Venimos a ser felices, no perfectos. Aceptar nuestra fragilidad es esencial para abrazar nuestra humanidad. La agresión, las adicciones, las culpas, el hiper consumo global al igual que la violencia están relacionados con la profunda desconexión humana a si misma. Su incapacidad para mirarse de manera amorosa y sana desde su fragilidad e igualdad.