose de su función original.

    Mindfulness surge en occidente como una adaptación para el ser humano actual de las tradiciones contemplativas orientales. Pretendía dar respuesta a la gran contradicción del desarrollismo moderno: en un mundo con el mayor progreso tecnológico de la historia, los seres humanos se sienten mucho más desgraciados que nuestros antepasados. ¿Qué ha fallado? ¿Dónde está el problema? Simplemente en que el avance material no ha ido acompañado de un desarrollo psicológico o, aún mejor, espiritual. Al aumentar la cantidad y calidad de los objetos que generan deseo, el resultado es que el apego, la frustración y la no aceptación, dominan nuestras vidas. Se ha conseguido mitigar parcialmente este sufrimiento, pero el monstruo devorador que es la sociedad de consumo, ha convertido a mindfulness (su supuesta medicina) en un objeto de consumo más, reiniciándose el ciclo interminable del apego, que es la esencia del llamado mundo moderno.

    En estos tiempos, cuarenta años después del surgimiento de mindfulness en occidente y su posterior expansión, vuelve otra vez a las tradiciones contemplativas. Una vez que esta práctica se ha popularizado, casi excesivamente, en la sociedad actual, muchos instructores de la atención plena con años de experiencia, dirigen su mirada al budismo. Se intenta profundizar y estabilizar la práctica, pero, sobre todo, reconectar con sus raíces, con el hecho de que la meditación tiene como único objetivo la liberación de todo sufrimiento.

    Igual que Odiseo abandonó Ítaca, mindfulness se desgajó del budismo hace décadas, pero el retorno, como en La Odisea, no es sencillo. El budismo del que surgió mindfulness era una tradición anclada en el medievo, patriarcal, centrada en el monacato y no en los laicos, y con un gran envoltorio cultural asiático. Mientras mindfulness ha triunfado, el budismo se encuentra sumido en un profundo cambio porque está intentando adaptarse a occidente. Los nuevos maestros occidentales han entendido este curso de la historia y están afanándose en el proceso de mantener la esencia, pero adaptando la forma. Este es un fascinante proceso que durará varias generaciones. Y, por eso, mindfulness está confuso, ya que su Ítaca, a diferencia de la de Odiseo, se encuentra en continuo movimiento.

    En este contexto de cambio permanente, lo que junto al apego también constituye la esencia del mundo, surge este libro escrito por uno de estos maestros de la tradición, comprometido a su vez con mindfulness y con el proceso de tender puentes. La mirada interior describe cómo desarrollar la atención consciente. De una forma progresiva se nos conduce por diferentes temas que estructuran este viaje. El proceso se inicia profundizando en la meditación, desmontando mitos y prejuicios sobre esta actividad. Y, sobre todo, enfatizando que el objetivo de la meditación no debe ser un objetivo material, interesado, redescubriendo el placer de meditar por conocer el funcionamiento de la mente, por experimentar el gozo y la estabilidad que proporciona una mirada atenta. En otro capítulo se nos insta a no manipular, a no forzar, a no buscar beneficios ni objetivos con la meditación y a extenderla a cualquier actividad. Posteriormente, se revisan las condiciones que facilitan este estado de atención, para intentar desarrollarlas. Y se entra en el fundamento de la práctica que, a menudo se da por sobreentendido, pero que con frecuencia no se realiza de forma adecuada. Nos deslizamos posteriormente a la postura de meditación, conociendo su importancia y sus características y se nos describen algunas cualidades que debe de poseer nuestra meditación.

    La parte más compleja y profunda del libro son los dos últimos capítulos en la que se nos habla de los niveles de absorción y de los estados superiores de conciencia. Estos son temas que pocas personas conocen y de las que pocas osan hablar. En el libro se nos hace una introducción a la experiencia sublime que suponen estos estados, a cuáles son sus características y a qué diferencias existen entre ellos. Constituye un mapa difícil de visitar por la constancia que requiere, pero interesante de conocer como estímulo para nuestra práctica. Todo el libro está repleto de continuas anécdotas y parábolas, fruto y muestra del amplio conocimiento espiritual y filosófico del autor, en los que mezcla hábilmente la sabiduría contemplativa de occidente con la filosofía occidental.

    El autor es el maestro zen Denkô Mesa, uno de los pocos maestros de habla hispana de esta profunda tradición. Junto a su dedicación espiritual como presidente y director espiritual de la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma, es profesor de Lengua castellana y literatura en la isla de Tenerife. Ha escrito dos libros de poesía: En los espacios del silencio y Presencia invisible que muestran su fina sensibilidad, mirada profunda y amplio conocimiento del idioma. En estos años, también ha escrito varios libros sobre meditación: Zen: entrega y confianza (2010), El viejo arte de darse cuenta (2013), Zen: aroma eterno (2016) y Quietud (2019). En todos ellos relata su experiencia como meditador y también como instructor y maestro, contestando dudas que genera la práctica y reflexionando sobre el sentido de la meditación.

    Sin duda, este es el libro más profundo de todos ellos, resultando a la vez muy práctico. Sencillo de leer, ameno, conectado con múltiples viñetas generadas en la práctica meditativa y con sabios consejos que nos permitirán profundizar en nuestra meditación, a la vez que entendemos y conectamos con su auténtico significado.

    Javier García Campayo

    Director del Master de Mindfulness

    Universidad de Zaragoza

    «Solo hay dos errores que se cometen en el camino

    a la verdad: no empezar y no llegar hasta el final.»

    Buddha

    – 1 –

    ¿QUÉ ES MEDITAR?

    Meditar es atender a lo real. Meditar es la expresión natural de quien tú verdaderamente eres. No es una técnica para alcanzar algo. Hemos confundido la meditación con un ejercicio, una herramienta, un aeróbico espiritual, una vestimenta, un horario, una costumbre, una disciplina de la nueva era. Por otra parte, la meditación no es un sistema terapéutico en el sentido habitual del término. Tampoco es una gimnasia física ni mental. La principal función de la práctica meditativa es la de clarificar la naturaleza de nuestro ser, es decir, ayudarnos a despertar a lo que en esencia somos.

    La meditación no es una postura, ni un traje, ni un hábito, es una experiencia universal que permite conectar con el interior, centrarte, hallar el eje y expresarte libremente desde él. Lo opuesto al arte de la atención consciente es el olvido de sí. Meditar es contemplar a la luz de la conciencia, lo que estás experimentando mientras lo estás experimentando. Esta capacidad, innata y universal, está al alcance de todos y cada uno de nosotros. Por todo ello, compartimos un mismo anhelo, o sea, adentrarnos en el lenguaje del corazón y reconocernos juntos en un mismo siendo.

    Cuando planteo estos razonamientos al inicio mismo del libro, pretendo sentar las bases de la meditación, descubrir cuáles son, atender dónde se originan y observar de qué forma se vehiculan las prácticas atencionales en las tradiciones espirituales. Partimos de un hecho relevante: necesitamos entender lo que experimentamos y comprender lo que ocurre durante ese proceso que llamamos meditar. Es más, precisamos una guía que nos lleve por el sendero adecuado hacia el despertar de la conciencia. Escribo este libro con la intención de mostrar un mapa del recorrido que cada cual debe vivenciar por sí mismo.

    Es importante reconocer que meditar es una experiencia abierta, empática y universal, esto es, no puede ser atesorada por nadie y, sin embargo, puede ser realizada por cualquier persona. Está al alcance de todos, pues no se adscribe a clases, distinciones, jerarquías, rangos o principios de autoridad. Meditar no es una ideología ni pertenece a una institución religiosa. Meditar es una experiencia de recogimiento íntimo, una apuesta por la reeducación integral en la persona. Meditar le permite a cada cual poner en orden los diferentes niveles de su ser. Cuerpo, emoción, mente y espíritu se armonizan de forma natural cuando el meditador se entrega al ejercicio de la atención consciente. Por tanto, la meditación facilita en la persona el desarrollo de su capacidad para darse cuenta, observar cómo se expresan sus palabras, actos y pensamientos, descubrir cómo y desde dónde nacen, hacia dónde se dirigen y a quiénes llegan.

    Meditar nos muestra el lenguaje del cuerpo y la sabiduría que se halla en él. Meditar desvela cómo se producen y desarrollan los movimientos de la mente. Así pues, meditar es intensificar la capacidad que tenemos de ver las cosas claramente. Para que esto surja, incido a lo largo del libro en la importancia que tienen la quietud, el silencio y el trabajo indagatorio en el desarrollo del autoconocimiento.

    Cabe afirmar que meditar es un ejercicio de contemplación no manipuladora de la experiencia. Todas las tradiciones espirituales lo expresan en sus escritos, cantos, enseñanzas y legados. Meditar es el arte de la conciencia despierta que invita a descubrir la verdad de lo que somos. Lo indicaba anteriormente, necesitamos clarificar la naturaleza de todos los fenómenos. Este es el objetivo de nuestra práctica. Para conseguirlo, comencemos por desidentificarnos de esa imagen mental que hemos creado de nosotros mismos, puesto que no somos lo que nos creemos ser. He aquí una pequeña historia que encierra una gran enseñanza:

    A un discípulo que se lamentaba de sus limitaciones, le dijo el maestro:

    – Naturalmente que eres limitado, pero, ¿no has caído en la cuenta de que hoy puedes hacer cosas que hace quince años te habrían sido imposibles? ¿Qué es lo que ha cambiado?

    – Han cambiado mis talentos - respondió el monje.

    – No, has cambiado tú - dijo el maestro.

    – ¿Y no es lo mismo? - dijo el discípulo.

    – No, tú eres lo que tú piensas que eres, así que cuando cambia tu forma de pensar, cambias tú.

    Cuando una persona se acerca a la práctica meditativa, al principio no sabe muy bien cómo estabilizar su cuerpo en la postura, cómo dejar de pelearse con él y quererse; el individuo no sabe cómo mimarlo o cuidarlo, así como quien acuna a un bebé en su regazo. Este es uno de los primeros escollos que los meditadores debemos sortear. Poco a poco, el trabajo del artesano comienza a ver sus frutos cuando aprende a fluir de manera armoniosa y tranquila con la respiración. Este es el cincel con el que se trabaja en la introspección serena. Unido todo ello a la paciencia, y al deseo natural de descubrir lo que antes se mostraba de manera oscura y poco clara, con la práctica meditativa se va presentando la verdadera comprensión con enorme nitidez. Esto no es teoría, es pura experiencia. Se ha dicho, y repetirá una y otra vez, que la meditación es una experiencia personal

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1